«El triunfo de la muerte», de Jan Brueghel el Viejo (1597)
«El triunfo de la muerte», de Jan Brueghel el Viejo (1597)
ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

La influencia de Jorge Manrique en la poesía contemporánea

Cierre de lujo para la trilogía manriqueña de José Manuel Ortega

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José Manuel Ortega Cézar, colaborador de este suplemento cultural, culmina años de estudio, coleccionismo y fervor manriquianos con este Jorge Manrique en la poesía contemporánea (Antología 1950-2016), un amplísimo recorrido del impacto manriqueño sobre la poética de varias generaciones literarias españolas e hispanoamaericanas. Con el sello de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, como los dos precedentes, este libro cierra una trilogía deslumbrante, que incluyó antes un plural compendio de la huella indeleble de Manrique entre poetas y prosistas de todo el mundo y de todos lo tiempos (Jorge Manrique a través del tiempo) y la absoluta y generosa modernidad de repasar su propia bilbioteca manriqueña personal, entre las más completas del mundo por no decir la mejor (Catálogo razonado de una bilbioteca manriqueña).

Plurales fueron los elogios concitados por los dos libros anteriores, pues si Jorge Manrique y, ante todo, sus Coplas son puntal y bestseller español e internacional permanente entre nuestros clásicos, clásico de clásicos por así decir, es también obvio que en el incierto oceáno de la transmisión literaria siempre se agradecen pilotos capaces de dar un golpe de timón oportuno de cara a proponer puntos de inflexión, facilitando doblar los peligrosos bajíos y arrecifes que conforman esos cabos alzados entre generaciones y aportando enfoques diversos para propiciar nuevas interpretaciones: savia única que permite revitalizar a los clásicos y sacarlos de sus polvorientos anaqueles, tan parecidos a sarcófagos.

Espiguemos solo tres testimonios sobre Jorge Manrique a través del tiempo, entresacados de la solapa de esta tercera entrega. Antonio Skármeta, Premio Planeta 2003 y autor de la célebre El cartero de Neruda: «Estoy disfrutando cada línea del libro». José Luis García Martín, poeta y crítico de poesía: «El libro no es un libro: es una biblioteca».Antonio Gala: «Estoy en el libro, dentro de él y me recreo».

«Ciento setenta y cinco portas aparecen representados en esta antología única. Lo más granado de la generación de los 50, del realismo social, de los novísimos, del esteticismo, del neobarroco...»

Decenas de poetas están representados en este nuevo libro apabullante, poetas pertenencientes a uno y otro lado del océano aunque unidos en la común paternidad y magisterio de Don Jorge. El antólogo ha seleccionado poemas preexistentes, otras veces (doy gustosa fe de ello)ha encargado el poema al propio poeta por razones de proximidad y amistad (nada extrañas en este castellano-manchego, veterano asistente a tertulias y academias en su Madrid de residencia habitual). Y ha estructurado los textos en diferentes bloques temáticos: Glosas y homenajes, El río y el mar como metáforas de la vida y de la muerte, Ubi sunt, Parodias y Breves historias de la lírica española. Cierran el libro, como ya sucediera en los títulos anteriores de la trilogía, una edición de las Coplas a la muerte de su padre (en edición actualizada, que respeta escrupulosamente la métrica original) y las famosas Coplas póstumas, supuestamente halladas entre los ropajes del poeta moribundo, una vez que expiró en su lecho final de Santa María del Campo Rus, en La Mancha de Cuenca.

El triunfo de la muerte, de Giacomo Borlone de Buschis, 1485
El triunfo de la muerte, de Giacomo Borlone de Buschis, 1485

Ciento setenta y cinco poetas aparecen representados en esta antología única. No sería elegante citar nombres y no vamos a hacerlo. Solo resaltar que en ella figura lo más granado de la generación de los 50, del realismo social, de los novísimos, del esteticismo, de la poesía de la experiencia, del neobarroco, de las poéticas transatlánticas, de los lúcidos testimonios en la segunda mitad del siglo XX de egregios supervivientes como Azorín o Neruda o Américo Castro, quienes ya en su «ancianía bien gastada» y en pleno «arrabal de senectud» retornaron lúcidamente al mensaje, tan intemporal por actual, de Jorge Manrique.

El vigente Premio Nacional de Poesía y académico de la Historia, Luis Alberto de Cuenca, en su prólogo al libro, tras ratificar que para él (como para muchos más) «las Coplas a la muerte de su padre son, sin asomo de duda, la cumbre de nuestra poesía», explica que la poesía española contemporánea «no puede explicarse ni concebirse sin la inspiración que le otorgan los grandes maestros del pretérito, entre ellos Manrique, el poeta de las Coplas».

Volcado en la actualidad en la exploración de las misteriosas y no declaradas sinergias entre las Coplas y la escritura de Cervantes, fundamentalmente en su Don Quijote, los hallazgos de la búsqueda orteguiana ratifican la compartida elegía que ambas obras monumentales certifican al fin de una era y el comienzo de otra: el final del heroísmo y de la épica, y entre medias, La Celestina: los cruzados del amor, el asalto al castillo del yo que ya se prefiguraba en clave cancioneril en el poema Castillo de amor de Manrique o en el descenso a la cueva de Montesinos por parte de Don Quijote.

No creemos exagerar si atribuimos a este libro un significado que recuerda la recuperación de Góngora por parte de los entonces jóvenes maestros del 27: acredita el fuerte impacto manriqueño sobre buena parte de nuestra mejor poesía contemporánea al tiempo que impulsa y renueva la continuidad del mismo entre los nuevos poetas que ahora mismo velan sus primeras armas literarias y están a punto de eclosionar y florecer.

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