Coronavirus: denunciados los tres ocupantes de un coche que escondían dos chivos muertos en el maletero

Primero dijeron que iban a trabajar después de ser sorprendidos en un control de desplazamientos de la Policía local de Toledo

Coronavirus, última hora

Dibujo con el que la Policía local de Toledo ha ilustrado los hechos en su muro de Facebook

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«Vamos a dejar los cuentos para otra ocasión, por favor». Con este mensaje la Policía local de Toledo ha dado cuenta este jueves de la penúltima historia «surrealista» relacionada con comportamientos incívicos durante el estado de alarma decretado por la crisis sanitaria .

Sucedió el lunes, sobre las diez y media de la mañana. La Policía local había organizado un control de desplazamientos en la glorieta que comunica el paseo de la Rosa, la N-400 y la avenida de Santa Bárbara. Un turismo con tres ocupantes salió entre dos naves por un camino y se encontró con los agentes. Dos personas en los asientos delanteros y el tercero en discordia, en los traseros. Los tres no llevaban ninguna medida de protección, aunque el vehículo sí llevaba la ITV y el seguro en vigor.

El trío contó primero que iban a trabajar . El conductor llegó a exhibir lo que parecía un justificante de su trabajo, mientras que sus dos acompañantes vestían chaquetas que podrían ser de una empresa.

Sin embargo, los agentes dudaron de ellos, los interrogaron por separado y hubo cambios en las versiones. El conductor afirmó entonces que iban a casa , mientras que el copiloto mantuvo que se dirigían a trabajar, aunque no puso especificar a dónde. El tercero en discordia permaneció a la expectativa de lo que decían sus compañeros de viaje.

Con este panorama, uno de los agentes pidió que abrieran el maletero del vehículo. En su interior encontraron dos bolsas grandes negras, cada una de ellas con un chivo muerto. Los animales no tenían ninguna identificación sanitaria y los tres individuos, rumanos de entre 45 y 50 años, tampoco dieron explicaciones sobre la procedencia de las dos crías. Al menos el conductor dijo que eran suyos.

Al final, el trío fue denunciado por desplazamiento no autorizado, con lo que cada uno se enfrentará a multas de entre 601 y 30.000 euros. Además, el conductor ha sido propuesto para sanción por incumplimiento de la ley de sanidad animal.

Los dos chivos, decomisados por la Policía local, fueron entregados el miércoles a la empresa encargada de destruir animales muertos. Así acabó una de las historias «más surrealistas que he vivido», ha reconocido a ABC uno de los agentes que intervino en «este cuento de Pinocho».

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