David Llorente, durante la entrevista, en el despacho que tiene en el Parlamento de Castilla-La Mancha
David Llorente, durante la entrevista, en el despacho que tiene en el Parlamento de Castilla-La Mancha - ANA PÉREZ HERRERA
POLÍTICA

«El gasto social debería recuperar los niveles de 2010, y estamos muy lejos»

En una entrevista con ABC, el diputado de Podemos en Castilla-La Mancha defiende que su partido hace una oposición «exigente, pero constructiva» al Gobierno de García-Page

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Aunque sus padres son castellanos, de Salamanca y Segovia, David Llorente (1977) nació en Barcelona porque sus progenitores, como muchos otros españoles, hicieron las maletas y emigraron a Cataluña en busca de trabajo. Licenciado en Historia y con un doctorado en Ciencias Políticas, Llorente añade que ha vivido en mil lugares: Móstoles (Madrid), Inglaterra, Guatemala, Palencia, Salamanca, Azuqueca de Henares y, desde que salió elegido diputado regional, Toledo. A la política llegó desde el movimiento 15-M. Activista desde su adolescencia, contribuyó a formar el Círculo Podemos de Guadalajara y fue la única persona de Castilla-La Mancha que iba en las listas del partido morado a las elecciones europeas.

—Después de año y medio en las instituciones, ¿qué balance hace?

—Ha sido una experiencia muy intensa, hemos tenido que aprender muchas cosas sobre la marcha.

A mí me habría gustado que fuese más fácil impulsar cambios de manera más rápida, y es bastante complicado. Es muy importante estar en las instituciones, pero al mismo tiempo hay que ser consciente de las limitaciones que tienes. Hay muchas normativas a nivel estatal que constriñen el margen de acción a nivel autonómico. Limitaciones de objetivo de déficit, de tasas de reposición para crear empleo público… tienes que funcionar dentro de un marco establecido que nosotros (Podemos) cuestionamos.

Al mismo tiempo hay que ser consciente de que los cambios no se impulsan solo desde las instituciones. Hay cuestiones que se han planteado en las Cortes regionales y sobre las que estamos trabajando porque previamente hubo movimientos sociales organizados que las pusieron sobre la mesa. Estoy pensando en la minería de tierras raras, en la plataforma contra el fracking, en la plataforma de la agricultura ecológica…

—¿Entiende que haya quien piense que Podemos se ha convertido en una especie de muleta del PSOE?. Al final, el Gobierno regional ha sacado todas sus propuestas adelante...

—Es importante explicar la situación de Castilla-La Mancha, donde hay tres partidos con representación: Podemos, PSOE y PP. Las opciones son muy limitadas, y como hemos dicho en muchas ocasiones, tenemos que elegir entre susto y muerte o entre lo malo y lo peor. Hemos sido exigentes con el acuerdo de investidura y, de hecho, cuando hemos evaluado que no se ha cumplido, hemos cancelado ese acuerdo. Nosotros tratamos de hacer una oposición exigente, pero también constructiva, a diferencia del PP que trata de boicotear todo sin proponer nada a cambio. El PP no ha llevado a las Cortes ninguna proposición de ley.

En algunas ocasiones apoyamos al Gobierno y en otras hacemos una oposición contundente. Por ejemplo, en el tema de la minería de tierras raras, hemos sido muy tajantes para impedir que los proyectos salgan adelante.

—Tema Presupuestos. El 27 de noviembre, usted dijo que la ley de garantías ciudadanas era una «condición fundamental, necesaria» para apoyar al PSOE. Dos meses después, Podemos ya no exigió esa ley y se conformó con un plan de garantías, lo que ha propiciado el acuerdo con el PSOE. ¿Por qué esta marcha atrás?

—La ley de garantías ciudadanas es una iniciativa muy ambiciosa que supondría un avance muy importante en derechos sociales, pero de poco sirve aprobar leyes si después no se cumplen o no cuentan con la dotación económica necesaria. Entonces hemos considerado que la aprobación de un plan, con su dotación presupuestaria, nos proporciona una base más sólida sobre la que construir después una ley de garantías.

—¿Se equivocaron entonces al exigir una ley?

—Nosotros seguimos planteando la exigencia de una ley y es el objetivo final del plan de Podemos, pero entendemos que la elaboración de una ley requiere más tiempo y los Presupuestos tienen que tramitarse con mayor agilidad.

—Si los Presupuestos solo los hubiese diseñado Podemos, ¿qué tendrían de diferentes?

—Nosotros cuestionamos el marco general de austeridad que nos ha sido impuesto por la troika y el Gobierno central. Eso nos impone objetivos de déficit y techo de gasto que impiden incrementar el gasto social, que es lo que nos gustaría. Nosotros nos planteamos como objetivo fundamental revertir recortes y recuperar privatizaciones y externalizaciones que se hicieron durante la anterior legislatura. El gasto social debería recuperar, al menos, los niveles de 2010, y estamos muy lejos. Debería invertirse más en educación y sanidad pública. Tenemos una estructura fiscal muy injusta y regresiva.

También es frustante que el Gobierno regional no haya usado más el diálogo social. Por ejemplo, ha sacado un pliego de condiciones del transporte sanitario que no ha sido acordado con los sindicatos y los profesionales del sector. En cuanto a la agricultura ecológica, el concejero modificó el programa de desarrollo rural para incrementar en 16 millones las ayudas y en febrero habrá una convocatoria extraordinaria para recuperar a los agricultores que quedaron fuera, pero las primas se mantienen igual y es necesario el diálogo social para llegar a un acuerdo que permita una financiación suficiente.

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