La izquierda, en la oposición del Ayuntamiento

Muchos pensábamos que la izquierda estaba en el gobierno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, también está en la oposición. La semana pasada, escribí aquí un artículo en el que criticaba que un concejal del Partido Popular aplaudiera que en España hubiera «30.000 funcionarios más desde que comenzó la crisis en 2007» y, aparentemente, criticara a los empresarios al decir: «Para que después digan los empresarios que son ellos los que crean empleo».

Este concejal me interpeló en Twitter diciendo que no quería mofarse de los empresarios. Sin embargo, al preguntarle si su solución para el paro era la creación de más empleos públicos, su respuesta fue «si es necesario, sí» y añadió: «Lo mismo que se creen más empresas».

Además, me negó que el problema de nuestro país sea la sobredimensión del Estado y el gran gasto público, sino que, según sus palabras, «es más un problema de mala ordenación y poca eficacia».

Es asombroso que desde las filas del Partido Popular se pueda cometer el error de pensar que lo público crea empleos, dado que, como expliqué en aquel artículo, el dinero de esos empleos sale del bolsillo de los contribuyentes y, por lo tanto, se están dejando de crear otros empleos en el mercado libre.

Además, se obvia que lo principal no es crear empleos poniendo a trabajar a miles de personas con un Plan E, como hizo Zapatero, sino crear riqueza. No obstante, lo más grave es que se pueda creer que el Estado debe seguir creciendo, que esto es compatible con la libre empresa (y la creación de riqueza) y que el problema actual sea la mala planificación, como suelen opinar todos los socialistas que anhelan alcanzar el poder para ser ellos quienes ordenen correctamente.

El Estado es coacción y el mercado asociación libre y cooperación. Por esta razón, es errónea la idea de que el mercado pueda florecer a la vez que la institución coactiva crece. Sorprende que se defiendan estos postulados de izquierda desde el PP, más cuando la ponencia política del último congreso de este partido, en 2012, sostenía que «el camino del progreso económico y la creación de empleo pasa por el impulso de la iniciativa social, de la iniciativa de nuestros empresarios, nuestros emprendedores, nuestros autónomos. Pasa por saber aprovechar todas las oportunidades que ofrece la economía de mercado y la libre empresa».

Queda claro que el principal problema del PP no es Podemos, ni que muchos de sus votantes se hayan marchado por renunciar a sus principios, como denunció Javier Fernández-Lasquetty en un artículo reciente, sino que tiene representantes políticos que no solo desconocen las ideas de su partido, sino que además ignoran los principios más básicos de la libertad.