La Administración no sabe qué hacer con un edificio multimillonario en pleno centro de Zaragoza

Tiene 25.000 metros cuadrados útiles, está en pleno centro de Zaragoza –frente a la Basílica del Pilar–, su valor es multimillonario pero la Administración autonómica –su propietaria– lleva dos años sin lograr saber qué hacer con el edificio. Es la situación que arrastra el antiguo edificio de los juzgados de Zaragoza, que quedó vacío hace un par de años, cuando el Gobierno aragonés trasladó todos esos servicios judiciales a la Expo.

Desde entonces, este tremendo edificio está cerrado y sin uso. Y, desde entonces, el Gobierno aragonés está dándole vueltas a qué hacer con el inmueble. Hasta el momento, lo único que ha dejado claro el Ejecutivo regional es que no piensa ponerlo a la venta.

La alternativa por la que se inclina el Gobierno autónomo PSOE-CHA es reaprovecharlo para concentrar en él otros servicios de la Administración regional que actualmente ocupan otras sedes, algunas de ellas en alquiler repartidas por diversos puntos de la capital aragonesa.

Pero, según reconocen desde el Gobierno aragonés, a estas alturas siguen sin saber qué unidades administrativas podrían trasladarse allí. Y, lo más importante, tampoco sabe cuánto costaría readaptar las dependencias.

El Ayuntamiento de ZEC lo quiere

Mientras el Gobierno aragonés sigue dándole vueltas al asunto, el Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado que le entreguen el edificio. Alega que parte de los terrenos en los que se constlruyó en su día fueron cedidos por el Consistorio y que, por tanto, tiene un derecho preferente para hacerse con él una vez que ha quedado vacío.

El Gobierno aragonés dice que está estudiando esa solicitud, pero tampoco tiene claro todavía si jurídicamente está realmente obligado a entregar este tremendo y valioso inmueble al Ayuntamiento de la capital aragonesa, gobernado actualmente por la coalición ZEC, de la órbita de Podemos.

El Ejecutivo autónomo sigue considerando como primera opción quedarse el edificio y reaprovecharlo para servicios de la Administración regional. Eso sí, dando por hecho también que tendrá que gastarse una elevada cantidad de dinero en readecuar sus dependencias. El antiguo edificio de los juzgados tiene una distribución pensada para lo que se construyó, para servicios judiciales, lo que obliga a reformar su distribución para que sea realmente operativo para otras unidades administrativas.

En cualquier caso, el Gobierno aragonés sostiene que es mejor reaprovecharlo que venderlo. Dice que, de esa forma, podría prescindir del pago de alquileres que ahora abona por diversas oficinas en las que tiene servicios administrativos repartidos por Zaragoza capital. Y, además, argumenta que reutilizando este céntrico edificio público permitiría «mejorar las condiciones de trabajo de los empleados públicos, puesto que se trata de un edificio más moderno que los que ocupan actualmente algunas unidades administrativas», así como «revitalizar la zona centro de la ciudad».

Este gran edificio quedó vacío cuando, en la anterior legislatura, el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi culminó el traslado de los juzgados a su nueva sede, en espacios también públicos situados en loq ue fue el recinto de la Expo. Allí se han concentrado los servicios judiciales de Zaragoza, en un amplio complejo denominado Ciudad de la Justicia.

Continuos sobrecostes con la Ciudad de la Justicia

Sin embargo, ese traslado también ha acabado costando dinero. Y por partida doble. Primero, por la multimillonaria inversión que se tuvo que llevar a cabo para habilitar la Ciudad de la Justicia. Y, segúndo, por los 7,5 millones de euros al año que el Gobierno aragonés paga anualmente por el alquiler de estas instalaciones. Esto pese a que los espacios de la Ciudad de la Justicia son del Gobierno aragonés. El problema es que los tiene asignados a una de sus empresas públicas, Expo Zaragoza Empresarial, que no deja de dar pérdidas año tras año. Con esos 7,5 millones de euros de «autoalquiler», que el Gobierno aragonés paga a su sociedad pública de la Expo, inyecta fondos para enjugar los abultados números rojos de Expo Zaragoza Empresarial.