Tráfico de inmigrantes en motos de agua: hasta 1.000 euros por un viaje de tres minutos a Ceuta

Las mafias utilizan este método en verano para introducir a «sin papeles», principalmente argelinos y bangladesíes, desde Marruecos

Rescate, en 2017, del cadáver de un inmigrante al que el piloto de una moto de agua lanzó al mar en Ceuta para no ser capturado EFE

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Alquilar una moto de agua un día entero en Ceuta para disfrutar del mar cuesta unos 300 euros. El precio que ponen las mafias para cruzar, en el mismo medio de transporte, a los inmigrantes desde Marruecos hasta la Ciudad Autónoma puede oscilar entre los 500 y 1.000 euros . La ecuación es muy sencilla y los traficantes de personas la conocen bien: poco gasto, poco tiempo y muchos ingresos.

La semana pasada, dos ciudadanos marroquíes fueron detenidos en Melilla por la Guardia Civil, que les interceptó en medio de una travesía con inmigrantes a bordo de sus motos acuáticas. Al ser sorprendidos por los efectivos del Instituto Armado, los delincuentes no dudaron en arrojar a los «sin papeles» al agua para poder escapar. No lo lograron y, tras ser identificados y detenidos , resultó que uno de los pilotos era menor.

Fuentes de la Guardia Civil consultadas por ABC explican que, cuando llega el verano, sobre todo durante los meses de julio y agosto, época en la que el viento de Levante lo permite, casos como este se incrementan. «Aunque lo de que el piloto sea menor es novedad», subrayan desde el Cuerpo, donde especifican que esta modalidad de tráfico de inmigrantes corre a cargo habitualmente de pequeñas organizaciones mafiosas que ven que pueden obtener un jugoso rédito con una pequeña inversión, tanto económica como de personal y tiempo.

Tres minutos

«Tardan tres minutos en hacerlo», indican desde la Guardia Civil, donde también reconocen la dificultad que entraña interceptar a embarcaciones tan pequeñas y tan rápidas. En lo que va de año, teniendo en cuenta que los casos se concentran en los meses de verano , en Ceuta han vivido unos ocho casos de este tipo que se han saldado con dos intentonas desbaratadas.

La operación se resuelve en tan poco tiempo debido a la proximidad entre ambos territorios.Ceuta es una de las dos fronteras terrestres con Marruecos y los mafiosos lo aprovechan : se limitan a desembarcar a los inmigrantes en el punto de la costa que coincide con la línea fronteriza entre ambos países y vuelven rápidamente a África. Además, ponen en práctica todas las maniobras que están a su alcance para dificultar la labor de las Fuerzas de Seguridad. Habitualmente, cuando van a realizar una operación de este tipo, los pilotos intentan mezclar sus motos de agua con otros barcos de recreo para que las embarcaciones de la Guardia Civil, de mayor envergadura, no encuentren paso libre. «O los pillamos “in fraganti” en el mar o no los coges», reconocen fuentes del Cuerpo, que manifiestan que estas pequeñas mafias que operan en la zona están compuestas tanto por ciudadanos marroquíes como de Ceuta.

Argelinos y bangladesíes

No todos los inmigrantes que llegan a las costas españolas lo hacen de la misma forma. Esta viene determinada por el poder adquisitivo que tengan.Los «sin papeles» subsaharianos, los más pobres, suelen desembarcar hacinados en pateras; mientras que otros pueden permitirse realizar un pago más alto a las mafias que trafican con personas para abandonar Marruecos. Es el caso de aquellos que cruzan a España en motos de agua.

Debido a su elevado precio, que además puede variar en función de la oferta y la demanda, desde el Cuerpo subrayan que argelinos y asiáticos –principalmente bangladesíes– son los «clientes» más usuales de este tipo de mafias que se sirven de las motos de agua para introducir a inmigrantes de manera ilegal en la Ciudad Autónoma.

Atrapados

Los inmigrantes, acosados por la desesperación, no reparan tampoco en los riesgos que entraña montarse a una de estas motos de agua. Como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones, los pilotos no dudan en deshacerse de ellos –que en la mayoría de los casos no saben nadar– si consideran que pueden ser detenidos. En 2017, de hecho, un inmigrante murió ahogado en Ceuta en un suceso similar al de la semana pasada.

Además, el beneficio por jugarse la vida y pagar hasta 1.000 euros a estas organizaciones mafiosas para que les introduzcan de manera ilegal en Ceuta no es demasiado grande para los intereses de los inmigrantes. Es cierto que llegan a Ceuta, pero al encontrarse en suelo africano, todavía deben ingeniárselas para llegar a la Península y, desde ahí, continuar su viaje hasta los países que suelen tener como destino: el caso de Francia o Bélgica. De esta forma, muchos acaban vagando «atrapados» en las inmediaciones de la terminal portuaria de la Ciudad Autónoma en busca de un descuido que les permita subirse como polizones a un barco y salir de Ceuta.

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