Los sindicatos de los Mossos ven «insostenible» la situación del cuerpo

El jede de la policía autonómica defiende el operativo del Parlamento catalán

El consejero de Interior de la Generalitat de Quim Torra, Miquel Buch EFE

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Ni entienden los últimos dispositivos planteados por la dirección del cuerpo ni mucho menos sus posteriores explicaciones. Al malestar acumulado en el seno de los Mossos d’Esquadra por la evidente falta de respaldo por parte del gobierno catalán tras su actuación del pasado sábado –en la que el cuerpo fue atacado con pinturas, latas y piedras por parte de los independentistas más radicales y tras lo que Quim Torra se limitó a decir que las imágenes de cargas que se habían vivido no le gustaban y que se revisarían los protocolos–, los efectivos tuvieron que afrontar el asalto de anteayer al Parlament como pudieron. Las posteriores argumentaciones del operativo por parte de la dirección han sido la gota que ha colmado el vaso.

«Los medios eran muy justos. Había los mismos efectivos que un día normal», denunciaba Toni Castejón del sindicato SME, que asegura que la situación en el cuerpo «es insostenible, inadmisible». También Valentí Anadón, del sindicato Fepol, criticaba que la actuación de ayer «puso en peligro al cuerpo» , pero también a la seguridad de toda la ciudad, que perdió agentes por la reordenación de efectivos hacia la Ciutadella. «Son unos irresponsables que están jugando con la integridad de los agentes», reprochó a los miembros del Govern David Miquel, del sindicatoSPC.

Piden dimisiones

De hecho, desde el sábado, 40 agentes han resultado heridos por fracturas y lesiones en la calle, 32 de ellos anteayer, y al menos cinco han solicitado la baja. Además de coincidir con el insuficiente dispositivo , en el seno del cuerpo creen que el error de planificación debería derivar en alguna dimisión. Parte del cuerpo duda sobre si realmente la dirección, ilusa, creía que la jornada acabaría pacíficamente o si, por el contrario, a alguien le interesaba que la situación se descontrolara, sea para denunciar la precaria situación del cuerpo o para desestabilizar todavía más a un gobierno, claramente perjudicado por su acercamiento a los grupos más radicales, como cuentan fuentes internas del cuerpo a ABC.

«En ningún momento hubo improvisación». Sin autocrítica y obviando la gravedad de que grupos del ala más radical del independentismo llegaran literalmente a las puertas del Parlament, el director general de los Mossos, Andreu Martínez , defendió que se había hecho una buena planificación y que se contó con el triple de efectivos de un partido de fútbol de alto riesgo.

Martínez argumentó que los agentes usaron hasta el último momento «las vías de mediación» y que «si no hay actuación violenta, la policía no actúa». Reconoció que desde el sábado habían notado que una minoría radical –por primera vez desde el 1-O , consideró– estuvo «buscando la confrontación», pero evitó culpar a Torra por alentarlos a seguir combativos. Pese a tenerlos identificados, no se ha producido ni una detención.

Por otro lado, l a fiscal general del Estado, María José Segarra , aseguró ayer que el Ministerio Público actuará «con la contundencia debida» contra los autores de los actos violentos.

Con tal escenario, la polémica se coló en el pleno del Parlament, donde la oposición exigió explicaciones e incluso el cese del consejero de Interior, Miquel Buch , que comparecerá ante la crisis abierta. Mientras, en el exterior, los antidisturbios montaban de nuevo las vallas que anteayer habían volado por los aires. Ayer, los agentes reforzaron las barreras con cadenas.

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