Amonestan a la senadora de Podemos que trampeó su voto: «Está normalizada, no discapacitada»

El Senado ve «grave» que Virginia Felipe enviara a su asistente a votar por ella y recuerda que gastó 113.000 euros en reformar la institución para facilitar su trabajo

Virginia Felipe con la ministra de Sanidad, la pasada semana Twitter
Itziar Reyero

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La Mesa del Senado ha decidido hoy amonestar a la senadora de Podemos Virginia Felipe por haber enviado a su asistente a votar por ella en el último Pleno porque no le dio tiempo a llegar del baño. La Cámara Alta considera que se trata de un hecho «grave» porque el voto de los parlamentarios es indelegable, según recoge la Constitución, pero no ve delito de suplantación de identidad, por lo que no habrá sanción. Se le advierte además de que, si vuelve a hacerlo, será castigada. El sentido del voto de la polémica -abstención- se declará nulo en las actas.

Virginia Felipe ordenó el pasado miércoles a uno de sus asistentes que entrara en el Pleno y votara en su lugar alegando que no le daba tiempo a llegar al hemiciclo. La senadora, que se desplaza en silla de ruedas y tiene una movilidad muy reducida, justificó que había ido al baño y tuvo dificultad para volver a su sitio antes de que los ujieres cerraran las puertas. Su ayudante se agazapó junto a su escaño y presionó el botón de votación pese a que los trabajadores de la Cámara le advirtieron de que era ilegal.

La Mesa no acepta las justificaciones de que Felipe no pudo llegar a tiempo por su reducida movilidad y recuerda que al principio de la legislatura, a petición de la propia senadora, se acometieron una serie de obras de reformas para adaptar el edificio a su situación. Se invirtieron 113.000 euros en esas obras: se adaptó su despachoy el sistema de botonería de su escaño, se reformó la tribuna de oradores, se puso una plataforma de acceso en el hemiciclo y se adecuaron dos baños en la tercera y cuarta planta así como el ascensor. También se remodeló el acceso a la tribuna del hemiciclo antiguo y se le reservó un aparcamiento exclusivo para ella.

Además, se le puso a su disposición dos asistentes para ayudarle a realizar sus tareas parlamentarias, que suponen un gasto extra de 79.000 euros al año en sus salarios, según recordó el vicepresidente de la Cámara, Pedro Sanz . Al menos una persona acompaña siempre a la senadora, que sufre atrofia muscular espinal.

«No podemos analizar el caso como si fuese una senadora discapacitada sin más , sino como una senadora normalizada, ha afirmado Sanz tras la reunión de la Mesa, en la que están presentes miembros del PP, del PSOE y del PNV. «Estaríamos haciendo un flaco favor al mundo del discapacitado», ha señalado, recordando que la Cámara Alta ha garantizado su igualdad de condiciones.

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