Sánchez esquiva el «procés» ante el empresariado catalán

El Círculo de Economía insiste en la mejora del autogobierno para superar el conflicto

Nadia Calviño, Pedro Sánchez y Juan José Brugera, ayer en las jornadas del Círculo de Economía Europa Press

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Las jornadas anuales del Círculo de Economía en Sitges son siempre un buen termómetro para calibrar el momento político y económico. Y en Cataluña ese momento pasa por un presidente de la Generalitat autista ante cualquier realidad que no sea el monotema del «procés» , un empresariado que exige estabilidad y un presidente del Gobierno que ante los temas difíciles, y el catalán todavía lo sigue siendo, decide ausentarse, al menos ante un auditorio que esperaba alguna respuesta. Una muestra de ello se ha visto en estos tres días de conferencias y debates que ayer clausuró el presidente en funciones Pedro Sánchez , que para sorpresa de los presentes pasó por encima del conflicto independentista como si este no existiera. Tan solo, y de manera indirecta, pareció que aludía al «procesismo» que todo lo llena cuando animó a «pasar página y salir de la rotonda» o a dejar de «levantar falsos muros y fronteras en un mundo cada vez más globalizado».

Ante una nutrida selección de la empresa y las finanzas –Gortázar de CaixaBank, Oliu del Sabadell, nadie de la Generalitat–, Sánchez habló de Europa , de Trump y hasta de la erosión de la tierra, pero nada sobre el tema catalán.

Tercera vía

La oportunidad para ello se la había servido en bandeja el Círculo, cuyo presidente, Juan José Brugera , intervino para cuajar lo que, como es costumbre en esta institución, fue un ortodoxo discurso en defensa de la tercera vía. «No estamos condenados al fatalismo», señaló Brugera, para recordar que para el caso catalán se hallarán salidas cuando se asuma que, «en el fondo, estamos ante un problema político español» y se mejore «el modelo territorial en beneficio de Cataluña y el conjunto de comunidades autónomas». Siempre, se insiste, desde el «diálogo, la transacción y el acuerdo».

Antisecesionistas, propagandistas del reformismo, en los corrillos que se formaron tras la intervención de Sánchez no se escondía la sorpresa por la intervención del presidente, que podía haberse pronunciado en Sevilla o cualquier otra ciudad española. El presidente del Círculo en su intervención inicial puso en valor las palabras del día anterior del vicepresidente catalán Pere Aragonès (ERC) «proponiendo retomar el diálogo» o las del presidente de la patronal Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre , que exigió una declaración «formal e inequívoca» de Quim Torra a favor del Estado de derecho para propiciar el retorno de las empresas que abandonaron Cataluña durante el otoño negro de 2017 y meses siguientes. Significativamente nada dijo Brugera del paso de Torra por las jornadas. Fue el jueves, y la intervención del «president» fue una muestra de autismo político.

Las jornadas de economía de Sitges constatan la distancia entre la empresa catalana y el Gobierno de Quim Torra

Si Sánchez ayer no cogió el guante y no habló del «procés», Torra no habló de otra cosa. La frialdad con la que Brugera y los socios del Círculo despacharon a Torra fue casi cruel. Como apuntaban algunos presentes para justificar esta actitud, también a Sánchez, ante el cansancio que genera el «procés» la respuesta más sana es el desprecio. El problema, apuntaban otros, es que la Generalitat sigue en manos del independentismo, la Cámara de Comercio de Barcelona ya es una palanca más del secesionismo y por mucho que se ignore, el monotema sigue irradiando y contaminándolo todo.

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