Rivera hace suya la indignación del 15-M para «desbordar» al bipartidismo

Con aires de mago Albert Rivera presentó el plan de reformas con el que pretende «cambiar España» si llega a la Moncloa. Subió al escenario y dijo, literalmente, «tachán» mientras en una pantalla gigante a su espalda se podía leer «suprimir el Senado». Las más de 1.000 personas que abarrotaban el Palacio de Congresos de Cádiz, otras 500 se quedaron sin poder acceder al recinto, rompió a aplaudir y a vitorear con un ritmo más propio de las gradas del Carranza que de un mitin político. Al ya tradicional «yo soy español», los seguidores de Rivera sumaron ayer el «a por ellos» como grito de guerra.

Ellos son el bipartidismo, lo que Rivera calificó como «la partitocracia que ha degradado nuestras instituciones», y que, según el líder de Ciudadanos, será la gran derrotada si logra implantar sus reformas.

«Algunos tendrán miedo, pero la mayoría de los españoles tendrán ganas. Nos dirán muchas cosas, pero las ganas son mucho más fuertes que el miedo», señaló un Rivera que reivindicó sus propuestas como el texto definitivo que canaliza «el cabreo, la indignación y también la ilusión» de los millones de españoles que reclaman un cambio político. «Muchas de estas medidas las hemos visto en campañas de internet, en recogidas de firmas, en pancartas, y hoy están aquí, en un proyecto de cambio para España», señaló un Rivera que aseguró que el PP y el PSOE quieren ganar para que nada cambie.

En el equipo de Rivera están convencidos de que estas reformas les van a permitir llevar la iniciativa durante la campaña. Algo que, unido a su nítida posición sobre Cataluña, creen que les puede hacer llegar a un electorado «muy transversal».

El Senado sería sustituido por un consejo presidentes autonómicos y de las ciudades autónomas con capacidad legislativa. Cada uno tendrá un voto ponderado en función de su población, aunque se incluirá un mecanismo corrector para evitar que las regiones más pobladas puedan ejercer el bloqueo. Será competente para la aprobación, en segunda lectura, con el voto mayoritario de sus miembros, de las leyes relacionadas con la organización territorial. En caso de discrepancia con el Congreso de los Diputados prevalece lo establecido por éste.

Si nos guiamos por el «aplausómetro» lo que se lleva es eliminar. Ciudadanos propondrá la supresión del Consejo General del Poder Judicial(CGPJ). Todas sus funciones las asumiría le presidente del Tribunal Supremo. Será elegido por el Congreso de los Diputados, por una mayoría reforzada de dos tercios, de entre todos los magistrados del TS que cumplan 20 años de carrera judicial. El mandato será de seis años y sin posibilidad de reelección. Inspirados en el papel del Defensor del Pueblo, uno de los expertos que ha redactado el documento explica que quieren que sea la figura que garantice la independencia del poder judicial, más que una figura de gestión. El documento añade que sería «asistido» por dos adjuntos elegidos mediante sufragio directo entre jueces y magistrados y que tendrán un mandato de tres años.

También se confirmó la supresión de las diputaciones provinciales y la fusión de los servicios de los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. Estas dos medidas supondrían un ahorro según sus cálculos de 10.000 millones de euros. En cuanto al Tribunal Constitucional, Ciudadanos planteará su «despolitización» al poner como requisitos que los magistrados no hayan desarrollado cargos orgánicos en ningún partido ni ningún cargo público en los cinco años anteriores a su nombramiento. Además, los magistrados necesitarán tener una trayectoria de 25 años para ser elegidos. El mandato de cada uno de ellos será de 12 años, aunque se renovará parcialmente cada cuatro años, y se fija la jubilación obligatoria para ellos en los 75 años.