El «regreso» de Maria Antònia Munar

La expresidenta del Consell de Mallorca, que cumple dos condenas que suman once años y medio de cárcel, comparecerá de nuevo en los Juzgados esta semana

Maria Antònia Munar, en una imagen de archivo JOAN LLADÓ
Josep María Aguiló

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La expresidenta del Consell de Mallorca y de la extinta Unió Mallorquina (UM), Maria Antònia Munar (Barcelona, 1955), saldrá mañana miércoles de la cárcel por unas horas, para asistir en la Audiencia Provincial de Palma a dos vistas previas, centradas en los casos Son Oms y Studio Media. Por ambas causas, la exlíder nacionalista se enfrenta a sendas posibles penas de prisión de seis y siete años , respectivamente, si bien cabe la posibilidad de que finalmente pueda llegar a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción.

En el caso Son Oms, el Ministerio Público acusa a Munar de blanqueo, prevaricación y tráfico de influencias por, presuntamente, haber influido en la recalificación supuestamente irregular del solar palmesano del mismo nombre cuando presidía el Consell de Mallorca. Por lo que respecta al caso Studio Media, en el que están encausadas ocho personas en total, la Fiscalía acusa a Munar de prevaricación, fraude, tráfico de influencias y falsedad por, presuntamente, haber consentido que se favoreciera a dicha empresa de comunicación —próxima a dirigentes de UM— con la adjudicación de unos tres millones de euros de fondos públicos.

La última vez que Munar salió de la cárcel fue a principios de octubre del pasado año , cuando fue juzgada en el marco de una pieza separada del denominado caso Can Domenge. En dicha pieza se había investigado si en 2006 la propia Munar y dos consejeros del Consell de Mallorca, Miquel Nadal y Bartomeu Vicens , habrían acordado pedir cuatro millones de euros a la promotora Sacresa, a cambio de garantizarle que sería la ganadora del concurso público que la institución insular convocó para dar apariencia de legalidad a la venta del solar de Can Domenge, ubicado en Palma. La idea originaria de Sacresa era construir viviendas de lujo en los citados terrenos, un proyecto que finalmente nunca se ejecutó.

Uno de los hechos más relevantes del juicio celebrado hace ahora un año fue el gran deterioro físico y anímico que se pudo observar en Munar, quien además se encontraba entonces en tratamiento por depresión. En varios momentos de las dos jornadas de la citada vista oral pudo verse llorar o muy afectada a quien durante casi dos décadas había sido una de las personas con mayor poder político y social en Baleares.

Diversas condenas

Las difíciles circunstancias personales por las que está pasando ahora Munar no influyeron en el veredicto del jurado, que propuso cuatro años de prisión y siete millones de euros de sanción para la expolítica isleña, por un delito de cohecho pasivo. La Audiencia Provincial condenó finalmente a Munar a tres años de cárcel y al pago de seis millones de euros. El fallo no era firme y fue recurrido por su abogado.

Cabe recordar que Munar se encuentra en prisión desde hace casi un lustro, cumpliendo dos condenas por corrupción que suman un total de once años y medio de cárcel. Munar ingresó en el Centro Penitenciario de Palma el 24 de julio de 2013, un día después de haber sido condenada por la Audiencia Provincial a seis años de privación de libertad por los delitos de fraude y revelación de secretos en el marco de la pieza principal del caso Can Domenge. Dicha pieza se centró en la adjudicación irregular del solar del mismo nombre . Los terrenos fueron vendidos por el Consell de Mallorca a Sacresa hace once años por 30 millones de euros, cuando su coste estimado era en aquel momento de unos 60 millones.

Con posterioridad, en octubre de 2013, el Tribunal Supremo condenó a Munar a cinco años y seis meses de prisión por los delitos de prevaricación, malversación, fraude y falsedad en el marco de otra causa, el llamado caso Maquillaje, en el que se investigaba un presunto desvío de fondos públicos por parte del Consell de Mallorca a través de subvenciones irregulares. La sentencia originaria, que fue la que confirmó el Alto Tribunal, había sido dictada en julio de 2012 por la Audiencia Provincial.

Una dilatada trayectoria

La trayectoria política de Munar, que se prolongó a lo largo de tres décadas, se inició a finales de los años setenta, en el seno de la extinta UCD. Así, en 1979 resultó elegida la alcaldesa más joven de España, por dicha formación, en el municipio mallorquín de Costitx. Unos años después, ingresó en UM, partido que presidiría entre 1992 y 2007. Fue en aquella época cuando dicha formación dejó de ser regionalista para pasar a definirse como nacionalista.

A principios de los años noventa, Munar fue consejera de Cultura del Gobierno balear, cuando presidía la Comunidad el popular Gabriel Cañellas , otro de los políticos isleños que con el tiempo acabaría siendo condenado igualmente por corrupción. Posteriormente, Munar presidió el Consell de Mallorca entre 1995 y 2007, en dos legislaturas con el apoyo del PSOE y de otros partidos de izquierda o nacionalistas, y en un mandato con el apoyo del Partido Popular.

En número de votos y de escaños, UM quedó siempre a mucha distancia del PP y del PSOE, pero su condición de partido «bisagra» hizo que durante años todas las formaciones con representación en el Archipiélago aceptasen sus exigencias políticas, por elevadas que fueran o que pudieran llegar a ser. Fue en aquella época cuando se empezó a conocer popularmente a Munar como «la princesa». Su indiscutible poder político continuó hasta mediados de la pasada década, momento en el que empezaron a salir a la luz diversos casos de presunta corrupción vinculados a Munar y a la cúpula de UM.

Aun así, en junio de 2007 Munar todavía consiguió ser elegida presidenta del Parlamento autonómico, gracias al apoyo del PSOE y de la coalición rojiverde BLOC, antecedente de la actual MÉS. En cualquier caso, las investigaciones judiciales seguirían ya sin descanso por parte de la Fiscalía, razón por la que en febrero de 2010 Munar presentó finalmente su dimisión como máxima representante de la Cámara regional y anunció también su abandono de la política. Un año después, la propia UM decidiría disolverse por la acumulación de casos de corrupción en su seno.

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