Los Pujol Ferrusola, con ellos empezó todo

Hace dos semanas se cumplió un lustro de la explosiva declaración de Jordi Pujol confesando que, durante años, él y su familia habían tenido dinero en el extranjero sin regularizar legalmente con Hacienda. Tras años de figurar como «un hombre de Estado», el mito del padre del nacionalismo catalán caía de la noche a la mañana. Desde aquel verano de 2014, la investigación de la Fiscalía Anticorrupción se centra en seguir el rastro del dinero para ver, comprobar y, en su caso, ratificar que su origen no era, solamente, una parte de la herencia del abuelo Florenci, sino cantidades que fueron engordando las cuentas de la familia por el cobro de comisiones irregulares.

Tras unificar la diversas causas abiertas hasta la confesión del patriarca, el juez instructor de la Audiencia Nacional que investiga el caso tiene entre ceja y ceja a todo el clan Pujol Ferrusola, empezando por la «madre superiora», en palabras de la propia Marta Ferrusola, y acabando por los siete hijos.

Jordi Júnior y Oleguer son los que tienen más experiencia ante los tribunales . El primogénito, que comparte nombre con el que fuera presidente de la Generalitat, está envuelto en pleitos desde 2012, después de que su exnovia confesara que le había acompañado a Andorra para mover dinero negro. El segundo tiene que responder por haber cobrado, presumiblemente, comisiones ilegales por la compra-venta de sucursales del Banco Santander. Además, Oriol, que se dedicó a la política, fue condenado en el caso de las ITV. El resto de los hermanos, como estos, también deben responder por el dinero que, dicen, heredaron de su abuelo Florenci.