Elecciones Andalucía 2022

El PSOE finge calma ante un descalabro histórico del que culpa a la desmovilización

Los socialistas empeoran el resultado de Susana Díaz pero confían en que el batacazo no se traslade a las generales

Victoria absoluta del PP: Juanma Moreno consigue 57 escaños y frena el avance de Vox

Pedro Sánchez y Juan Espadas EFE / Vídeo: Lastra desvincula los resultados en Andalucía y sostiene que el PSOE «sigue liderando encuestas» - EP

Mariano Alonso

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El PSOE aparentó ayer tranquilidad ante un batacazo histórico como el vivido en las elecciones autonómicas andaluzas, con pocos o ningún precedente en la centenaria historia del partido. Tranquilidad y falta de sorpresa. La tesis que trasladan fuentes socialistas a nivel nacional es que la campaña estuvo siempre perdida y que el candidato Juan Espadas nunca pudo hacer nada por remontarla ante un electorado enormemente desmovilizado. Pero a partir de ahí, tratan de ver el vaso medio lleno, y minimizan el impacto que la debacle de los socialistas andaluces, por debajo incluso del resultado obtenido por Susana Díaz hace cuatro años, pueda tener en el futuro, sobre todo en las próximas elecciones generales, en las que Pedro Sánchez se juega su reelección. «¿Cómo va a tener la victoria del PP en Andalucía una extrapolación a nivel nacional, si Moreno [Juan Manuel] lo que ha hecho es esconder las siglas?» reflexionan en forma de interrogación retórica desde Ferraz, donde la cúpula del partido, a excepción de Sánchez, que se quedó en La Moncloa, siguió el recuento electoral en la tarde noche del domingo, encabezados por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños , y por la número dos del partido, Adriana Lastra . Esta última compareció sin preguntas en la sede central de los socialistas cerca de las once de la noche, cuando ya había intervenido en Sevilla Espadas, para lanzar un duro ataque a Moreno, al que culpó de haber «buscado unas elecciones con desmovilización y baja participación. Es una prueba de la poca confianza que Moreno Bonilla tiene en los andaluces y andaluzas» señaló la vicesecretaria general. Los datos de participación arrojaron una cifra dos puntos porcentuales mayor a la de 2018, alcanzado el 58 por ciento del censo.

La izquierda, en casa

Pero en el cuartel general socialista aducen otro argumento para mantener el optimismo ante una derrota sin paliativos en uno de sus feudos históricos, allí donde gobernaron casi cuarenta años y donde siempre presumieron de una imbricación con el territorio como en ninguna otra región de España. Los socialistas pierden más de 100.000 votos y tres escaños (de 33 a 30) con respecto a 2018 y se resignan a ver un mapa, el de las ocho provincias andaluzas, teñido completamente de azul, el color del primer partido del centro-derecha, algo absolutamente impensable hasta hace bien poco en un lugar donde los socialistas gobiernan aún la mayoría de ayuntamientos y diputaciones provinciales.

Una derrota sin paliativos que creen que tiene su origen en la desmovilización del electorado andaluz progresista, tanto el suyo como el de las formaciones más a su izquierda. Y de esa apatía ante la cita con las urnas culpan, paradójicamente, al hecho de que el PSOE esté en el Gobierno central, en coalicición con Unidas Podemos. Lo explican así: «Nuestros electores están contentos con la gestión a nivel nacional, y eso les hace desmovilizarse en otras citas, pero en las generales eso no será así» construyen su particular cuento de la lechera. «Los electores distinguen cada vez más entre elecciones, y lo cierto es que la pandemia ha consolidado a todos los gobiernos autonómicos que la gestionaron, de uno y otro signo» apuntalan la tesis.

Ferraz respalda a Espadas

Pero a nadie se le escapa que sin un muy buen resultado del PSOE en las provincias andaluzas es muy difícil que un presidente socialista pernocte en La Moncloa . Los escaños andaluces representaron alrededor de una quinta parte del Grupo Socialista tanto con Felipe González como con José Luis Rodríguez Zapatero y ahora con Sánchez. Y que el PSOE, por ejemplo, no haya sido por primera vez en la historia de la democracia el partido más votado en Sevilla y Jaén no es un dato que el partido pueda blandir como esperanzador de cara a las elecciones a nivel nacional que, de no adelantarse, tendrán lugar entre finales de 2023 y principios de 2024.

El mensaje de Lastra, por lo demás, en el que no hubo ni un atisbo de felicitación al PP como ganador de las elecciones, y además por mayoría absoluta, estuvo dedicado en buena medida a respaldar a Juan Espadas como líder del partido y por lo tanto, subrayó, de la oposición al segundo gobierno de Moreno al frente de la Junta. La mano derecha de Sánchez en el partido mostró «todo mi agradecimiento al compañero Juan Espadas, por el esfuerzo que ha hecho en unas elecciones pensadas, diseñadas y convocadas por el PP contra él. El nuevo PSOE de Andalucía no ha tenido tiempo suficiente para consolidar una alternativa al Gobierno de Moreno Bonilla. Ahora podrá poner en marcha un proyecto fuerte, para recuperar la hegemonía política en Andalucía. Juan Espadas ha sido un gran candidato, que en muy poco tiempo ha hecho un esfuerzo enorme, y que merece todo nuestro reconocimiento. Estas elecciones han sido convocadas por Moreno cuando ha querido y porque ha querido», concluyó Lastra, en un inequívoco apoyo al exalcalde de Sevilla, el mismo que hoy lunes dará la Ejecutiva del PSOE, en la que bajo la presidencia de Sánchez se analizarán los resultados de las elecciones autonómicas.

Ese respaldo a Espadas es, también, todo un aviso a navegantes ante posibles movimientos internos . El líder del PSOE andaluz fue la apuesta de Sánchez para derrocar a Susana Díaz en 2021 en las primarias que sacaron de la carrera electoral a la expresidenta de la Junta y antigua rival del secretario general por el liderazo nacional del partido. Hoy puede decir que el suyo en 2018, pese a perder por primera vez el poder en Andalucía, no ha sido el peor resultado de la formación en toda la historia autonómica.

Lejos de cualquier autocrítica, Lastra lanzó un mensaje de optimismo ante el ciclo electoral que abren las andaluzas y que seguirá el año que viene con las municipales y autonómicas. « El PSOE sigue liderando las encuestas nacionales , el PP mantiene tres gobiernos que ya ostentaba y, tercero, por el cambio de aliados del centro [Ciudadanos] a la ultraderecha en Castilla y León. Ese es el único cambio del camino emprendido por Núñez Feijóo» concluyó de manera tajante,

Aunque parece que tanto la debacle propia como el triunfo arrollador de Moreno y el estancamiento de Vox obligará a los socialistas a replantear su discurso del miedo a «la ultraderecha», cuya presencia institucional se reduce tras el resultado de ayer a la Junta de Castilla y León, cuando apenas hace meses pensaban que sería mayor. El PSOE finge calma, en definitiva, pero suma otra derrota autonómica más desde que Sánchez es presidente.

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