El letrado Gallardón pide la venia

Desde que dejó de ser político su nombre solo ha podido ser emparejado a un prefijo: expolítico, expresidente autonómico, exalcalde, exministro... También exfiscal

Madrid Actualizado: Guardar
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El abogado Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez forma parte ya del equipo que defiende al opositor venezolano Leopoldo López. Desde que dejó de ser político el 23 de septiembre de 2014 al renunciar al Ministerio de Justicia por discrepancias sobre la ley del aborto, su nombre solo ha podido ser emparejado a un prefijo: expolítico, expresidente autonómico, exalcalde, exministro... También exfiscal. Pero solo porque quiere. Porque plaza fija tiene en la Audiencia Provincial de Málaga, a pocos kilómetros de la casa de Nerja donde veranea. Allí se estrenó el hijo de José María y Ana, tras obtener el segundo puesto en las duras oposiciones al Ministerio Fiscal. Aunque hacía poco que había cumplido 20 años, ya estaba casado con otra abogada que conoció en la Facultad de Derecho CEU-San Pablo, de Madrid, Mar Utrera.

Les presentó Ana Botella, luego mujer de José María Aznar y sucesora en la Alcaldía de Madrid de su amigo Alberto.

Del fiscal Gallardón poco se recuerda en la Audiencia de Málaga, donde solo trabajó unos meses. Todavía hay antiguos abogados y fiscales que no han olvidado el tiempo en que el joven Alberto coincidió con Luis Portero, el fiscal al que asesinó ETA en octubre de 2000. De su convivencia con Portero, Gallardón siempre ha recordado los tiempos en los que él aspiraba a ser fiscal en Málaga y lo conoció bien y admiró más. De las dos profesiones de su padre, José María Ruiz-Gallardón, (abogado y político en la transición), su hijo optó por ejercer, durante la mayor parte de su vida, la segunda. Por eso, en 1983 se presentó a las elecciones municipales en Madrid. Colgó la toga de fiscal y abogado, pero la recuperará cuando, acompañado del letrado Javier Cremades, se presente en la Corte de Apelaciones de Caracas, que estudia el recurso contra la condena de Leopoldo López a casi 14 años de prisión, perseguido por el régimen de Nicolás Maduro.

Desde que entró casi con pantalón corto en el Ayuntamiento de Madrid, según él recuerda, nunca se apeó del coche oficial y su profesión quedó en un segundo plano. Aunque nunca la ha olvidado, sobre todo porque su actual domicilio, en el barrio madrileño de Chamberí, es la misma vivienda reformada del despacho de abogado que regentó su padre. Y la profesión del abuelo también la han heredado los dos hijos mayores de Gallardón, Alberto y Pepe; si bien el primogénito, Alberto, la ha cambiado por la gastronomía.

Cuando se marchó del Ministerio de Justicia, Gallardón pidió al Gobierno permiso para retomar su profesión de la juventud. Cuatro meses después, el Ejecutivo de Mariano Rajoy le otorgó el plácet. Pero es ahora en Caracas donde el letrado Gallardón pide la venia.

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