Laya tilda la cooperación de Argelia en materia migratoria de «plena»

España se compromete a «abrir vías» legales de inmigración para trabajadores y empresarios

La ministra, junto a su homólogo argelino, Sabri Boukadoum Efe

L. L. C.

La oleada de pateras lanzadas desde las costas de Argelia que llegan a aguas de Murcia, Levante o Baleares es un clásico de los últimos años al final de cada verano y Argel ha sabido remontar posiciones hasta reivindicarse en materia migratoria como un socio casi tan estratégico como Marruecos. Lo que quiere decir vital.

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, no lo perdió de vista ayer al refrendar ante su homólogo argelino, Sabri Boukadoum, la cooperación que están brindado a España en este ámbito tildándola de «plena» y al guardar diplomático silencio cuando su interlocutor dijo que Argelia no es país de origen de inmigrantes , sino de tránsito de los miles que proceden del Sahel y el África subsahariana. Los datos de Acnur reflejan que el 15% de las entradas irregulares a nuestro país son precisamente de argelinos.

En 2020, hay fuentes que aseguran que llegaron a ser más de la mitad de los interceptados en el Mediterráneo que, al margen, en torno a julio fue escenario de lo que llegó a parecer una operación orquestada de salida de pateras desde Argelia rumbo a España. Aunque -a diferencia de lo que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy con ocasión de la avalancha de 2017 en las costas murcianas- el Gobierno de Pedro Sánchez evitó llamar a un encuentro al embajador para expresarle su preocupación. El titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska viajó a Argel en agosto para intentar frenarlo.

Precisamente, en las horas previas a la llegada del ministro e Exteriores argelino, el viernes dos embarcaciones con inmigrantes fueron interceptadas en aguas también de Murcia y el sábado se producía el naufragio de una tercera, de la que fueron recuperados dos cadáveres y tres supervivientes que dieron cuenta de la desaparición de nueve pasajeros más. No han sido encontrados.

Redes criminales

Boukadoum, que en esta visita a Madrid se ha reunido Sánchez y será recibido por el Rey, se entrevistó este lunes al tercer intento con Laya, a la que durante la rueda de prensa que ofrecieron juntos se dirigió familiarmente como «Arancha» . De ella escuchó la confirmación de que los dos países van a trabajar juntos para «evitar que haya redes criminales que se beneficien de las desgracias ajenas» y «para abrir vías regulares de migración a España», principalmente para «estudiantes, empresarios y trabajadores». «Sin necesidad de cambiar de receta», indicó la ministra, porque esta es «la buena manera para hacerlo».

Como en el caso de Marruecos, no hay forma de saber el coste de la factura por controlar la inmigración que se paga a Argelia, por otro lado socio principal en cuestiones energéticas, amén de en cuestiones de seguridad y terrorismo. Los dos ministros anunciaron una Reunión de Alto Nivel, que será la octava, para la segunda mitad del año en Madrid.

«Descolonización» del Sáhara

Pero más allá de la inmigración, durante la comparecencia conjunta salieron a relucir dos cuestiones con aristas. La primera de ellas, relacionada con la intención de Argelia, expresada en abril 2018, de declarar aguas territoriales y ampliar su zona económica exclusiva hasta invadir parte de las aguas del archipiélago del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de la Cabrera , en las Islas Baleares. Esta fórmula fue luego copiada por Marruecos en una decisión que afectaría a las Canarias, en particular a la isla del Hierro, donde se localiza el mayor yacimiento de telurio del mundo.

Si bien en otras ocasiones Laya pidió evitar expresiones como «se ha apropiado» para referirse a Argel en relación con los recursos que ambiciona, ayer se limitó a recordar delante de su interlocutor que «no cabe unilateralidad en la delimitación de espacios marítimos», que «siempre debe hacerse de manera dialogada y negociada».

El otro asunto comprometido que tuvieron que abordar públicamente fue la cuestión del Sáhara Occidental. No entraron a a valorar los reciente acontecimientos registrados en la zona, con el conato de guerra habido en noviembre. La ministra reiteró la posición de España, que reclama el papel central de Naciones Unidas y Boukadoum destacó que la solución pasa por la autodeterminación. «El Sáhara Occidental es un problema de descolonización que solo se soluciona en base a los dictámenes de la ONU», defendió el titular de Exteriores argelino.

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