El Gobierno presume de «diálogo» en una sesión de control con solo seis ministros

El Ejecutivo defiende la mesa con la Generalitat, asegura que «por primera vez» se están buscando «soluciones democráticas» y vuelve a culpar al PP del 'procés'

El ministro Félix Bolaños responde una pregunta de Iván Espinosa de los Monteros (Vox) Efe / Vídeo: Vox se queja de «espantada» de ministros en el Congreso - EP
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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El Congreso de los Diputados ha celebrado este miércoles una sesión de control atípica, en la que solo han respondido preguntas de la oposición seis ministros. La cita estaba ya marcada por la ausencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , de viaje oficial en Nueva York, pero a ella se ha unido la falta de cinco de los once ministros convocados por los distintos grupos parlamentarios. De las veintidós cuestiones registradas tan solo se han debatido ocho.

El rifirrafe parlamentario, descafeinado sin el habitual cara a cara entre el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición, el popular Pablo Casado , se ha centrado principalmente en la 'mesa de diálogo' celebrada el pasado miércoles entre el Gobierno de España y el Govern autonómico de la Generalitat de Cataluña . Una situación que ha permitido a los pocos ministros presentes presumir de «diálogo» frente a las críticas de la oposición por la mínima asistencia de integrantes del Consejo de Ministros . El banco azul, con el segundo Gobierno más grande de la democracia, aparecía prácticamente vacío.

Un error en el sonido ha impedido a la prensa escuchar dos preguntas de la sesión de control, en lo que ha sido la mejor metáfora para acompañar el 'apagón' gubernamental. El primero en abordar el asunto catalán, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños , ha contestado a la diputada del PP Edurne Uriarte con un argumento que el PSOE repite hasta la saciedad: con Mariano Rajoy en el Gobierno hubo «dos referendos ilegales, dos leyes de desconexión y una declaración unilateral de independencia».

Uriarte le había preguntado si el Gobierno no responderá a la afrenta protagonizada por el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès ( ERC ), que mandó retirar la bandera de España antes de comparecer ante la prensa tras su encuentro con Sánchez. Silencio. También le ha echado en cara la diputada del PP que monte «una mesa de negociación» con quienes cometieron «gravísimos delitos» - sedición y malversación - en 2017. «Ustedes son el conflicto y nosotros el diálogo», ha repuesto Bolaños, en una firme defensa de la mesa extraparlamentaria.

«La vicepresidenta se esconde tras usted»

La carga contra Bolaños la ha mantenido el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros , quien había dirigido su pregunta a la vicepresidenta Nadia Calviño , pero esta la ha delegado en el ministro de Presidencia. «Vienen con el monotema del diálogo. Este es el Gobierno más grande y el que menos se somete al control de la Cámara. De las veintidós preguntas, contestan solo ocho. De los once ministros convocados, vienen solo seis. La vicepresidenta se esconde tras usted», ha comenzado el diputado de Vox.

Bolaños, agudo en la réplica, ha respondido: «Le he llamado tres veces y no ha tenido a bien ni hablar conmigo ni reunirse conmigo». Vox es el único partido que ha rechazado participar en la ronda de contactos del ministro para hablar sobre los Presupuestos Generales del Estado y el Consejo General del Poder Judicial . Bolaños ha defendido la necesidad de hablar con quienes piensan diferente, también fuera del Congreso. «Agradezco su invitación a vernos en un parque, pero la declino amablemente», ha atizado con sorna Espinosa de los Monteros, quien ha advertido de que Vox dialogará con el Gobierno cuando rompa sus acuerdos con «comunistas, separatistas y filoterroristas».

«No me gusta solucionar los asuntos a bofetadas. Lo que ocurrió el pasado miércoles en Barcelona me merece una opinión muy positiva», ha aseverado Bolaños, de nuevo, en amparo de esa 'mesa de diálogo', ante lo que de nuevo ha protestado Espinosa de los Monteros por su «traición» a España. Entonces, Bolaños ha presumido de que el Gobierno está, «por primera vez», encarando el problema y ofreciendo «soluciones democráticas». El ministro, en coincidencia con el argumentario independentista, ha abogado por no mantener «un conflicto institucional» permanente entre España y Cataluña, como si fuesen dos pares equivalentes.

La portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez , también ha justificado la mesa con los independentistas como «parte de las relaciones normales» entre las instituciones. Lo ha hecho a preguntas de Vicente Betoret (PP) y de Macarena Olona (Vox). El diputado popular ha criticado que no se haga público el contenido de la reunión de la semana pasada dando a conocer las «actas de la vergüenza» y ha reclamado la salida de Sánchez de La Moncloa con la misma frase que le dedicó este a Rajoy en la moción de censura: «Dimita, señor presidente. Dimita y todo acabará».

«Se les fugó medio Govern»

Rodríguez, en la línea de Bolaños, ha apostillado que el PP solo dejó «conflicto, enfrentamiento y dolor» y que, además, «se les fugó medio Govern». La portavoz del Gobierno, de paso, ha reclamado a los populares que se sienten a negociar la renovación de los órganos constitucionales.

Olona, por su parte, ha lamentado que no le responda la «ministra comunista», la vicepresidenta Yolanda Díaz , a quien había dirigido su pregunta, y que lo haga Rodríguez, a quien ha aconsejado dimitir antes de verse afectada por la acción del Gobierno «con absoluto desprecio a la Constitución y a los españoles».

En su réplica, Rodríguez ha censurado la actitud de Vox ayer martes en el Pleno por los insultos de José María Sánchez García a la socialista Laura Berja , por «incumplir el reglamento» de la Cámara Baja al negarse a abandonar el hemiciclo cuando se lo ordenó el presidente y por encararse la propia Olona a la periodista de La Sexta Cristina Pérez, que le había preguntado si le parecía bien que un diputado llame «bruja» a otra parlamentaria. «Dejen de enfrentarnos a unos españoles con otros. Les ruego que sean respetuosos con los medios de comunicación y con sus profesionales. Están velando por el derecho a la información», ha sentenciado Rodríguez, en una atípica y minimalista sesión de control.

Queja de Ciudadanos

Horas después de la sesión de control, el portavoz de Ciudadanos (Cs), Edmundo Bal , ha comparecido ante los medios en el patio del Congreso para trasladar el malestar de su grupo con la escasa afluencia de ministros. El también vicesecretario general de los liberales ha pedido a la presidenta de la Cámara Baja, la socialista Meritxell Batet , que traslade una queja al Ejecutivo.

«El Gobierno más caro de la historia no viene a la sesión de control», ha protestado Bal, crítico con la «alergia» de los ministros a someterse a las preguntas de la oposición. El abogado del Estado ha reclamado que el Ejecutivo adapte su agenda al Congreso y no al revés, y ha propuesto que sus miembros deban justificar debidamente por qué no acuden y qué motivo hay para no celebrar los actos de su agenda en un momento que no coincida con la actividad parlamentaria. En cualquier caso, Batet no puede obligar a los ministros a acudir a las sesiones, como ha reconocido el propio Bal: «No digo que pueda dar una orden al Gobierno de España, pero sí un ruego, la expresión de un deseo de los grupos de esta Cámara».

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