Los fiscales estallan ante la indiferencia y desplantes de Delgado

Reiteran la necesidad de que la cúpula fiscal sea oída antes de decidir sobre las querellas contra Sánchez

La fiscal general, Dolores Delgado, en el Congreso

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Desde el aterrizaje de Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado, el pasado enero, la Asociación de Fiscales (AF), mayoritaria en la carrera, se había mantenido en un discreto segundo plano. El voto de confianza que querían darle a la exministra de Justicia y la parálisis en la actividad judicial –a excepción de los servicios esenciales– como consecuencia del estado de alarma mantuvieron a los fiscales rezagados y confiados en que Delgado iba a hacer todo lo posible por ganarse, con hechos, la confianza de todos los representantes del Ministerio Público. No en vano su pase del Ministerio de Justicia a la Fiscalía General sin solución de continuidad no fue acogido con entusiasmo en la carrera. Sin embargo, no ha sido así.

Ayer, tras no obtener respuesta a la carta que el pasado 15 de julio remitió a la fiscal general , pidiéndole garantías de su abstención en las querellas que afectan al Gobierno por la gestión del Covid, esta asociación no dudó en mostrar su preocupación por la deriva de la Fiscalía desde la llegada de Delgado. Lo hizo en una nueva carta, esta vez dirigida al teniente fiscal del Supremo, Luis Navajas, en quien la fiscal general ha delegado el destino de esas denuncias que han recalado en el Alto Tribunal por el aforamiento de los miembros del Ejecutivo.

Criterios de reparto

En ella, los fiscales le emplazan a que sea él quien les informe del estado en el que se encuentran esas denuncias, de las que la Sala Segunda ha dado ya traslado al Ministerio Público para que informe sobre competencia, admisibilidad y fondo. En concreto, le piden que explique si ha habido una «recepción efectiva» de las mismas, si se ha procedido a su reparto y en virtud de qué criterios, y si se ha adoptado alguna decisión sobre la convocatoria de la Junta de Fiscales de Sala –el «sanedrín» de la carrera compuesta por los fiscales de mayor categoría– para estudiarla.

Hace ya semanas que la Asociación de Fiscales viene solicitando la convocatoria de esta junta para establecer un criterio unificado y colegiado sobre el destino de todas las querellas . Se trata, insiste, de «despejar cualquier duda de imparcialidad» en el Ministerio Público. «Lo inédito de la situación así lo imponía. En los más de 150 años de vida de nuestra institución, es la primera vez (salvo error u omisión por nuestra parte) que su máximo exponente abandonaba el Ejecutivo el mismo día que se anunciaba su designación para ocupar esta alta instancia y se encontraba aún en posesión del acta de diputada», dice la asociación.

De difícil superación

«Ya entonces –continúa– se advirtió por la AF del deber de abstención que pesaría sobre la fiscal general en todos aquellos procedimientos en que se ejercitaran acciones contra miembros del Gobierno (...). La ocasión no se ha hecho esperar, apenas han transcurrido cinco meses desde el día de su toma de posesión y el número de asuntos que exigen la abstención de la fiscal general, la importancia cuantitativa y cualitativa de los mismos y la consecuente repercusión mediática también marcan un hito que se nos antoja de difícil superación».

Pese a ello, Delgado ignora a la Asociación mayoritaria, dicen, lo que contribuye a «incrementar la sombra de duda respecto a la imparcialidad que su nombramiento extendió sobre toda la carrera» y se sitúa «en las antípodas de la autoproclamada transparencia» con la que accedió a la más alta dirección del Ministerio Fiscal.

La AF justifica que la misiva se dirija ahora al número dos de Delgado en que, dado que la sustituye en este asunto, es a él a quien corresponde convocar esa Junta de Fiscales de Sala dada la «relevancia y trascendencia» de los asuntos , en los que la posición de la Fiscalía debe ser fijada «a través de un debate colegiado».

«Queremos resaltar este último aspecto porque observamos con notable preocupación la deriva de la Fiscalía General del Estado a prescindir de la Junta de Fiscales de Sala, a la que se obvia omitiendo su convocatoria y sustrayendo de su deliberación y consulta aquellos extremos que estatutariamente le corresponden, en favor de la Secretaría Técnica», al frente de la cual está una persona de confianza de Delgado, Álvaro Delgado Ortiz, exportavoz de la Unión Progresista de Fiscales, asociación a la que pertenecía Delgado hasta que dio el paso a la política.

En este sentido, recuerdan que la Secretaría Técnica es una «unidad de consulta» de la Fiscalía General y que «se puede cuestionar la apariencia de imparcialidad si se residencia en esta unidad el dictamen técnico-jurídico en procedimientos en los que están en marcha y que afectan a miembros del Gobierno».

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