El embajador y la segunda jefa, últimos en abandonar el barco

«Enorme», «¡otro servidor ejemplar!» o «muy grande nuestro embajador en Kabul» han sido algunas de las reacciones suscitadas al conocerse que seguirían en Kabul hasta finalizar la repatriación

Las normas impuestas por los talibanes que deben cumplir tanto hombres como mujeres

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Gabriel Ferrán Carrión , embajador en funciones en Afganistán, y Paula Sánchez Díaz , segunda jefa de la legación en Kabul, aún permanecen en el aeropuerto de la capital afgana. Se encuentran «en condiciones óptimas dentro de la nueva realidad del país y en el interior de la base hay seguridad», trasladan fuentes conocedoras de su situación.

Su gesto de no querer abandonar el país centroasiático para ayudar hasta el final en la repatriación de todo el personal español y colaboradores afganos les han valido el reconocimiento profesional de colegas, políticos y ciudadanos anónimos en las redes sociales.

«Nos felicitamos por el inicio de las operaciones de repatriación desde Kabul. Todo nuestro ánimo para nuestros compañeros, Embajador Ferrán, y Paula Sánchez, que siguen en sus puestos en el aeropuerto, trabajando eficazmente en su gestión», informó la Asociación profesional de la Carrera Diplomática.

«Enorme», «¡otro servidor ejemplar!» , «muy grande nuestro embajador en Kabul» o «lección profesional y humana» fueron algunos de los comentarios que pudieron leerse en referencia al líder de la misión diplomática española en Afganistán, en el puesto aún pese a su cese el pasado 4 de agosto cuando el BOE dio cuenta del que tenía que ser su relevo, Ricardo Losa.

Hijo de un histórico

El embajador Ferrán es hijo de uno de los históricos diplomáticos de la Transición, Gabriel Ferrán de Alfaro , que estampó su firma en el tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea, actual UE, en 1985. De él heredó su pasión por la diplomacia a cuya carrera se incorporó en 1990 tras licenciarse previamente en Derecho.

Paula Sánchez durante su encuentro con las dos periodistas

La Embajada de Kabul era la primera que lideraba, habiendo ostentado hasta ahora puestos como la segunda jefatura en las embajadas de España en el Líbano (1990-1993) y Malasia (1993-1996) o consejero de Cooperación en la Embajada de España en Costa Rica.

Después fue vocal asesor en la Secretaria de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior y, posteriormente, consejero en la Embajada de España en Marruecos, y en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea.

También ha trabajado como subdirector general adjunto de Oriente Próximo y Magreb dentro del Ministerio de Exteriores, y vocal asesor en el Gabinete del subsecretario, responsable de la Dirección de la Obra Pía de los Santos Lugares. Gabriel Ferrán (Madrid, 1961) fue nombrado embajador en Kabul el 2 de octubre de 2018 por el ministro de Exteriores Josep Borrell . Tras casi tres años de destino, duración normal para este cargo, se encontraba a la espera de un nuevo destino.

«Me sumo al reconocimiento a Gabriel Ferrán, embajador en funciones que cesó hace dos semanas y, pese a ello, está asumiendo su responsabilidad en horas durísimas dando una lección profesional y humana. Un servicio público a su país en mayúsculas que merece un Gobierno a su altura», escribió en Twitter el diputado de Ciudadanos Edmundo Bal.

Junto a Ferrán se encuentra en el aeropuerto la segunda jefa de la Embajada, Paula Sánchez , licenciada en Traducción e Interpretación y en la carrera diplomática desde hace dos años y tres meses.

El de Kabul, desde agosto de 2020, era su segundo destino como servidora pública en el Ministerio de Exteriores. Previamente estuvo un año y tres meses en la Subdirección General de No Proliferación y Desarme del propio Ministerio.

En la cuenta oficial de Twitter de la Embajada española en Kabul se da cuenta de algunas de sus acciones en este año como el encuentro mantenido con dos mujeres periodistas, un acto de donación de libros de la Universidad Complutense a la Universidad de Kabul o un encuentro con autoridades locales para impulsar un acuerdo de colaboración con el Instituto de Estudios Diplomáticos afgano.

Mujer y opiáceos

«Mi trabajo toca de cerca la agenda Mujer, Paz y Segurida d. En concreto la Resolución 1325, del año 2000, donde en su párrafo primero insta a los estados miembros a aumentar la representación de la mujer en la toma de decisiones a todos los niveles», destacaba en una de sus presentaciones donde se mostraba esperanzada en que en las negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes estuvieran sobre la mesa la promoción y protección de los derechos de las mujeres. Mensajes que promovían desde la Embajada en los niveles internacionales (UE, OTAN y ONU) o con las autoridades afganas.

La segunda jefa de la Embajada también se encontraba negociando un acuerdo financiero con el Programa de Naciones Unidas de Desarrollo para sustituir cultivos de opiáceos por otros legales y sostenibles.

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