CHISPAS
Dos años de respiro
A Rajoy le ha dado un respiro el apoyo del PNV
No fue ninguna sorpresa para el portavoz parlamentario del PNV, Andoni Ortuzar, que al término del Pleno en el que se aprobaron el jueves pasado los Presupuestos Generales del Estado en primera instancia, diputados del PSOE y Podemos se acercaran a felicitarle por haber apoyado al Gobierno a cambio de subir las pensiones. Cuando horas antes subió a la tribuna para explicar su voto, el vasco ya les había pronosticado: «este acuerdo nos viene viene a todos». Y a juzgar por lo contentos que se han ido de puente sus señorías, parece que así ha sido.
A Rajoy le ha dado un respiro de dos años ese apoyo del PNV, aunque el presidente este advirtiendo a los suyos de que la aprobación de los Presupuestos se juega partido a partido, como el avance de su querido Madrid por la Champions y todavía queda la votación final el 24 de mayo, en la que el PP necesitará un voto más de los del jueves pasado. Dos años sin acudir a las urnas, con la de cosas que pueden pasar en política en dos años, y la esperanza de que esas cosas no sean tan malas como las que les ocurren últimamente a los populares, lo de Cataluña se arregle, el empleo se dispare, el calendario judicial de sus casos de corrupción concluya, sus votantes de tantos años recapaciten.
«Es mucho tiempo, pero poco tiempo», reflexiona un ministro, que no necesita hablar de encuestas para que se le entienda. Los sondeos que siguen reflejando el ascenso, hasta ahora imparable, de Ciudadanos , son el motivo de que a PSOE, Podemos y resto de los nacionalistas les parezca súbitamente una buena idea que Rajoy gobierne dos años más. Ninguno de sus portavoces es tan franco como Ortuzar cuando dice eso de «nosotros no queremos a Rivera en La Moncloa», pero seguro que en su fuero interno están de acuerdo con él.
Los socialistas, los que más. Cs les están desgastando casi tanto como al PP y a pesar del descenso de Podemos, el proyecto de Pedro Sánchez sigue sin cuajar. Al igual que los populares prefieren que las próximas elecciones sean las municipales y autonómicas de la primavera que viene porque sus estructuras territoriales son más sólidas que las del partido naranja. Aunque existe preocupación en la dirección del PSOE, donde consideran que una vez que Rivera se ha quedado con un tercio de los votos del PP ahora va a por los desencantados de su partido, como demuestra el fichaje de Manuel Valls para la alcaldía de Barcelona.
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