Afganistán: misión cumplida

Con la llegada a territorio nacional de los cazadores de montaña que formaban parte del último contingente que proporcionaba la seguridad a la base de Herat en Afganistán, se pone punto final a más de 13 años de participación de unidades del Ejército de Tierra en las misiones militares en aquel país. En este tiempo los soldados españoles han dado lo mejor de ellos mismos para, en cooperación con las fuerzas de seguridad afganas, ejecutar operaciones para conseguir que Afganistán sea un país seguro, viable y autosuficiente. Volvemos con un bagaje de incalculable valor para nuestra Institución.

Especialmente destacable es la experiencia en combate adquirida por nuestros mandos y soldados para los que escenario afgano ha supuesto su bautismo de fuego.

Bajo el impecable liderazgo de nuestros cuadros, las unidades terrestres han combatido a una insurgencia insidiosa con eficacia, honor y valor.

El imponente reto logístico (apoyar a más 1.500 militares a 6.000 kilómetros de distancia) se ha superado brillantemente. Nuestros laboriosos ingenieros han levantado bases de operaciones que han impresionado a los aliados que nos visitaban, nuestros soldados han recibido un permanente y eficaz apoyo sanitario que permitía evacuar cualquier baja a los hospitales de campaña en menos de una hora y el transporte estratégico ha hecho llegar en tiempo oportuno todos los recursos precisos para vivir y combatir, desde municiones a paquetería personal. Por otra parte, se han adquirido nuevos medios tales como vehículos resistentes a las minas, vehículos aéreos no tripulados (drones) o modernos aparatos de guerra electrónica que suponen una importante mejora en las capacidades operativas del Ejército.

No menos importante ha sido la incorporación de nuevos procedimientos de combate y la mejora constante del proceso de preparación previo al despliegue, al que se han ido incorporando permanentemente las lecciones aprendidas, lo que ha supuesto sin duda una de las claves del éxito.

Volvemos de Afganistán con la satisfacción del deber cumplido. Retornamos de una misión difícil, exigente y arriesgada, en la que hemos combatido codo con codo junto con las mejores Fuerzas Armadas del mundo y de las que hemos recibido su reconocimiento y consideración. También es mucho lo que hemos dejado allí: trabajo, esfuerzo, sacrificio, afecto… Pero por encima de todo ello, allí dejaron su vida por España cien compañeros que son nuestro mejor ejemplo y merecen nuestro respetuoso homenaje.