Pilar Paloma de Casanova y Barón y su marido, Francisco López Becerra de Solé, en su domicilio
Pilar Paloma de Casanova y Barón y su marido, Francisco López Becerra de Solé, en su domicilio - Ignacio gil
Entrevista

Pilar Paloma de Casanova: «Rafael Casanova era un auténtico patriota español»

El que fuera conseller en cap «defendía todo lo contrario al separatismo. Tergiversan la historia por intereses políticos», dice la duquesa de Maqueda

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Conversar con Pilar Paloma de Casanova y Barón, duquesa de Maqueda y marquesa de Astorga, es repasar la historia de España. Cuenta anécdotas de sus antepasados con toda naturalidad, mostrando cuadros majestuosos que bien podrían estar en una sala del Museo del Prado. Desciende del hermano mayor de Rafael de Casanova (1660-1743), y se sorprende sin perder el sentido del humor de que los «separatistas ponga flores cada 11 de septiembre a quien fue un patriota». Su conversación se acompasa en perfecta armonía con su marido, Francisco López Becerra de Solé, señor de Tejada, conservador del extenso patrimonio de una de las casas ducales más antiguas de España.

-Además de ser heredera de Rafael Casanova, lo es del Gran Capitán.

¿Una dualidad absoluta?

-Solo hay una España. Mi padre era catalán, y mi madre, madrileña. Vivimos toda la vida en Barcelona, una ciudad muy abierta y cosmopolita, muy europeísta. Hablábamos en castellano por mi madre, y nunca jamás tuvimos el menor problema con el idioma. A partir del 75 empezaron las cosas a torcerse. En aquella época hubo un pequeño grupo de separatistas que iba a poner flores a la estatua de Rafael de Casanova, encargada para la Exposición Universal de 1888. En mi casa, mi padre se reía. «Pero bueno, ¿no saben quién era Rafael de Casanova? Tradicionalista y monárquico». Entonces eran cuatro gatos.

-¿Su padre ya señaló la contradicción de que su antepasado fuera el símbolo del nacionalismo catalán?

-Mi padre era lo más españolista que había. Si levanta la cabeza se vuelve a morir del susto. Decía: «¡Esto es cómico! ¡Si era un patriota!». Hasta llegar a un punto que ahora, cuando salen Artur Mas y compañía cantando en la Diada, la cámara ya no enfoca la estatua de Casanova. A ellos mismos les da bochorno ponerle flores a un señor que defendía todo lo contrario al separatismo.

-Rafael de Casanova encabezó la defensa de Barcelona hasta su rendición en la Guerra de Sucesión en la que Felipe V se convirtió en Rey de España…

-Era el conseller en cap, como el primer ministro; le hirieron levemente en un brazo defendiendo Barcelona con sus huestes. Fue una guerra de sucesión de la Corona de España, no de secesión de Cataluña. Se impuso Felipe V de Borbón, de talante más liberal que el Archiduque Carlos de Habsburgo, que era más de derechas. Nunca se puso en duda la unidad de España. Casanova no murió en la batalla de 1714 como han afirmado algunos, ni lo metieron preso. Vivió tranquilamente hasta su muerte, perdonado por el rey Borbón. La única represalia fue un acto simbólico de mandar desmochar las almenas de los castillos catalanes como muestra de poderío.

-El 11 de septiembre de hace 301 años Casanova proclamó en un bando: «Derramar la sangre gloriosamente por el Rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España».

-Nadie se ha atrevido a discutir que esta es la realidad, fue una denuncia que hicimos para descubrir la manipulación. No me gusta que se utilice su nombre para fines separatistas. Rafael de Casanova era nacionalista español hasta la médula y así arengaba a los suyos antes de la batalla. Nunca se le pasó por la imaginación la separación de Cataluña. Por eso dice en el bando hasta dos veces «¡Por España!».

-¿Utilizan su nombre sin conocer la historia?

-Si Rafael de Casanova levantara la cabeza... Era un auténtico patriota español. Es una mentira histórica, que han repetido tantas veces que la han dado por buena. Cataluña formó parte del Reino de Aragón hasta los Reyes Católicos, están tergiversando la historia por intereses políticos.

-¿Cree que la solución es reformar la Constitución y darle a Cataluña categoría de nación?

-Cataluña nunca jamás ha sido una nación. Ni tampoco la incorpora Felipe V a Castilla mediante el derecho de conquista. Estamos en el punto de que quieren separarse a toda costa, en un callejón sin salida. He llegado a pensar que si se quieren ir, que lo hagan, pero «a las duras y las maduras», sin que se le pague ni un céntimo.

-¿Qué secretos descubren las cartas inéditas del Rey Católico?

-Le cuenta que su hija Juana empieza a estar loca y presa en Flandes, donde no la dejan salir y le controlan hasta la comida, y a Felipe el Hermoso, a pesar de que se alió con los franceses y lo traicionó, lo llama hijo. En la exposición en el Alcázar de Toledo también hay un memorial de Fernando el Católico después de reunirse a solas con Felipe, donde escribe todo lo que ha hablado con él como un diario.

-¿Había rivalidad entre ellos porque hubo un romance de Isabel la Católica con el general en su juventud?

-Pura invención. Ella era mucho mayor que él, aunque esa no es una excusa. El Gran Capitán tenía una gran devoción por los Reyes Católicos y era muy fiel. Le ofrecieron el trono de Napolés y no lo aceptó. Felipe el Hermoso malmetió al Rey, y le envía una carta preguntándoselo: «Estoy notando tu ausencia. Haz el favor de venir rápido».

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