Serenidad, consenso e ideas claras, claves del PP para la reforma de la Constitución

Destacados dirigentes del PP, diputados y barones regionales del partido han coincidido en dibujar las líneas básicas que debería seguir una hipotética reforma de la Constitución, un debate cuya puerta abrió el ministro de Justicia, Rafael Catalá, tras su entrevista del jueves. Todos coinciden en tres principios: hace falta consenso, ideas claras sobre lo que se quiere modificar, y actuar con serenidad.

El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, y diputado por Toledo, Arturo Garcia-Tizón, fue un paso más allá apuntando -aunque, matizó que «a título personal»- que podría abrirse el debate sobre una «nueva formulación» del reparto de competencias entre Estado y Comunidades en materias como sanidad y educación, pues el resultado «no ha sido el esperado».

Desde la cornisa gallega, el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo fue muy claro: no es partidario de «recentralizar» competencias, pero sí cree «importante» que se «clarifique» que ámbitos de actuación corresponden a cada administración, y «concretar la cooordinación» entre competencias, evitando «las esferas de solapamiento» entre administraciones.

El vicesecretario Sectorial del PP, Javier Maroto, insistió en la necesidad de una «reflexión serena», para evitar que abrir este debate sea utilizado «como excusa» por quienes «quieren destrozar la Constitución». Para Maroto, «todo se puede hablar», pero «también es importante saber siempre con qué fines, con qué objetivos y con qué partidos se hace eso antes de empezar su debate o su modificación».

Otro destacado dirigente popular, el candidato del PP a la Presidencia de la Generalitat, Xavier García Albiol, considera que la posible reforma constitucional planteada por Catalá no pretende recentralizar competencias, sino que persigue «una mayor eficiencia de la administración». Cree que de lo que se trata es de «plantear cuál sería el modelo o fórmula mejor para que los servicios que se deben prestar, y la realidad que tiene el país, se recojan de forma más idónea».

También el barón andaluz Juan Manuel Moreno reclamó «serenidad» en este debate, porque «antes de marcar un objetivo en la vida pública, uno tiene que saber dónde quiere llegar». Por eso le parece «una temeridad» lo que, a su juicio, hace el PSOE, que «habla permanentemente de reforma de la Constitución, pero sin ninguna brújula, sin ningún norte ni objetivo claro», y eso es algo temerario, opina, «para la estabilidad de España».

Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid, advirtió que este «melón» no debe abrirse hasta que no se tenga «muy claro» que existe un consenso «superior al de 1978. Si esto se da, a ella personalmente le parecerá «muy bien» emprender una reforma.