Los diputados han gastado este año 2,59 millones de euros en viajes

El Congreso ha gastado entre el 1 enero y el 30 junio de este año 2,59 millones de euros en sufragar los desplazamientos de los diputados por territorio nacional, según los datos dados a conocer este jueves por la institución en su Portal de Transparencia.

De esos 2,59 millones de euros, 1.184.786 euros son entre abril y junio de este año, 157.576 euros más que en el primer trimestre de 2015. No obstante, la factura total por viajes asciende a los 2,59 millones de euros desde principios de año, ya que esta última cantidad incluye también los gastos de gestión, las cancelaciones y cambios, así como los billetes ya emitidos pero pendientes de utilización.

De esos 1,18 millones de euros netos en viajes de abril a junio, la inmensa mayoría, 1.081.704 euros corresponden a viajes «parlamentarios», es decir, los desplazamientos de ida y vuelta desde su lugar de residencia hasta Madrid pasa asistir a la actividad del Congreso.

El resto, 103.081 euros en tres meses, se agrupan en el apartado de actividad «política» y se trata de viajes de partido pero que abona el Congreso. A diferencia del anterior trimestre, la Cámara no ha pagado en este segundo trimestre ningún desplazamiento por «viajes oficiales» de delegaciones de la Cámara.

Es la segunda vez que la Cámara publica lo que invierte en los viajes de su señorías después de que el pasado 18 de noviembre se llegara a un acuerdo para informar de estas cantidades hasta entonces «secretas». No obstante, el Congreso se limita a dar cifras globales que no desglosa ni por grupo parlamentario ni por diputado.

Después de un intenso debate quedó descartado que fuera la propia Cámara la que informara del gasto en viajes en el que incurre cada uno de los diputados, o a que fuera la que autorizara esos desplazamientos.

La decisión de publicar estos viajes se precipitó después de la polémica abierta por los desplazamientos a Canarias del expresidente extremeño José Antonio Monago durante su etapa como senador. Se creó entonces cierta controversia por el hecho de que las Cortes pagaran los viajes que hacen los parlamentarios para asistir a actos de sus partidos.

Desde un primer momento, el presidente del Congreso, Jesús Posada, defendió que fuera la Cámara la que abonara esos desplazamientos, como parte esencial de su actividad política, y así ha seguido ocurriendo.