Pleno del Senado con la presencia del Presidente del Gobierno Mariano Rajoy
Pleno del Senado con la presencia del Presidente del Gobierno Mariano Rajoy - ángel de antonio

El Gobierno acepta la reforma del Senado si no se toca la Constitución

Hay acuerdo para que asuma más funciones, pero no para cambiar su composición

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Cada cierto tiempo, el Senado recupera protagonismo, y casi siempre es para mal. Unas veces es por las condiciones del «retiro dorado» de sus señorías, y otras por la eterna reforma de una Cámara que, en la práctica y con las funciones actuales, podría desaparecer y todo seguiría igual, incluso pocos se darían cuenta de ello. La percepción de que el Senado «no sirve para nada» ha calado, y se basa en una realidad: su papel constitucional es, de hecho, irrelevante, salvo cuestiones muy puntuales.

Los senadores han vuelto a intentar por enésima vez una reforma. Llevan toda la legislatura debatiendo en una ponencia sobre un acuerdo que permita sobrevivir a la Cámara y poner fin a su «sambenito» de inutilidad, y ahora parece que han llegado a un punto de encuentro.

Para ello, han tenido que dejar aparcadas todas las diferencias, que no son pocas, y han acercado posturas sobre las funciones que debe asumir, a costa del Congreso. El día 16 de reúne la ponencia, que podría anunciar un acuerdo. Fuentes del Gobierno han confirmado a ABC que el límite estará en la Constitución: Moncloa apoyará una reforma que no toque la Carta Magna. Ni un paso más.

Traductores en los plenos

Hay que aclarar que en ese documento que intentan pactar el PP y el PSOE, junto al resto de los grupos, no se cuestiona asuntos polémicos como que la Cámara gaste 6.000 euros en traductores en cada pleno. No. Eso se mantendrá vivo. En total son 350.000 euros al año, gracias a una iniciativa que se aprobó durante el Gobierno de Zapatero, en 2010, con la oposición del PP y UPN. Luego el PP llegó al poder, y por tener la fiesta en paz mantuvo la medida que tanto criticó. Total, que en el Pleno del Senado los parlamentarios pueden hablar en la lengua cooficial que quieran, cuando se debatan mociones, y los que no entiendan pueden ponerse el pinganillo. A seis mil euros por sesión.

Desde el Gobierno, su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha respaldado desde el primer momento una reforma para otorgar más funciones a la Cámara territorial. Pero hasta ahí. El presidente Rajoy no está por la labor de abrir el melón constitucional para reforzar el Senado. Así, la vicepresidenta sostiene que hay margen, sin tocar la Carta Magna, para que el Senado pueda ser Cámara de primera lectura en algunos casos. En el fondo existe la sospecha de que algunos grupos quieren aprovechar el lavado del Senado para reformar el conjunto del Estado y del sistema.

Los grupos parlamentarios han dejado el espinoso asunto de la composición del Senado para más adelante, si acaso. En el debate está si las Comunidades Autónomas deberían tener todo el peso, en una Cámara que sería prácticamente federal, o no.

«Reforma blanda»

La falta de acuerdo ha aplazado ese punto, para poder avanzar así en otros asuntos, como el de las funciones. Por el Grupo Popular, Antolín Sanz explica que el objetivo es que el Senado sea una Cámara de primera lectura en cuestiones autonómicas, incluido el sistema de financiación y por supuesto los estatutos, sin descartar, en el futuro, una reforma blanda de la Constitución. El objetivo final sería que además de ser Cámara de primera lectura fuera determinante, es decir que el Congreso no tuviera la última palabra en estos temas, como ahora.

En eso coincide con Francesc Antich, del Grupo Socialista. El expresidente autonómico defiende una modificación de la Constitución para dar «más peso político» a la Cámara Alta, para que su voz y voto sean decisivos, sin estar sujetos al Congreso en todos los asuntos. Cámara de primera lectura, sí, pero determinante «también».

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