Batalla en el Supremo para presidir la Sala que controla al Gobierno

Dos candidatos de perfil conservador y dos de perfil progresista se disputan la presidencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, una plaza estratégica al tratarse de la Sala que controla los actos y disposiciones adoptados en el Consejo de Ministros o en el CGPJ. Prospecciones petrolíferas, licencias de televisión, multas de Competencia o planes urbanísticos e indultos son algunos de los asuntos sobre los que esta Sala se ha pronunciado en los últimos meses.

Pese a que los cuatro magistrados pelean por el mismo puesto, en la práctica se trata de una batalla que se va a librar en duelo: el que mantendrán José Manuel Sieira, actual presidente de esta Sala, y quien, por tanto, opta a su reelección, y Luis María Díaz-Picazo, considerado en fuentes del propio CGPJ como el candidato de Carlos Lesmes, presidente del Supremo y del órgano de gobierno de los jueces.

El entorno del presidente lo niega.

En los próximos días los cuatro magistrados tendrán que exponer su programa de actuación ante los cinco miembros de la Comisión Permanente del Consejo y previsiblemente el 22 de julio se someterán a la votación del Pleno.

A Sieira, exgobernador civil de Granada en tiempos de UCD, no asociado y progresista, le avalan sus últimos cinco años de gestión al frente de la Sala Tercera, que ha conseguido desatascar con ayuda, eso sí, de un importante número de letrados del Gabinete Técnico. Cuando llegó a la presidencia, en 2010, había 14.377 asuntos pendientes; en febrero de este año, 6.475, según datos facilitados por la oficina de comunicación del Supremo.

Diseño del actual Consejo

Por su parte, Díez-Picazo es el artífice de la sentencia de Educación para la Ciudadanía y presidente de la comisión elegida por el ministro Gallardón para abordar la reforma del Consejo General del Poder Judicial. Este magistrado llegó al Supremo en 2008 de la mano del catedrático de Derecho Constitucional Luis Aguiar. Hasta esa fecha había sido abogado en ejercicio y anteriormente alumno del Colegio de España en Bolonia, al igual que el también candidato Jorge Rodríguez Zapata, exmagistrado del TC y quien goza de mayor antigüedad en el Supremo.

No es ningún secreto que Lesmes no quiere a Sieira al frente de esta Sala e incluso fuentes del propio Consejo reconocen tímidamente que el presidente tiene especial interés en sacar adelante la candidatura de Díez-Picazo. El punto de inflexión en la relación entre Lesmes y Sieira se produjo cuando, siendo el primero magistrado y el segundo presidente de la Sala Tercera, Sieira decidió abocar a Pleno el recurso contra el indulto del Gobierno al kamikaze de Valencia. Lesmes era el encargado de defender la ponencia contra el recurso de la familia del fallecido, y la Sala se partió en dos a favor de tumbar la medida de gracia del Ejecutivo. Fue un momento especialmente delicado para Lesmes, reconocen fuentes del Tribunal Supremo ajenas a esta polémica, porque apenas un mes después era la renovación del Consejo, a cuya presidencia él optaba, y vio amenazadas sus expectativas en aquel momento.