Tres de los entrantes de la cena en Casa Lucio
Tres de los entrantes de la cena en Casa Lucio - isabel permuy

Entrantes compartidos y vino de la casa para una cena histórica y sencilla

El Rey emérito, Rajoy y los expresidentes compartieron entrantes y uno de ellos no quiso tomar segundo plato

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A sus 82 años, 70 de ellos vividos prácticamente en el mesón que lleva su nombre en plena Cava Baja de Madrid, Lucio Blázquez ha visto pasar por sus mesas a personalidades de España y del resto del mundo, pero reconoce, con emoción, que lo que vivió el miércoles por la noche le impresionó como nunca. «Soy español, siento mi país, y creo que lo que sucedió aquí fue bueno para España, bueno y bonito de verdad. Hacía falta algo así, lo necesitábamos», comenta a ABC junto a la mesa en la que se dieron cita el Rey Juan Carlos, Mariano Rajoy y los tres expresidentes del Gobierno vivos, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

Todos estuvieron al frente del Gobierno bajo el reinado de Don Juan Carlos, y solo Rajoy ha despachado también con Don Felipe.

Este miércoles por la mañana sonó el teléfono en Casa Lucio para hacer una reserva, algo habitual en este restaurante de estilo tradicional castellano y muy madrileño. Pero no era una reserva como las demás, pedía mesa para cinco, a nombre de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno quiso tener un gesto de cortesía con el Rey Juan Carlos, pocos días después de festejarse el día de San Juan, una fecha que el Monarca emérito siempre ha celebrado de manera especial. Rajoy invitó también a los tres presidentes del Gobierno que le precedieron en La Moncloa, en un gesto inédito que desde el Ejecutivo se le da una importancia especial.

Cuadrar agendas

«Fue una idea espontánea del presidente del Gobierno, que quería felicitar al Rey Juan Carlos por su santo, y mostrarle su respeto institucional un año después de la abdicación», comentan fuentes oficiales de La Moncloa. Tardaron dos meses en cuadrar agendas y a la primera oportunidad que se dio, se cerró la cita. «La cena fue un reencuentro de Don Juan Carlos con las personas con las que trabajó, y tiene una fuerza simbólica enorme, porque refleja la fortaleza y la continuidad institucional en España», subrayan las mismas fuentes. «Es un país que se reconoce a sí mismo con todos sus presidentes, es la unidad institucional de los dos grandes partidos que han gobernado en España en las últimas décadas», añaden.

«Aquí cenaron los fenómenos que vinieron ayer», explica Lucio, mientras muestra dónde se sentó cada uno a la mesa situada en una esquina del comedor, entre otras muchas mesas llenas de comensales que tuvieron la suerte de estar ahí. Lucio lleva atendiendo a varias televisiones y otros medios de comunicación toda la mañana, pero lo hace con agrado, orgulloso de su trabajo y de su restaurante. La mesa elegida no estaba en ningún reservado, se sentaron junto al resto de clientes. Don Juan Carlos se situó al fondo, con Rajoy a la derecha y el presidente más antiguo, Felipe González, a su izquierda. Se colocaron en un orden estrictamente protocolario, por rango y por antigüedad, nada que ver con las afinidades ideológicas o personales.

El primero en llegar, a eso de las ocho y media de la tarde, fue Rajoy, que tomó un aperitivo mientras esperaba a sus invitados. El último, como manda el protocolo, fue el Rey Don Juan Carlos. «Lo vi fenomenal. Muy bien, muy bien, y muy animado, como siempre. Es como una persona normal, lo más normal del mundo cuando viene aquí», comenta Lucio, que ha recibido numerosas veces a Don Juan Carlos, y también a su padre, de quien guarda una anécdota. «Un día vinieron a comer los dos, el padre y el hijo. El padre miró alrededor sorprendido y me preguntó si siempre estaba así de lleno. Le dije que sí, afortunadamente. ¡Pues serás riquísimo! Le invité a sentarse y me dijo que no, porque su hijo, que era el Rey, estaba de pie. No puedo sentarme mientras el Rey esté de pie, me explicó».

Aquella visita de Clinton

Las anécdotas que fluyen de su cabeza darían para escribir un libro. Comenta que no se anunció antes la cena del miércoles, y le parece muy bien, porque podría ocurrir como cuando fue a comer Bill Clinton. Otra historia digna de escucharse. «Se publicó que iba a venir, y cuando llegó tenía a 500 mujeres esperando en la calle. Es mejor que no se sepa, porque la calle se pone imposible».

Lucio no suelta prenda sobre la conversación que se mantuvo en la mesa. Secreto profesional. «Tengo prohibido a los camareros que escuchen las conversaciones privadas», advierte. Sí comenta que fue una velada «muy agradable, amigable y animada, como si fueran amigos de toda la vida». Todos hablaron, pero el que más fue Felipe González. Y el que iba «muy bien vestido», según Lucio, fue Zapatero, que estuvo «simpatiquísimo». El expresidente socialista fue el único que se presentó con un estilo más informal y sin corbata, muy en la línea de la «nueva política».

Fuentes próximas al presidente señalaron que hablaron de Felipe VI. Don Juan Carlos les preguntó su opinión un año después de la proclamación como Rey, y los comentarios fueron unánimes al elogiar la labor del Monarca. Don Juan Carlos, orgulloso de su hijo, se sumó a ellos. En la conversación también se habló de la crisis de Grecia, de la situación de Venezuela y «de la vida en general».

«Todo muy sencillo»

La cena fue «muy sencilla», como la describe Lucio. Compartieron entrantes: jamón y lomo, ensalada de tomate con anchoas de Santoña, langostinos cocidos y huevos estrellados. De segundo, pescado. Se pidieron dos merluzas, un lenguado y una de cocochas rebozadas. Suman cuatro segundos platos. ¿Y el quinto? «Hubo uno que no quiso segundo». La discreción impide descubrir quién optó por cuidar su línea y su estado de forma y no comer más. De postre tomaron fruta variada y helado de café y vainilla. Solo dos de ellos pidieron café. Para regar la cena, eligieron el vino de la casa, «más sencillo no pudo ser todo», insiste Lucio. Se trata de un Rioja Cune.

Y no, en la sobremesa no tomaron ni licores ni chupitos ni copas. La cena acabó ahí, Rajoy pagó la cuenta y se levantaron a las doce menos cuarto de la noche, aproximadamente. Lucio los despidió personalmente.

La cena permitió que coincidieran Rajoy y Aznar, después de la polémica vivida en los últimos días, a raíz de la entrevista que el expresidente publicó el domingo pasado en ABC. Ambos dejaron la tensión para otro momento, que bien podría ser el próximo domingo, cuando Rajoy acuda a la clausura de los cursos de verano que organiza FAES en Guadarrama, bajo la presidencia de Aznar. Fuentes de Moncloa mostraron su satisfacción por el impacto que ha tenido esta foto histórica. Una imagen de unidad y fortaleza en un momento especialmente difícil por el desapego de los ciudadanos hacia las instituciones, motivado en buena parte por la crisis económica.

Ausencia de Sánchez

Pero las mismas fuentes oficiales señalan una ausencia: la de Pedro Sánchez. Es cierto que el secretario general del PSOE no es expresidente del Gobierno, pero como jefe de la oposición quizás no habría sobrado. Estas fuentes lo explican así: «Es una imagen de unidad en la que no está Pedro Sánchez, primero porque no ha sido presidente del Gobierno, y segundo porque no sabemos si va a seguir esa trayectoria que garantiza el funcionamiento constitucional de 1978 y por tanto la continuidad institucional que se refleja en esta foto».