Bárcenas intenta desviar del foco de la contabilidad B a Rajoy e implica a Fraga y Aznar

El extesorero del PP Luis Bárcenas ha implicado a los distintos presidentes del partido, desde Manuel Fraga a José María Aznar y Mariano Rajoy, en la supuesta contabilidad B que investiga la Audiencia Nacional.

En el escrito de defensa de la pieza separada de «los papeles de Bárcenas», el extesorero popular hace un recorrido por la dobel contabilidad de la formación conservadora desde el año que ingresó en Alianza Popular, en 1982, como gerente hasta julio de 2009, cuando cesó «transitoriamente» de la tesorería.

Bárcenas implica a los distintos presidentes del PP, a los secretarios generales –Francisco Álvarez-Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes, María Dolores de Cospedal– y los tesoreros Ángel Sanchís, Rosendo Naseiro y Álvaro Lapuerta.

Entre la documentación aportada hay tres transferencias firmadas en 1990 por Álvarez-Cascos de cantidades entregadas en la sede del PP y anotadas en los papeles –15.000.000 de pesetas de Paco en diciembre de 1990, y 10.000.000 de Pepe Cuiña Galicia en noviembre de 1990– que se ingresaban en el PP de Galicia.

Y una nota manuscrita por el asesor de comunicación Pedro Arriola «en la que se comunica cómo deben ser abonadas las cantidades que se le adeudan».

«El órgano máximo del PP nunca podría ser Bárcenas»

Los letrados de Bárcenas, Francisco Maroto y Joaquín Ruiz de Infante, sostienen que no se han podido determinar que los donativos tuvieran una intención finalista, ni guardan correlación con la adjudicación de contratos públicos, quedándose sin base fáctica los delitos de asociación ilícita, tráfico de influencias y blanqueo de capitales.

Creen que las acusaciones populares se han excedido en sus escritos: «El Partido Popular creó una organización criminal, confundiendo la existencia de una supuesta contabilidad con una estructura organizada». Tampoco estaría acreditado que los donativos habrían ido a parar a las cuentas en Suiza de su cliente y llegan a la conclusión de que «el órgano máximo del PP nunca podría ser Luis Bárcenas».

Entre los testigos que cita a declarar están todos los secretarios generales de la formación; los anteriores tesoreros, Naseiro y Sanchis; el exdiputado Jorge Trías; Miguel Blesa, en calidad de asesor tributario del PP; empresarios como Luis del Rivero y Vicente Cotino; la secretaria de Bárcenas, Estrella Domínguez, el jefe de seguridad del PP, Antonio Ortiz; el cajero Luis Molero; además de los funcionarios responsables de los distintos informes de la UDEF y la Agencia Tributaria.

Caja B desde 1982

Luis Bárcenas ingresó como gerente de Alianza Popular en 1982 de la mano de Ángel Sanchis y fue nombrado tesorero en el Congreso de Valencia de junio de 2008, durante todo ese periodo existía una caja «B», «un sistema implantado por la dirección de Alianza Popular primero y el Partido Popular después».

«No es cierto por tanto la afirmación contenida en los escritos de acusación que Bárcenas implantara esta sistemática económica», porque su gestión «es la propia de un mero amanuense». Los órganos de dirección y gestión del partido político eran plenos conocedores del origen y destino de las donaciones recibidas, empezando por el presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, su secretario general, Jorge Verstrynge y el tesorero, Ángel Sanchís. Para ello, utilizaban sociedades constituidas exclusivamente para recibir ingresos por donativos.

Fraga tenía un papel fundamental recibiendo donativos desde 1982 a 1986, y su mano derecha en la tesorería se reunía con empresarios para pedir ayuda. Cuando Alianza era dirigida por Antonio Hernández Mancha, su secretario general, Arturo García Tizón, actualmente presidente de la diputación provincial de Toledo, abrió una cuenta en el Banco de Fomento en el cual se ingresaban donativos al margen de la contabilidad oficial.

Caja paralela de Naseiro

En 1989, tras el Congreso de la Refundación, la formación conservadora cambia su nombre por el de Partido Popular y su presidente, José María Aznar, como su secretario general hasta 1990, Francisco Álvarez-Cascos, «recibían donaciones que se las entregaban al tesorero», que constituyó tres sociedades –Ibérica de Firmes, Videosoluciones, Ediciones Conosur–, para facturar a las empresas que aportasen donativos.

Fue entonces cuando Rosendo Naseiro «empezó a ingresar en una caja ajena a la contabilidad oficial los donativos que recibía en efectivo». El remanente de esa caja es el primer apunte de los famosos «papeles de Bárcenas». Hasta que se incorpora Álvaro Lapuerta a la tesorería del PP, es Álvarez-Cascos el que recibe los donativos y los entrega a continuación a Luis Bárcenas.

A partir de 1996 hasta 2004, Javier Arenas y Ángel Acebes respectivamente, «ponían a los donantes en contacto con el tesorero Álvaro Lapuerta». En 2004 hay un relevo en la presidencia del Partido Popular, con el nombramiento de Mariano Rajoy. La caja «B» sigue funcionando y, «salvo algunos donativos importantes que recibía el presidente, el resto de la gestión la hacía el tesorero nacional».

Bárcenas seguía «instrucciones»

De junio de 2008 a julio de 2009, Bárcenas es nombrado tesorero, y «disminuyen notablemente los donativos de empresarios que venían ayudando al Partido Popular», recibiendo él directamente los donativos.

Después de este relato minucioso, la defensa de Bárcenas apunta que «la figura del gerente del partido, desde 1982 a 2008, se limitaba a cumplir las instrucciones que recibía del secretario general o del tesorero, sin capacidad de disponer de forma autónoma». Los complementos salariales o sobresueldos los decidían las máximas instancias del PP, dejando esos pagos mensuales «comprometidos» en la caja fuerte e ingresando el saldo restante en la cuenta corriente de donativos en el Banco de Vitoria.

Con los donativos se pagaron «sobresueldos, asesorías, ayudas a víctimas del terrorismo, a Fundaciones y Asociaciones vinculadas al partido, gastos de campaña de determinadas personas y finalmente la remodelación de la sede de la calle Génova nº 13».