Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, reunido con Pablo Iglesias en la sede de Podemos
Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, reunido con Pablo Iglesias en la sede de Podemos - Óscar del Pozo

La izquierda, contra Podemos a cuenta de la unidad popular

Militantes de base de diferentes partidos se unen para pedir un frente de izquierdas para las generales. Iglesias sigue enrocado en seguir con su marca

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Tras el 24-M, las bocas de unos y otros se llenan de un concepto que ha saltado de los partidos al poder municipal. Se trata de la unidad popular, de la que la mayoría de dirigentes de izquierda vienen hablando tras los éxitos de Manuela Carmena en Madrid o Ada Colau en Barcelona. Todos quieren hacerla suya, pero no todos comparten la misma definición del concepto. Para Podemos, la unidad popular es sumar a miembros y organizaciones de la sociedad civil a su proyecto. Es decir, seguir siendo Podemos. Para otros grupos de izquierda —con una IU en sus horas más bajas a la cabeza— se trata de unir siglas y confluir hacia algo mayor, con nuevo nombre al estilo de las candidaturas municipalistas.

Ya desde finales de 2014, las bases de varios partidos de izquierda —principalmente el sector de Izquierda Socialista del PSOE, el partido Izquierda Abierta, integrado en IU, y varios círculos de Podemos— se pusieron en contacto a través de las redes sociales y comprobaron que estaban de acuerdo en muchas cosas. «Sobre todo en ser críticos con las cúpulas de nuestros partidos», explica a ABC la socialista Beatriz Talegón. Ese descontento proviene de los mensajes que cada día oyen pronunciar a sus dirigentes, que «dicen lo que quieren sin consultar a sus bases». «Hablan de enfrentamientos», explica, «pero entre los militantes de abajo la visión es mucho más ajustada». De hecho, tras la explosión de Podemos en las elecciones europeas no fueron pocos los militantes del PSOE que decidieron colocarse el traje morado, por lo que guardaban «cariño y respeto» a las bases de la que fue su formación política.

Entre sus reivindicaciones, ser partidos «de izquierda». «En Podemos hay gente hasta el gorro de que sus dirigentes digan que no son de izquierda», recalca Talegón. El discurso del líder, Pablo Iglesias, y su equipo más cercano de dividir entre «los de arriba y los de abajo» renunciando a posiciones ideológicas «de la vieja política» no gusta a todos. En un momento en que el giro moderado del partido provocó incluso la salida de su número tres, Juan Carlos Monedero, se puso en marcha Somos Izquierda, una plataforma que pretendía aglutinar a gente de base, pero también a líderes reconocidos como Gaspar Llamazares, José Antonio Pérez Tapias, Enrique del Olmo, Íñigo Errejón, Tania Sánchez, Tasio Oliver, Juantxo López Uralde o incluso Alberto Garzón, «que ahora pide un frente de izquierdas», fueron invitados al proyecto —todos a título individual—. «A Errejón le pareció una buena idea, pero dijo que no podía. Tania Sánchez aguantó pero al poco tiempo se marchó», comenta Talegón.

Somos Izquierda, que se presentó en sociedad el pasado sábado, tiene el objetivo de crear una confluencia de izquierdas sin que ninguno de sus miembros abandonen sus respectivos carnés de militantes. «Queremos buscar la unión desde nuestros partidos. Tenemos ganas de sumar», añade Talegón.

La suma es precisamente la palabra que trae de cabeza a los partidos de izquierda, precisamente por la negativa de Podemos y su empeño en añadir. La dirección del partido, con Iglesias a la cabeza, se enroca en pedir a quienes quieran aprovechar la fuerza de Podemos para las generales que se diluyan bajo sus siglas. Garzón, por su parte, intenta presionar para que su «compañero y amigo» cambie de opinión. El miércoles los dos mandatarios mantuvieron una reunión que más bien fue un trámite de cortesía, pues las posturas estaba claras incluso antes de su inicio. «No habrá pactos con IU», sentenció Iglesias. Una opción, que según dijo, tiene un «enorme consenso en su partido», pero que sectores de las bases de Podemos cuestionan una y otra vez.

En el manifiesto fundacional de Somos Izquierda la declaración de intenciones es clara: «Hay algo muchísimo más importante que las siglas de nuestro carnet, el color de nuestra bandera o el nombre del líder de nuestro partido: nuestras comunes ideas de izquierdas».

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