Diego Comin, Catedrático de Economía por la Universidad de Dartmouth
Diego Comin, Catedrático de Economía por la Universidad de Dartmouth
entrevista

«Si pensamos en más infraestructuras crearemos otra burbuja»

Diego Comin ha colaborado con el programa económico de Ciudadanos para desarrollar una red de transferencia tecnológica hacia las empresas. «España tiene conocimiento para hacer las empresas muy competitivas, el problema es la infrautilización de los recursos»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A sus 41 años Diego Comin es uno de los asesores económicos de Ciudadanos. Recientemente ha presentado en Madrid una de las patas del programa de la nueva formación, la que tiene relación con la capacitación de las empresas para acceder a tecnologías punteras. De momento su participación ha quedado ahí, pero no descarta una mayor implicación en el futuro, y desde luego es capaz de defender lo que Ciudadanos representa en todos los ámbitos, no solo en la vertiente económica. «Hay dos cosas recomendables de Ciudadanos», señala, por un lado se refiere a su «disposición a la hora de afrontar cualquier cosa». Y hacerlo además con un optimismo. « Solo tienes que mirar a la cara a Rivera.

Es serio y comprometido. Pero a la vez lo que me ha transmitido cuando lo conocí es que es una persona divertida y que mira al futuro».

De familia aragonesa, de Teruel más exactamente, y como tantos de su generación criado en Cataluña. En Barcelona vivió hasta los 21 años. Licenciado en Económicas por la Universidad Pompeu Fabra lleva veinte años desarrollando su carrera académica en Estados Unidos. Se marchó a Harvard a preparar el doctorado y ya no volvió. En el año 2000 se convirtió en profesor de la Universidad de Nueva York, y tras siete años empezó como profesor en Harvard. Allí ha estado otros siete años hasta que el curso pasado se convirtió en Catedrático del departamento de Economía de la Universidad de Dartmouth.

Nos atiende por teléfono desde el otro lado del Atlántico, y un intento de entrevista se convierte más en una conversación. Una sesión de más de una hora en la que se puede resumir sus objetivos económicos en tres palabras: productividad, productividad y productividad.

¿Pero qué productividad? ¿No es eso de lo que llevan años hablándonos? No. «Recuperar productividad bajando los salarios es ridículo. Es una muestra de no entender la economía más básica». Dice que Ciudadanos ese principio «lo tiene claro» y que su visión externa del conjunto del programa económico, él solo ha participado en una parte concreta, es un programa «ámplio, detallado y específico», que pretende darle la vuelta a cómo se hace política económica en España.

-¿Y cómo hemos hecho política económica en España?

«Muchas veces se ha tratado de curar los síntomas, por ejemplo cae la inversión y la solución es poner una subvención, y la clave es ver el origen y motivación de las cosas. No se puede curar la fiebre poniendo un paño frío».

Política de frenar hemorragias con tiritas dice que es lo que se encontró en los escasos contactos que hasta ahora había tenido con la política española. «Nunca se han mostrado muy receptivos a escuchar». Recuerda una vez cuando en 2008 habló con un secretario de Estado del área económica y le transmitió un crudo análisis sobre cómo la productividad «se había hundido» en los últimos 15 años. Con amargura recuerda todavía la respuesta: «la productividad es importante, pero la gente no la encuentra sexy». Él desde luego no piensa lo mismo: «A mí la productividad me parece muy sexy», dice con sorna. «En España hemos sacado pecho sin entender lo que estaba pasando», reflexiona bastante con sorna.

Más que sexy, necesaria. Por un momento parece que te habla Garicano cuando escuchas que «el sistema productivo de los últimos años está agotado, y lo demuestran las infraestructuras». Imposible no pensar en el AVE. Pero Comin lo tiene claro: «Si pensamos en más infraestructuras crearemos otra burbuja. Hay que parar si queremos cambiar el modelo, y por una cuestión fiscal».

Comin, que ha sido asesor del primer ministro de Malasia, cree que el problema de España es que no se sabe aprovechar el buen conocimiento que tenemos. «Tenemos graduados buenísimos que luego no pueden aplicar todas sus habilidades porque las empresas no están preparadas». Para él la clave está en dotar a las empresas de herramientas para que sean mejores y puedan crecer en tamaño.

Y es en este punto en el que entra la Red Cervera de Transferencia Tecnológica. Durante su trabajo en Malasia se ha ocupado de desarrollar un programa de este tipo, aunque el que proponen para España tiene más similitudes con el modelo alemán. Comín explica que el proyecto trata de contestar a la pregunta sobre cómo hacer las empresas competitivas. El profesor establece el diagnóstico del problema: «Existe un problema en el acceso a tecnología puntera, que no está al alcance de las empresas». Un hándicap que las sitúa por debajo de su potencial competitivo. El problema, según Comin, no es de falta de dinero sino de conocimiento.

«Allí dónde la empresa no puede encontrar esa solución tecnológica debemos usar el conocimiento de otras partes de la sociedad». Se trata en esencia de poner en contacto a la empresa con un problema con los agentes que aportan esas soluciones. La Red se compondría de un centro que conecta a las partes. «Ante un problema, las empresas acuden a ese centro, que ofrece las soluciones que le brindan los diferentes actores. Además actúa como un actor vigilante del contrato que se firma entre las partes».

Esos actores que trabajan en el desarrollo tecnológico son una serie de institutos de investigación, algunos de ellos vinculados a las universidades. «Algunos ya existen, pero cada uno va por su lado sin atender a una coordinación y aun plan concreto». El sistema garantizaría los gastos corrientes de funcionamiento de cada uno de esos centros, mientras que el coste adicional iría en función de los contratos conseguidos. «Si por ejemplo su presupuesto es de 10 millones de euros, si consigue contratos por hasta un 30% recibiría ese porcentaje más un 10% adicional. A partir de ahí y hasta un 70% del presupuesto recibiría ese presupuesto más un 40%. Es un modelo que fomenta el trabajo práctico. Si lo hacen bien recibirán recursos, si no caerán por su propio peso. No queremos centros que escriban en revistas».

«El conocimiento no lo tienen los que lo necesitan. No lo tienen las empresas pero sí las universidades». La teoría suena bien, pero le pedimos que ponga algunos ejemplos de lo que esta red ha sido capaz de hacer en Malasia. Recuerda el caso de una empresa láctea que querían extender la vida útil de los productos, una farmacéutica que había logrado un fármaco pero tenía dificultades para producirlo en grandes cantidades o, este caso ya en Alemania, una empresa que necesitaba desarrollar una máquina con la que limpiar unas flores para crear un té más puro. «Estamos hablando de cosas reales y tangibles». «España tiene conocimiento para hacer las empresas muy competitivas, el problema es la infrautilización de los recursos».

«Yo entendí muy bien la motivación de Ciudadanos cuando nació en Cataluña. Creo que España afronta un desafío importante, y el partido tiene una ventaja natural por su origen. No reniega ni a ser catalán ni a ser español. Mi modelo de España moderna e inclusiva».

Más allá de sus propuestas económicas, Comín explica que esta colaboración con Ciudadanos surgió de «forma casual». Reconoce que en estos veinte años hizo poco en España. «En todos los sitios en los que he estado y en los países en los que he colaborado me decían que por qué no iba a ayudar a mí país». Y él respondía que en España «no escuchan». Una crítica que no centra en su persona, sino que se refiere al modelo de selección de élites en nuestro país y al poco recorrido del mundo académico en política. «Mis compañeros de doctorado están en puestos de Gobierno, tengo un alumno que ha sido viceministro de Economía en Chile. Este no es el perfil que impera en España».

Pero ese discurso ya no le vale. «Luis (Garicano) me llamó y me desarmó la excusa de que en España no escuchaban. Simplemente me dijo si quería ayudarles». Dice que no se imagina dedicándose a la política, pero sí confiesa que le gusta «acabar» las cosas. «Luis me ha dicho que si ganamos quiere que sigamos adelante».

Ver los comentarios