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El populismo no logra imponerse a la vieja izquierda

Podemos no alcanza categoría de alternativa en Andalucía. Los resultados apuntan a que su «gran botín» han sido los que se quedaron en casa en 2012. Ha fundido a IU y erosionado al PP

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«El populismo puede ser entendido como un estilo de liderazgo caracterizado por la relación directa, carismática, personalista y paternalista entre líder-seguidor, que habla en nombre del pueblo, busca cambiar y refundar el statu quo dominante; donde los seguidores están convencidos de las cualidades extraordinarias del líder y creen que gracias a ellas conseguirán mejorar su situación personal o la de su entorno». (Freidenberg F., 2007).

Con el 25 por ciento de los votos y 15 escaños, Podemos ha repetido en el Parlamento de Andalucía una irrupción tan meteórica como la que en mayo de 2014 protagonizó en Bruselas al conquistar de la noche a la mañana cinco asientos. De golpe, se ha convertido en la tercera fuerza política y, aunque ha quedado lejos de constituirse en alternativa como en el resto de España, no puede negarse su éxito en el que sigue siendo impertérrito granero socialista.

Pero en contra de lo que vaticinaban muchas encuestas, y en vista de cómo el PSOE ha aguantado la embestida, no parece que ese abultado apoyo que ha recibido Podemos proceda de desencantados que en 2012 respaldaron a José Antonio Griñán. Algunos estudios demoscópicos previeron que de ese caladero iba a llegar un tercio del respaldo de la lista de Teresa Rodríguez. Otros, más acertados, que el trasvase hacia la formación de Pablo Iglesias se iba a reducir a un votante de cada diez del PSOE.

El escrutinio de anoche demuestra que el populismo sí ha hecho un considerable roto en IU, cuyas filas se han visto debilitadas como nunca. Los 5 escaños de esta legislatura son la menor representación que ha tenido nunca esta coalición en Andalucía, por debajo incluso de los seis asientos que tuvo en las legislaturas que van del año 2000 al 2012. IU ha perdido siete asientos en el Parlamento de Andalucía, más de la mitad de los 12 que mantuvo en la legislatura recién acabada. Las encuestas calculaban que entre el 23% y el 25% del voto de la coalición iba a fugarse a Podemos, pero lo cierto es que Izquierda Unida ha perdido en estas elecciones más del 38% de su respaldo al pasar de 438.372 papeletas en 2012 a menos de 274.000 ayer.

Pero, entonces ¿quiénes son los que han votado a los populistas?. Un vistazo rápido a la tabla de escrutinio concluiría que gente que en las últimas autonómicas apostó por el PP. La formación liderada en Andalucía por Juanma Moreno ha perdido 17 representantes en esta ronda de urnas, Podemos ha ganado 15. Pero la clave no es tan simple. El mayor desliz desde la reserva popular ha sido en dirección a Ciudadanos. La colecta de Podemos se explica en la medida en se cree que los de Pablo Iglesias sí han arrastrado hacia sí un importante nicho: el de los que en 2012 se quedaron en casa y no fueron a votar. Se ha valorado que hasta un 18,4% de la fuerza que ha acaparado viene de ese sector, y mucho menos de quienes se han incorporado a la población de derecho, esto es, los que en las últimas autonómicas andaluzas no tenían los 18 años. En principio, solo ha acaparado un 4% de los electores de menor edad.

El trasvase de voto del PP a Podemos da la razón a los sondeos demoscópicos que describieron que los posibles apoyos de Podemos responden a un perfil es muy transversal, no necesariamente de izquierda radical, con más hombres que mujeres, cuyas edades se mueven dentro de una gran horquilla de 35 a 55 años y que poseen estudios de grado medio.

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