El expresidente del Congreso, en una imagen reciente
El expresidente del Congreso, en una imagen reciente - ignacio gil

Bono revela que el CNI alertó de «grave atentado yihadista» a Acebes tres días antes del 11-M

«Es imposible que Aznar tuviese dudas sobre la autoría», dice el exministro, que publica los «diarios» de su etapa al frente de Defensa. El volumen está dedicado a las víctimas del Yak-42

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Por si todavía alguien no lo sabe, José Bono anotó obsesivamente durante sus años como dirigente político sus conversaciones con cardenales, con ministros, con monarcas, militares, presidentes o molt honorables. Para capturar fielmente la letra de aquellos diálogos, acostumbraba a ausentarse de reuniones muy principales diciendo que iba al baño o, -como ha contado esta mañana a los primeros periodistas a los que ha presentado su libro- a pedir permiso al Rey Don Juan Carlos, que le autorizó a tomar testimonio delante de él de cada uno de los despachos que compartieron.

De aquellos «diarios», Bono ya publicó un primer volumen en 2012 y ahora hace lo propio con la parte correspondiente a los años en los que fue titular de Defensa en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, periodo inmediatamente posterior a los atentados del 11-M de los que mañana se cumplen once años, y sobre los que el exministro hace diversas revelaciones.

La más importante, con la que arranca su nuevo volumen,certifica que tres días antes, el 8 de marzo de 2004, el CNI informó al Ministerio del Interior entonces dirigido por Ángel Acebes «de que se preparaba un grave atentado yihadista». «Es imposible que el Gobierno Aznar tuviese dudas racionales sobre la autoría del atentado del 11-M», aseguraría el propio Bono en un papel oficial que destinó al principio de la legislatura a Zapatero, el 5 de mayo del mismo año, nada más descubrir la sensible documentación. De aquella se deduce que las invocaciones a la autoría de ETA por parte del Ejecutivo del PP en las fechas previas a las elecciones siempre fueron mentirosas.

En el escrito a Zapatero, Bono muestra particularmente su sorpresa por el hecho de que nunca se tomaran «medidas más eficientes» contra Allekema Lamari, --el «cerebro» de la masacre de los trenes--, contra el que en 2003 se había alertado también al Ministerio el Interior, notificando que al argelino incluso se le había intervenido un pasaporte falso. No se le detuvo. En el momento de los atentados, Lamari llevaba excarcelado 18 meses después de haber sido condenado a 14 años por pertenencia a banda armada. Su ADN fue encontrado entre los cuerpos de los suicidas de Leganés.

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