Un poco peor

Sobre las futuras alianzas, no hay duda de que tanto JpC como ERC ofrecerán sus 21 escaños a Sánchez

Albert Rivera dimite como presidente de Ciudadanos tras el batacazo en las elecciones

Elecciones: resultados, reacciones y última hora en directo

Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las cosas se pueden hacer siempre un poco peor. A veces parece imposible, pero nunca lo es del todo si te esfuerzas un poco. El independentismo nos ha dado una admirable lección de ello desde su eclosión en 2012, y ayer no fue una excepción.

En su conjunto, las fuerzas independentistas obtuvieron un escaño y 3 puntos porcentuales más de voto. La candidata de Puigdemont, Laura Borràs, mejoró el resultado de su partido en abril y su sueño de ser la candidata de JpC al Parlament -en sustitución de Quim Torra, que ha perdido la confianza de Waterloo- está desde anoche un poco más cerca. Y asistimos también ayer a la irrupción de la CUP en detrimento de Esquerra.

La fiebre no baja. Sube poco pero sube. Y además nos hemos puesto a tomar el medicamento que no era. La irrupción de la CUP es una noticia desastrosa, sobre todo para los independentistas, que mientras ha durado el «procés» han podido comprobar hasta qué punto ha sido impracticable su mayoría parlamentaria, porque cuando ha llegado la hora de la verdad, los anticapitalistas no han estado nunca a la altura. Veremos en breve y en todos los sentidos su lamentable espectáculo en el Congreso.

Es desde luego una buena noticia para la unidad de España que la CUP sea más fuerte y ERC lo sea menos, porque en su brutalidad selvática sabrán cómo cargarse cualquier iniciativa política que tenga la menor posibilidad de significar algo; pero su auge indica que buena parte de la sociedad catalana necesita más contenedores incendiados, más violencia y más caos para darse cuenta de que corre en la dirección equivocada.

Sobre las futuras alianzas, no hay duda de que tanto JpC como ERC ofrecerán sus 21 escaños al candidato Sánchez, aunque a un precio notable.

Moncloa y Puigdemont abrieron a finales de septiembre una línea de negociación para «primero rebajar la tensión y luego para encontrar una solución». La primera decisión fue nombrar a los interlocutores. Los socialistas optaron por Salvador Illa, persona de la máxima confianza de Miquel Iceta y de acreditada reputación en Ferraz. Secretario de Organización del PSC desde 2016, fue alcalde de la Roca del Vallès entre 1995 y 2005. Convergència eligió a Francesc Sánchez, excoordinador interno del partido y persona de la máxima confianza de Artur Mas, Carles Puigdemont y David Madí, y enfrentado con Quim Torra por su falta de seriedad.

El plan de negociador se planteó en tres tiempos. El primero tenía que conseguir rebajar la hinchazón, el grado de irritación social, la temperatura de la calle. El segundo tenía que proceder a la pronta excarcelación, en la medida que los resquicios legales lo permitieran, de los entonces presos y hoy ya condenados por sedición. Y el tercero tenía que buscar un «nuevo encaje» de Cataluña en España, con una «autonomía plus», y una consulta para refrendarla, que el sector Puigdemont quiere que incluya la independencia como opción y Moncloa se niega a ello, pero que en cualquier caso se dejó como asunto a negociar. Esta tercera fase tiene que comportar, una vez resuelta, que Puigdemont pueda regresar a España sin tener que ingresar en la cárcel. El periodo de tiempo que ambas partes consideran que necesitan se calculó entre el año medio y los dos años.

Tanto Moncloa como Puigdemont, una vez establecidos los interlocutores, y los asuntos a debatir, quedaron emplazados a empezar a partir de hoy, con el compromiso explícito de no tenerse mutuamente en cuenta los revolcones de la campaña.

Por su parte, Esquerra tiene pactada una estrategia menos secreta y más obvia con Sánchez, que pasa por facilitar el gobierno del PSOE en España y porque el PSC sea el socio de referencia de los republicanos, dentro o fuera del Govern, cuando en febrero se celebren elecciones al Parlament y presumiblemente las gane ERC. Este pacto a dos bandas, incluye que más pronto que tarde, Oriol Junqueras pueda obtener los primeros permisos penitenciarios, por ejemplo el de poder pasar la Navidad en casa.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación