Entrevista

Javier González de Lara: «A la CEA le da igual el color del partido que gobierne en Andalucía»

El presidente de los empresarios andaluces cree que con el actual Gobierno del PP y Cs «hay un marco de estabilidad política, económica y social para para la región»

Javier González de Lara, presidente de laa Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) Francis Silva
María Jesús Pereira

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Javier González de Lara (Málaga,1963) llegó a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) en 2014, cuando la organización estaba en quiebra. Él ha logrado poner orden en las cuentas de la CEA y que ésta inicie un proceso de modernización para adaptarse a los nuevos tiempos, instaurando un código de buen gobierno, instrucciones internas de contratación... «Hoy -dice- la CEA tiene los mayores controles que haya tenido en 40 años». Presidente también de la Fundación CEOE, González de Lara defiende los intereses de más de 200.000 empresarios y autónomos afiliados a la CEA.

Se cumplen 40 años de la CEA. ¿Cuál es su mayor logro?

La CEA nació para representar a los empresarios andaluces en un momento difícil, en la Transición económica, que surge de la nueva arquitectura institucional a raíz de los Pactos de la Moncloa. El principal logro de la CEA fue contribuir a la Transición española, pasar de un modelo económico autárquico a un modelo de libertad de empresa y mercado. Hemos puesto en el fronsticipio de la sociedad la relevancia de la empresa como generadora de actividad económica y riqueza.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la CEA ahora?

Es una organización útil, eficiente e influyente, que se adapta a los nuevos tiempos. Como retos o deficiencias, tenemos que consolidar un nuevo modelo de organización, acorde con los nuevos tiempos, acorde con las demandas de nuevas empresas que se tienen que adaptar a un nuevo mercado y ahí tenemos que estar en una posición de servicio permanente. Hay tenemos un margen de mejora, para lo cual debemos usar la Inteligencia Artificial, Big Data, digitalización, internacionalización... Nuestras 200.000 empresas nos demandan servicios muy relacionados con esos retos.

Llegó a la presidencia de la CEAcuando la organización estaba en quiebra, con pérdidas que sumaban los 17 millones de euros. En 2018, por primera vez desde 2009, ha abandonado los números rojos. En los 40 años de vida de la CEA, ¿es esa la única mancha negra que enturbia el historial de la organización?

Bueno, yo no lo clarificaría como mancha negra. Hemos vivido momentos complejos, que incluye varias crisis económicas, que las han vivido las empresas, los trabajadores, las familias, los bancos... toda la sociedad. La CEA no estaba ajena al devenir de la sociedad y efectivamente hubo años duros desde el punto de vista económico, en los que tuvimos que enderezar la nave, ha habido que buscar la forma de acometer un proceso de modernización, de mayor transparencia, de mayor participación en la organización... Afortunadamente este año volveremos a presentar cuentas equilibradas, lo que es un motivo de orgullo. Cada año es un nuevo desafío pero sí es verdad que hay una disciplina presupuestaria y quizá ahora la CEA tenga los mayores controles que ha tenido en sus 40 años de existencia. Eso ha sido gracias a que hemos aprobado un código de buen gobierno, instrucciones internas de contratación.... hay un mayor compromiso en la gestión interna. No se trata de responsabilidad a nadie, sino de ver que lo está por venir será mejor pero también muy exigente.

González de Lara, el día en que la CEA celebró sus 40 años de existencia en Antequera Francis Silva

¿La financiación de la CEA sigue dependiendo demasiado de las subvenciones?

Nosotros no recibimos subvenciones. Vivimos de las cuotas de los afiliados y también de la participación institucional, pero entendida ésta como la colaboración de órganos que dentro del diálogo social, ayudan a mejorar el funcionamiento de nuestra propia sociedad, como es el Consejo Económico y Social, el Sercla... Más que subvenciones son compensaciones por el trabajo que se realiza. Es que nosotros negociamos 500 convenios colectivos en Andalucía todos los años y nuestra región no es especialmente conflictiva. Para negociar esos 500 convenios hacen falta una legión de personas defendiendo los intereses de las empresas. La principal infraestructura de un territorio es la paz social y para construirla hace falta mucho esfuerzo y mucho sacrificio por todas las partes, incluidas las centrales sindicales, que son nuestra contraparte natural, y con la que tenemos que discutir permanentemente.

En Andalucía hay pocas empresas y las que hay son pequeñas. ¿Tenemos un empresariado poco dinámico?

No lo creo pero es verdad que tenemos un problema de dimensión, densidad y diversificación de las empresas. Tenemos más de 510.000 empresas pero es verdad el 97% no tiene más de 6 trabajadores. Nos encontramos con una densidad de 58 empresas por cada mil habitantes y en España la media está en 70 empresas, 12 puntos por debajo de la media nacional. Puede achacarse a diferencias ancestrales, a que ha existido menos vocación empresarial desde generaciones anteriores... Pero ya hay provincias en Andalucía, como Málaga y Almería, que han superado la media nacional de empresas por habitante. Vamos progresando pero tenemos que ser más competitivos, asumiendo los retos de la digitalización, la internacionalización y la innovación.

¿Diría que en con el actual Gobierno andaluz hay un marco de estabilidad política, económica y social para la región?

Sí, taxativamente sí. Hay marco de estabilidad porque se ha constituido de forma bastante ágil, en poco plazo, lo cual es de celebrar porque a todos nos preocupaba que no hubiera gobernabilidad. Tenemos un Gobierno con cierta estabilidad desde el punto de vista ejecutivo; otra cosa será en el ámbito parlamentario porque se requerirá de una tercera fuerza para los procesos legislativos. Pero hoy por hoy podemos decir que tenemos un gobierno que da una imagen de seriedad importante, de rigor y lo que queremos los empresarios es un compromiso con el tejido productivo, con el empleo. En las reuniones que he mantenido con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha sido sensible a nuestras demandas y ha asumido como propio que la prioridad es el empleo, lo cual es motivo de satisfacción y no olvidemos que el principal motivo de preocupación para la ciudadanía es el empleo. Veo que el presidente tiene las ideas muy claras y que el equipo de Gobierno las tiene, y lo que hace falta es que tengan tiempo para poder poner en marcha esas políticas.

¿Le gusta la actual configuración de la Administración andaluza, con la unificación de unas consejerías y la separación de otras?

Asumimos que cuando se hace un pacto entre dos fuerzas políticas, como PP y CS, y se llega a un acuerdo de legislatura de esta naturaleza, eso condiciona la distribución de las consejerías. Vamos a darle un margen de confianza. Todo va a depender mucho de la buena disposición del vicepresidente y consejero Juan Marín, que no sólo va a llevar Regeneración, Turismo, Justicia...

¿Turismo bien hubiera merecido una sola consejería teniendo en cuenta el peso específico del sector en el PIB andaluz?

Lo hubiéramos preferidoy el sector lo ha demandado. Estando Turismo en la Vicepresidencia es un rango adecuado, así como que la consejería que asume empiece por Turismo. Digo esto porque siendo España el segundo país del mundo en volumen global de turistas, con más de 82 millones de turistas, seguimos sin tener un Ministerio de Turismo, lo cual no nos parece bien.

Javier González de Lara está al frente de la patronal andaluza desde 2014 Francis Silva

Ha dicho usted que PP y CS son dos partidos que comparten espacios políticos muy semejantes, por lo que augura que será un Gobierno complejo. teóricamente debería ser más fácil llevarse bien si tienen afinidades ¿no?

No recuerdo haber dicho eso pero entiendo que al tener intereses comunes pueden funcionar bien. Otra cosa son los procesos electorales, en los que puede haber tensiones, porque cada partido va a defender su espacio, su ámbito, su territorio... y van a querer buscar un hueco en un electorado que en muchos casos es común, como ocurre entre PP y Cs. Dicho esto, la alianza está siendo tremendamente sólida, de lo cual nos congratulamos porque es positivo que haya sintonía. Tenemos que trascender al momento electoral porque ahora estamos condicionados por lo que va a ocurrir en estas elecciones. A partir de junio estoy convencido que este Gobierno va a funcionar muy equilibrado y en sintonía.

¿Qué medidas anunciadas por el PP y Cs en la Junta esperan los empresarios como agua de mayo?

Sobre todo, una actitud proactiva hacia la empresa y ponerla como eje de cualquier política económica y social. En este sentido, le pedimos que intente simplificar la actividad empresarial y la reducción de trabas burocráticas, así como desregular muchos procedimientos obsoletos que dificultan el desarrollo económico y que Andalucía se convierta en un magnífico lugar para la inversión. Hace falta desatascar la creación de empresas en ámbitos muy precisos porque hay muchas barreras medioambientales. Hay que coordinar a las consejerías para que la simplificación sea global y transversal. En definitiva, lo que pedimos a la Junta es que nos dejen trabajar.

El Gobierno anuncia una bajada de impuestos importante y, al mismo tiempo, inversiones importantes para cumplir sus promesas ¿Le saldrán las cuentas al Ejecutivo andaluz?

Yo creo que es posible que haya una rebaja fiscal con una optimización de los recursos, contando además con transferencias corrientes del Estado y de un nuevo modelo de financiación que deberá reivindicar también el nuevo Gobierno. Todos somos conscientes de que dos tercios de los presupuestos de la Junta de Andalucía se destinan a sanidad y educación. Se puede intentar optimizar esos dos tercios, e intentar que el resto que queda, que no es mucho, vaya inversión productiva en infraestructuras. Esperemos que haya unos presupuestos cuanto antes.

¿La CEA estaba cómoda con el Gobierno de Susana Díaz?

La CEA no está cómoda con ningún gobierno, sea de Susana Díaz o de quien sea, porque suele haber tensiones cuando defiende los intereses de los asociados pese a quien pese. A nosotros nos da igual el color del partido político que gobierne. Nosotros reivindicamos nuestras iniciativas y en ocasiones chocamos y en ocasiones llegamos a acuerdos. En Andalucía ha existido un gobierno mayoritariamente monocolor y ahora hay un nuevo gobierno con el que queremos trabajar. Con buena voluntad estoy seguro de que nos entenderemos. Nosotros basamos nuestra relación en el diálogo, diálogo y diálogo.

Se lo digo porque han levantado ampollas su visita al PSOE para reunirse con Susana Díaz y sus declaraciones diciendo que esperaba que hubiera con el actual Gobierno andaluz la misma sintonía que con el anterior ejecutivo del PSOE en materia económica.

Sí ha sido así lo lamento. A algunas personas les ha parecido realmente escandaloso y atípico que aceptara una invitación del PSOE, pero no tiene nada de anormal. Forma parte de la lealtad y la cordialidad institucional. Mi visita habrá levantado ampollas en quien ha querido malinterpretarlo. Yo respondí a una invitación de una fuerza política importante, como es el PSOE, que ha gobernado en Andalucía durante muchos años. Atendimos esa invitación como lo hacemos con las del PP o Ciudadanos. ¡Como si nos invita Vox!

Se ha entendido como un capotazo a Susana Diaz en momentos de debilidad de la expresidenta dentro de su partido.

Bueno, eso es hilar muy fino. Nada más lejos de la realidad, de la intención de fe. Además, nosotros no somos quién para dar un capotazo a la secretaria general del PSOE.

La CEA y los sindicatos recibieron ingentes cantidades de dinero con cada acuerdo de concertación social. ¿Hay que volver a la concertación social y dar entrada a otros sindicatos que no sea UGT y CC.OO.?

Bueno, me habla de una etapa en la que yo no era presidente de la CEA y por tanto no afirmo que hayamos recibido ingentes cantidades de dinero. A mí me sacan el papel sepia y me recuerdan el pasado constantemente pero yo ya he pedido perdón por muchos pecados que no he cometido. ¿Hay que volver a la concertación social? Habrá que ver en cada caso y circunstancia. Además, no hay que hablar de un pacto de concertación social, sino de pactos sectoriales, sobre materias concretas, que los empresarios nos demandan, como fue el pacto por la industria de Andalucía, la alianza por el turismo... Hay quien ha dicho que nosotros ya estamos concertando pero puedo decir que no es así. En cinco años de presidente de la CEA, jamás he concertado nada que tenga efectos económicos. Por tanto no es correcto decir que concertamos con el poder.

En 2015, la juez Mercedes Alaya ordenó investigar las subvenciones recibidas por la CEA y CC.OO. por el fraude en los cursos de formación.

Nosotros no hemos tenido ninguna investigación judicial ni citacion judicial de ninguna naturaleza

¿La CEA está respondiendo a las peticiones de la Junta de reintegro del dinero de cursos de formación?

-A nosotros no nos han reclamado dinero. Nosotros hemos iniciado expedientes de reintegro por responsabilidad y por lógico análisis de revisión. Hemos devuelto dinero, como muchas entidades. Ese ha sido mi objetivo en la organización, poner orden.

En 2012 dejaron de convocarse cursos de formación y desde entonces hemos devuelto más de 1.100 millones de fondos para ese objetivo. ¿Qué le dice eso?

Si hablamos de judicialización, de que se están investigando los cursos, no era el escenario más adecuado para convocar cursos porque la Administración ha estado revisando expedientes. A nosotros nos parece lamentable pero comprendemos que la situación no era la ideal. Pero también hay que decir que los cursos de formación se pagan a través de las cotizaciones sociales y durante años se ha pagado ese dinero sin que se hayan podido impartir los cursos. Ese dinero pagado por los empresarios y los trabajadores se ha perdido.

¿Hay que cambiar la gestión de los cursos de formación para adaptarlos al siglo XXI?

Creo que sí, hay que adaptarse a las nuevas demandas del mercado de trabajo, entre otras cosas porque en el futuro habrá puestos de trabajo que aún no se han creado. No nos quejamos de que los trabajadores no estén formados, nos quejamos de que no han tenido la oportunidad de formarse porque durante años no ha habido cursos de formación. Por eso pedimos que haya una mayor proximidad entre la Universidad, la Formación Profesional con el mercado de trabajo.

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