De Cos urge a Europa a movilizar el fondo de rescate y crear eurobonos
El Banco de España ve una «perturbación sin precedentes» en la economía. El supervisor pide ya a los bancos que calculen el impacto de la crisis en sus cuentas
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Mario Draghi se pasó casi ocho años pidiendo por activa y por pasiva -y con escaso éxito- a los Estados miembros una política fiscal que complementase a la monetaria en la lucha contra la crisis financiera. Su sucesora al frente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, insiste ahora en ese mensaje. El Eurosistema reclama que los gobiernos nacionales y, sobre todo, el Ejecutivo comunitario adopten medidas que refuercen las suyas. «Una mayor a mbición y coordinación de la respuesta a escala europea no es una opción; es una necesidad», dijo ayer en esa línea el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en un comunicado.
«Nos enfrentamos a una perturbación sin precedentes , de una intensidad incierta, aunque en todo caso muy notable», avisa sin paños calientes el banquero central, quien aclara que aunque aún no se dispone de indicadores para evaluar con una mínima precisión la intensidad de esta perturbación, «el deterioro de la actividad económica al que nos enfrentamos puede ser muy acusado en el corto plazo». La gran amenaza que pende ahora sobre la economía europea es que entre en recesión.
Cada país ha anunciado sus propias medidas y estímulos fiscales ante la lentitud en tomar decisiones del entramado comunitario, que por ahora solo ha suspendido las reglas fiscales del Pacto de Estabilidad para que los Estados puedan gastar más en su lucha contra el Covid-19 y ha comprometido 37.000 millones . Pero no hay un plan contundente y común para toda la UE.
«La dimensión de la perturbación hace necesaria una mayor ambición de las políticas fiscales europeas comunes, a través de las herramientas existentes para tal fin u otras nuevas que pudieran complementar a estas», dice el gobernador. Hernández de Cos menciona los presupuestos de la UE , el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el fondo de rescate o Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), opción esta última que reclaman varios países.
Además, plantea «un refuerzo de las herramientas comunes de compartición del riesgo presupuestario de los países individuales», es decir, la creación de eurobonos como activo seguro común que sustituya al «bund» alemán como referencia y zanje la fragmentación europea que surge en cada crisis. Ayer mismo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abrió la puerta a emitir «coronabonos» para financiar ayudas a empresas que entren en crisis. «El principio es analizar todas las herramientas y recurrir a las que sirvan . Eso es válido también para los coronabonos. Rercurriremos a ellos si están bien estructurados y si ayudan a enfrenta la crisis», dijo.
A pesar de este llamamiento y de que el BCE viene de desplegar 750.000 millones de euros para la compra de deuda pública y privada, Hernández de Cos asegura que el organismo con sede en Fráncfort seguirá actuando y «está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario» para que familias, empresas, bancos y gobiernos puedan absorber lo mejor posible el impacto económico.
Al respecto, y para tratar de impulsar el crédito a la economía real, el BCE anunció ayer flexibilidad en el tratamiento de los créditos morosos, medida que se suma a las ya anunciadas la semana pasada, cuando el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) dio permiso a los bancos para usar sus colchones de capital y liquidez para prestar, lo que liberará 120.000 millones de capital capaces de movilizar o absorber pérdidas por 1,8 billones en préstamos.
De forma paralela, y según fuentes financieras, el supervisor ha pedido a los bancos que hagan previsiones del impacto de la pandemia en el negocio y cómo les afectará en sus presupuestos, beneficios y en la concesión e impago de créditos, entre otras cosas.
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