Unos cien jornaleros duermen en Lérida al raso pese al Covid-19

Hacía semanas que administraciones, agricultores y entidades decían prepararse para evitar lo que finalmente ha vuelto a ocurrir. Decenas de temporeros abocados, de nuevo, a dormir al raso en Lérida y en otros pueblos de la comarca a los que cada año acuden para la recogida de fruta. En esta ocasión, además, el coronavirus agrava todavía más su precaria situación. Un centenar de inmigrantes llevan varias noches durmiendo en las calles de la capital ilerdenses. El Ayuntamiento ha prometido alojarles en instalaciones municipales después de que hoy por la tarde se sometan a las pruebas PCR que les ha prometido la Generalitat.

Los agricultores, por convenio, tienen la obligación de proporcionar -descontándoselo del sueldo- alojamiento a los temporeros que se ven obligados a desplazarse en más de 75 kilómetros de sus domicilios para trabajar sus tierras. En la inmensa mayoría de los casos, los agricultores cumplen, aunque estos días se ha evidenciado que unos pocos no lo hacen.

En este sentido, el anuncio de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de enviar inspectores al campo en busca de signos de explotación a los inmigrantes en los campos no ha servido para evitar que en Lérida algunos duerman en las calles. A los que pernoctan al raso y «luego se levantan a las seis de la mañana para ir a trabajar los campos», como denunciaba uno de los temporeros que estos días que dormía entre cartones en la céntrica calle de Cavallers, se unen los inmigrantes que acuden a Lérida sin contrato ni trabajo. Hace años que esto sucede en la capital ilerdense sin que las instituciones hayan sabido ponerle freno.

El alcalde de Lérida, el republicano Miquel Pueyo , aseguró ayer que si a estos temporeros no se les ha ofrecido todavía alojamiento en las instalaciones municipales es porque hubiera sido «una grave irresponsabilidad» hacerlo antes de descartar que alguno tenga Covid-19. Aunque llevan varios días en la calle no será hasta hoy por la tarde que se le practicarán los test facilitados por la Generalitat.

Luego, podrán dormir en el pabellón deportivo habilitado , donde por ahora duermen veintena de personas. Pueyo, en declaraciones a TV3, se escudó en varios factores que para él explican que esta situación se repita año tras año. Entre ellos, que las inspecciones no se aplica de una forma «más eficiente y rotunda» y que el anterior gobierno municipal decidió no construir albergues cuando se podía. Entidades como Plataforma Fruita Amb Justícia Social, que defienden los derechos laborales de los temporeros, acusan al Ayuntamiento de falta de previsión.