La tecnología que comunica los objetos

La eficiencia en costes y consumo energético de la red LPWA abre paso al Internet de las Cosas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Conectar los miles de objetos que nos rodean para que interactúen de forma combinada a través de la red. Esa es la revolucionaria propuesta que se esconde en el repetido concepto de Internet de la Cosas (IoT por sus siglas inglés), una disrupción que permitirá obtener datos en tiempo real y aplicarlos a los más variados aspectos de la vida cotidiana, la gestión de empresas o la organización de nuestras ciudades.

Neveras que avisan cuando un yogur está caducado, sémaforos que se regulan en función del tráfico, cadenas inteligentes de suministros... Un mundo lleno de posibilidades se vislumbra en el horizonte. ¿Pero está la teconología preparada para abrir de par en par esa puerta? El gran hándicap hasta el momento eran las baterías de los sensores utilizados para conectar objetos, incapaces de aguantar largos periodo de tiempo, lo que suponía unos costes de implementación y mantenimiento disparados y, en muchas ocasiones, inasumibles.

Por ello, la red pública de tecnología LPWA (Low Power Wide Area) puede marcar un antes y un después en el despegue del IoT.

LPWA son las siglas inglesas de baja potencia área extensa, y se llama así porque «se trata de redes de largo alcance y reducido consumo energético. Estas dos características son las que les confieren una gran eficiencia, permitiendo que se hagan viables casos de uso que hasta el momento no lo eran por sus altos costes de implementación, de operación y de mantenimiento.», explica Andreu Sánchez, responsable de Desarrollo de Productos IoT de Cellnex. El bajo consumo de los sensores o dispositivos conectados que utilicen tecnología LPWA posibilita que, «alimentados mediante baterías, puedan durar dependiendo de la aplicación hasta más de 10 años sin necesidad de reponerlas», asegura el responsable de Cellnex.

Un millón de objetos

Este operador independiente de infraestructuras de telecomunicaciones gestiona en la actualidad la única red pública con cobertura nacional y tecnología LPWA. Basada en el sistema del fabricante francés SIGFOX, está dedicada en su totalidad a servicios IoT. La red da servicio al 95% de la población, con una importante presencia en el entorno rural. Actualmente existen unos 1.500 emplazamientos activos y la red suma alrededor de un millón de objetos conectados. «La previsiones de los analistas apuntan a que en 2025, entre todas las redes LPWA en España, habrá más de 70 millones de dispositivos con este tipo de conexión», explica Andreu Sánchez. El experto especifica que esta rotunda cifra no se refiere a «dispositivos de uso personal como smartphones, tabletas u ordenadores, sino a la interconexión de dispositivos autónomos para la gestión de actividades cotidianas o industriales en cualquier sector de la economía: industrial, rural, salud, seguros, etc.»

Los ejemplos de casos de uso son variopintos: telemedida de consumos de agua, seguridad en el hogar, posicionamiento y seguimiento de vehículos, ganadería extensiva, agricultura, telemedida biomédica... El abaratamiento de los costes y la flexibilidad del sistema permiten su aplicación en actividades que hasta el momento eran impensables. «Ya se han desarrollado sistemas que permiten monitorizar la cadena de frío de alimentos o productos farmacéuticos, de forma que se garanticen las óptimas condiciones de conservación a lo largo de toda la cadena logística», explica. Otros ejemplos serían sistemas que permiten hacer seguimiento de mascotas o animales de granja, y así conocer en todo momento su ubicación, o métodos que hacen posible monitorizar una colmena de abejas y conocer todos los parámetros necesarios para su correcta gestión». Todo un mundo de objetos conectados que parece ya al alcance de la mano.

El principio del fin de las baterías

El responsable de Desarrollo de Producto de Cellnex considera que la optimización de las redes y los avances tecnológicos posibilitarán, cada vez en mayor medida, la utilización dispositivos de muy bajo consumo de energía. Según Sánchez, «esto permitirá en un futuro no muy lejano incluso utilizar, en muchos casos, técnicas de "energy harvesting", es decir, dispositivos que no necesitan baterías para su funcionamiento, ya que aprovechan energía de fuentes externas como la cinética o la térmica, entre otras».

Ver los comentarios