El secreto del imperio de los jamones de Enrique Tomás

Facturó 50 millones de euros en 2015, el doble que el año anterior fruto de la expansión

La empresa se ha marcado como objetivo alcanzar las 500 tiendas de jamón en 7 años

MADRID Actualizado: Guardar
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Enrique Tomás es una muestra de empresario hecho a sí mismo. Empezó con 16 años en el puesto de charcutería de sus padres, en el mercado de la Salud de Barcelona, y desde entonces ha construido un pequeño imperio cimentado en el jamón ibérico, al que ha llevado a medio mundo con sus más de 80 tiendas. Facturó más de 50 millones de euros al año, el doble que el año anterior, y da empleo a más de 400 personas aunque su plan es ambicioso, nada menos que alcanzar las 500 tiendas en siete años, de las que 100 estarán en Barcelona, 100 en Madrid, 100 en el resto de España y otras 100 en el resto de Europa, sobre todo Reino Unido donde ya tiene dos locales (Covent Garden y Soho) y prepara la apertura de un tercero en Westfield Stratford, uno de los mayores centros comerciales de Europa, con lo que la plantilla alcanzará los 3.000 trabajadores. Desde luego energía y entusiasmo por el producto que vende, sus adorados jamones, no le faltan.

Una de las primeras cosas que se nota al entrar en una de las tiendas de Enrique Tomás es que hay jamón por todas partes. Se puede apreciar el origen de cada una de las piezas que tienen abiertas para cortar y también un amplio surtido de productos para llevar a casa, entre los que destaca un práctico estuche donde viene un jamón loncheado en pequeñas bolsas al vacío con los huesos, por otro lado también empaquetados de la misma manera, una estupenda idea que ha tenido mucho éxito entre los turistas. Por no hablar de los populares cucuruhos con trocitos de jamón o de fuet, muy populares para comer en la calle.

La materia prima, clave

Pero detrás de todas estas ideas lo que hay es un enorme trabajo para, en primer lugar, buscar la mejor materia prima y eso es lo que ha hecho que Enrique Tomás se haya decantado por cuatro procedencias de jamón: Valle de los Pedroches, Extremadura, Salamanca (Guijuelo) y Huelva (Jabugo). Habla muy bien de las cuatro, aunque cree que el de Salamanca es el más equilibrado, «porque tiene menos sal y permite repetir más a menudo, mientras que otras variedades son mucho más potentes de sabor aunque cada uno tiene sus preferencias, por supuesto».

Como no podía ser de otra manera Tomás ha comprado finalmente su primera fábrica de jamones, en la localidad de Villanueva de Córdoba, en la que ha invertido 10 millones de euros, «para garantizar hasta el último detalle de una parte sustancial de la producción tanto en calidad como en cantidad que va a tener la empresa». La fábrica tiene 4.000 metros construidos en una finca de 8.000 y tiene una capacidad de 200.000 piezas.

La crisis, aunque no lo parezca, también ha afectado a los precios del jamón, que han bajado por la caída de la demanda «y ahora está subiendo por la escasa oferta aunque, realmente, el jamón de bellota tardará al menos 10 años en recuperar los precios precrisis».

La tienda online de Enrique Tomás factura ya 5 millones de euros y es la segunda en facturación de la empresa.

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