No pensó en esto

Ignacio Marco-Gardoquit

Una vez que sus veleidosos aliados catalanes, – los nunca satisfechos, porque ellos están a otras cosas y las transferencias no calman su sed por ambiciosas y abundantes que sean–, le abandonaron a su suerte y le dejaron sin Presupuestos y sin margen para gobernar, Pedro Sánchez eligió bien la fecha de las elecciones. Bien, quiere decir que valoró con cuidado sus conveniencias e, incluso, consideró con detalle las de su partido. Por eso evitó convocar las generales junto con las municipales y las autonómicas. Entonces, los barones recelaban de su compañía, una actitud que quizás la evolución posterior de las encuestas la haya convertido en un grave error.

Pensó en todo, o mejor dicho, en casi todo pues hubo un dato que se le escapó. La fecha elegida, el 28 de abril viene tres días después de la publicación de la EPA, la Encuesta de Población Activa, del primer trimestre y... no debería ser buena. Este año hay varios motivos para esperar un mal dato del empleo, además de que la estadística está en contra, pues ha sido malo en los últimos catorce años. Algunos de esos motivos son imputables a la coyuntura económica que flojea de manera perceptible y otros a su manera de obrar. La subida del salario mínimo ha sido bien recibida por quienes lo cobran, pero no tanto por quienes lo pagan y el efecto del disgusto se siente en aquellas regiones con peor nivel medio de salarios. Tampoco han gustado a los empleadores sus ideas con respecto a la evolución de las cotizaciones sociales. Y, ya por último y por culpa del calendario, los efectos positivos que induce la Semana Santa sobre el empleo se recogerán este año en el segundo trimestre.

La previsión es mala y, salvo que le encarguen su confección al maestro Tezanos –no me niegue que sería una gran idea–, la encuesta arrojará unos datos negativos. Si es así, se convertirá en maná para la oposición. En un arma poderosa para emplearla al final de la campaña que es cuando se les termina el plazo a los indecisos y deben decidir su atribulado voto. En esto no pensó Sánchez cuando escogió la fecha de las elecciones. Mal hecho. El empleo siempre ha preocupado más que la tumba de Franco. Creo y espero.

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