El taller de Gerhard Grenzig se ha convertido en un referente de la producción de órganos
El taller de Gerhard Grenzig se ha convertido en un referente de la producción de órganos - C. GIRALT

Un negocio artesano que da en la tecla

Un taller de Barcelona ha restaurado y creado órganos para grandes iglesias europeas. El último, el de la Catedral de San Vito de Praga

Barcelona Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desde los talleres del organero Gerhard Grenzing en El Papiol (Barcelona) saldrá el nuevo órgano de la Catedral de San Vito de Praga. Así lo ha confirmado el arzobispo de la capital checa Dominik Duka: «Era nuestro deber, en estos tiempos de paz y libertad, llevar a término el legado de nuestros antecesores, sobre todo del padre de la patria Carlos IV, y acabar esta catedral de manera simbólica» indicó Duka recordando que este emblemático edificio –de propiedad estatal desde el inicio de su construcción en el siglo XIV– tiene sólo un órgano provisional. Grenzig agrega así una nueva medalla a su curriculum que cuenta ya con 180 órganos fabricados, entre ellos los de la catedral de Bruselas y la Almudena de Madrid, y más de 70 instrumentos históricos restaurados.

La Iglesia Católica checa pone así en manos españolas –de origen alemán– la responsabilidad de completar las instalaciones de este templo erigido en líneas góticas en 1344 y terminado en estilo neogótico en 1929, escenario además de la coronación de todos los reyes de Bohemia. Está previsto que el instrumento, que se instalará en el coro que hay sobre la entrada del templo, empiece a sonar en otoño de 2019: tendrá 97 registros, pesará unas 20 toneladas y su coste total será de tres millones de euros. El tubo más pequeño tendrá siete milímetros de largo mientras que el mayor más de siete metros. Según el Arzobispado de Praga, el coste del nuevo órgano será financiado mediante una campaña nacional de donativos, de la que se lleva ya recogido un tercio del coste total.

Grenzig completó su formación como organero en el prestigioso taller de Rudolf von Beckerath en Hamburgo, donde conoció a expertos de Europa. Pero deseaba estudiar los órganos ibéricos por lo que se trasladó en los 60 a Mallorca, fascinado por la originalidad e inventiva de instrumentos históricos muy bien conservados. Se inicia así como organero restaurador en una época difícil hasta que en los 70 se instala en su actual taller que cuenta actualmente con unos 18 colaboradores, la mayoría formados por él mismo: «La colaboración entre todos es la base para conseguir la armonía que esperamos expresar en cada una de nuestras obras», indica Grenzig que ha construido órganos para el Auditorio de Niigata en Japón, el Palacio Táuride de San Petersburgo o la restauración en la catedral de Ciudad de México.

Sus hijos, Daniel y Natalie, se encuentran tomando los hilos de la empresa en el espacioso taller que incluye un reservado independiente para restauración y una sala de 17 metros de altura para la construcción y el premontaje de grandes instrumentos: Daniel Grenzing se ha especializado en la armonización, especialmente en la lengüetería, una prueba es el órgano de Radio France –86 registros, IV teclados– en París. Natalie Grenzig, licenciada en Historia del Arte por la UB y la Universidad Técnica de Berlín, es responsable de la gestión de la empresa que continua en evolución, uniendo tradición e innovación, tal y como si de un órgano se tratase.

Ver los comentarios