Mario Conde, otra vez entre rejas ocho años después

Mario Conde criticaba en 2009 en su blog personal el afán ejemplarizante de condenas tan largas como la de 150 años que la Justicia impuso entonces a Bernard Madoff por estafa piramidal. «La ejemplaridad es peligrosa», concluía en su artículo, escrito menos de doce meses después de salir de prisión. Pese a esa estancia en la cárcel, el exfinanciero siguió manejando los millones de euros que había saqueado de Banesto. Por eso hoy, ocho años después de abandonar Alcalá-Meco, Conde vuelve a entrar en la celda, por ahora de forma provisional.

La primera vez que el expresidente de uno de los bancos más emblemáticos del sistema financiero español recorrió el pasillo de ingresos de la cárcel fue el 23 de diciembre de 1994, justo un año después de que el Banco de España interviniese Banesto al desvelar un agujero contable de 605.000 millones de pesetas

fruto de la gestión de Conde como primer ejecutivo de la entidad.

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, a raíz de una denuncia de la Fiscalía contra el exbanquero y 12 de sus colaboradores por falsedad, apropiación indebida y maquinación para alterar el precio de las cosas, ordenó su encarcelamiento preventivo por estafa y apropiación indebida de 7.000 millones de pesetas. Poco más de un mes después, el 30 de enero de 1995, el magistrado le concedió la libertad bajo fianza de 2.000 millones de pesetas que depositó horas después. Acto seguido abandonó la prisión.

Fue solo un paréntesis, pues el caso Banesto seguía persiguiendo a Conde, como lo hace ahora por su intento de repatriar el dinero que sustrajo de la entidad y mantenía oculto en varios países. El 26 de febrero de 1998 fue condenado a cuatro años y medio de cárcel y al pago de 618 millones de pesetas por apropiación indebida en el caso «Argentia Trust», pieza separada el caso Banesto. El destino de Conde fue, de nuevo, la cárcel madrileña de Alcalá-Meco. Cumplió 17 meses de condena. El 9 de agosto de 1999, la juez le concedió la libertad provisional y al día siguiente abandonó la cárcel.

La Justicia zanjó el caso Banesto en marzo de 2000, cuando la Audiencia Nacional condenó a Conde a diez años de prisión, pena que en julio de 2002 el Tribunal Supremo multiplicó por dos, hasta los 20 años. Fue el inicio de su estancia más larga en la cárcel: entró ese año, en noviembre de 2005 le gue concedido el tercer grado y en julio de 2008 la abandonó bajo la libertad condicional. Fue solo otro inciso más.