El BCE ve margen para seguir bajando los tipos

«Nuestros análisis muestran que sería posible una mayor reducción, sin llegar al punto en que ya no funciona o incluso daña», asegura la directora del BCE alemán

En su reunión del consejo la semana pasada, el BCE decidió revisar el uso de sus recursos de política monetaria EFE

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El Banco Central Europeo podría recortar de nuevo las tasas de interés en su próxima reunión de diciembre. Eso es lo que reconoce directora del BCE alemán, Isabel Schnabe l, miembro del Comité Ejecutivo, en una entrevista que publica el diario salmón alemán Handelsblatt. «Nuestros análisis muestran que sería posible una mayor reducción, sin llegar al punto en que ya no funciona o incluso daña», asegura, a pesar de que los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación han sido ya forzados hasta el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%. Schnabel justifica un nuevo paso hacia el dinero gratis en la necesidad de proteger los estándares crediticios.

Esta economista alemana, profesora en la Universidad de Bonn y miembro también del Consejo Alemán de Expertos Económicos desde 2014, señala que la situación económica es ahora diferente a la de marzo. En ese momento, la máxima prioridad era estabilizar los mercados financieros. Ahora se trata de garantizar que los bancos no endurezcan demasiado sus estándares crediticios. «Lo estamos observando de cerca. El sector bancario no debe exacerbar la recesión económica», advierte, aunque reconoce que todavía no se ha tomado una decisión preliminar.

En su reunión del consejo la semana pasada, el BCE decidió revisar el uso de sus recursos de política monetaria y prometió una mayor relajación. En la pandemia y el colapso de la economía europea como consecuencia del virus, el BCE se ha abstenido hasta ahora de realizar más recortes de tipos, pero según Schnabel la tasa de depósito para los bancos podría reducirse aún más.

Otro poderoso instrumento del BCE es su programa de emergencia PEPP, que pretende ser una reacción temporal a la crisis sanitaria y comprende la compra de bonos por valor de 1,35 billones de euros . Hay fuentes que sugieren que el BCE podría disminuir su respaldo a los países más endeudados cuando elabore un nuevo paquete de estímulos el próximo mes, para impulsarlos a solicitar préstamos de la UE ligados a inversiones productivas. En el seno del consejo se debate ya si el BCE debería extender su Programa de Compras de Emergencia por Pandemia (PEPP), que entrega una flexibilidad sin precedentes en la compra de bonos de cualquier país en apuros, o su Programa de Compra de Activos (APP), en el que las compras deben reflejar el tamaño relativo de casa país. Esto es porque el PEPP ha reducido tanto los costes del endeudamiento para gobiernos como los de España y Portugal, que están evitando los préstamos de la UE ligados a inversiones digitales y verdes en favor de obtener efectivo sin condiciones en el mercado de bonos. La composición del paquete debería decidirse en la reunión de política monetaria del BCE del 10 de diciembre y las fuentes aseguraron que un compromiso podría estar entre las alternativas, con el PEPP y el APP expandiéndose pero con el primero siendo el instrumento principal.

El BCE ha sobrecomprado significativamente bonos italianos y españoles bajo el PEPP desde la primera ola de la pandemia, ayudando a reducir sus rendimientos a niveles previos a la crisis sanitaria, un alivio bienvenido para sus gobiernos en un momento de tensión. Pero al hacerlo, ha hecho menos atractivos los préstamos del fondo Next Generation de la UE. Este tipo de crédito oficial, revelado en respuesta al Covid-19, debe ser gastado en proyectos digitales o verdes y debe ser examinado por la UE, lo que lo hace menos aceptable para los gobiernos que vender bonos cuando el diferencial de las tasas de interés es pequeño.

Y otra novedad importante de cara a las próximas reuniones del consejo será la propuesta del gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, que sugiere que el BCE debería revisar su política monetaria no solo esta vez, sino de manera regular en el futuro . «Consideraría una buena idea que de cara al futuro revisemos la estrategia de política monetaria de forma regular, por ejemplo cada cinco años», ha sugerido en un evento del Banco de Finlandia.

Los miembros del consejo han comenzado a posicionarse ante una reunión, la de diciembre, en la que se tomarán importantes decisiones. El gobernador del Banco Central de Luxemburgo, Yves Mersch, ha confirmado que el BCE está listo para brindar más apoyo a la economía, pero anota que también debería evaluar los efectos secundarios no deseados de cualquier medida potencial. Mersch sostiene que todos los instrumentos potenciales podrían estar en discusión en la reunión del 10 de diciembre y que las autoridades del BCE también discutirán la flexibilidad de sus herramientas, incluido el programa PEPP de compra de activos de 1,35 billones de euros, pero recuerda que la política fiscal sigue siendo la herramienta más importante para ayudar a la economía real y que no es tarea del banco otorgar crédito directamente a las empresas.

La segunda ola de Covid-19 y las medidas de los gobiernos para contener la pandemia están generando «un claro deterioro» en el panorama económico de la zona euro en el corto plazo, reconoció en su última comparecencia la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que ve que los riesgos «claramente» están inclinados a la baja. Las proyecciones macroeconómicas que divulgará el equipo del BCE en diciembre permitirán al organismo realizar una evaluación más detallada para recalibrar su respuesta de política monetaria.

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