El BCE empaqueta su regalo de Navidad

Ya no hay consenso sobre si la presidenta del emisor europeo anunciará en diciembre un incremento del programa de compras por la pandemia

Imagen de archivo de una reunión del BCE EFE

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La hiperactiva rompedora de tabúes en el BCE, Christine Lagarde , seguirá ampliando sus herramientas, el catálogo con el que está haciendo cada día más fácil endeudarse , tanto para Estados como para empresas, en aras de mantener en activo la economía europea, tocada y en algunas áreas hundida por la crisis sanitaria. Pero no será hoy. El Consejo del BCE afronta una reunión de valoración de datos e introducción de nuevas medidas que serían anunciadas en diciembre . Vista desde fuera, esta reunión servirá para valorar hasta dónde está dispuesta Lagarde a borrar la línea divisoria entre la política monetaria y la política fiscal, que ya desdibujó Draghi.

Todos los analistas están de acuerdo en que este jueves no veremos ningún cambio en sus acciones de emergencia para paliar los efectos del virus. En cambio, ya no hay consenso sobre si la presidenta del emisor europeo anunciará en diciembre un incremento del programa de compras por la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés) o si simplemente dejará la puerta abierta a bombear más dinero en las dos reuniones que quedan en 2020.

"El Consejo podría aprovechar la próxima reunión para preparar el mercado para una mayor relajación de la política monetaria en su última reunión del año", señala Konstantin Veit, gestor de PIMCO, oteando en el horizonte una década de intereses cero y otro tirón de orejas a los gobiernos del euro. PIMCO espera también operaciones adicionales de TLTRO-III más allá de marzo de 2021, así como una extensión del período de tipo de interés preferencial del -1% en virtud de TLTRO-III de junio a diciembre de 2021, coherente con la expectativa de una extensión del PEPP en el mismo horizonte.

“En nuestra opinión”, dice Bank of America, “el BCE debería expresar sus preocupaciones en la reunión de esta semana. La situación del COVID-19 es frágil y la temporada de frío apenas ha comenzado. No está claro si las restricciones recientes son suficientes. Es probable que la inflación subyacente de la zona euro se debilite aún más, desde mínimos históricos”. Además de pedir un mensaje claro, los analistas recuerdan que el brexit sigue sin resolverse y el fondo de recuperación podría cuestionarse y retrasarse. Nadie duda ya que habrá regalo navideño del BCE en diciembre, pero nadie está seguro de que ese paquete sea suficiente para terminar con la incertidumbre, en la medida en que está siendo ya descontado por los inversores.

Podemos esperar, por tanto, que Lagarde diga hoy algo parecido a que "los comités están encargados de estudiar medidas". Sería una señal muy clara, pero tal vez eso sea demasiado para esta semana. Una mención de los crecientes riesgos a la baja en la declaración introductoria con énfasis en la herramienta para hacer frente a la pandemia (una clara referencia al PEPP) y tal vez incluso la "vigilancia" sería leída con un mensaje tranquilizador. “De lo contrario, nos preocupa un camino turbulento hacia la reunión de diciembre”, analizan los expertos de Bank of America. "El hecho de que el instituto emisor hasta ahora sólo haya utilizado 500.000 millones de euros de la dotación total de 1,35 billones de euros sugiere que no es necesario ampliarlo ahora", subraya JP Morgan.

El principal problema, sin embargo, sigue siendo la inflación. Las próximas proyecciones macroeconómicas trimestrales se publicarán en diciembre y es poco probable que mejoren radicalmente el panorama de los precios, aunque desde Goldman Sachs son más optimistas y esperan que el BCE reduzca ligeramente sus proyecciones de inflación en 2020-21, a la luz de la gran sorpresa de agosto y la apreciación del euro, de manera que se mantengan las proyecciones de inflación de 2022 sin cambios. “Es previsible que vayan con el freno de mano echado y que solo aumenten los estímulos en diciembre “si persisten las sorpresas a la baja en la inflación”.

“Ante el deterioro de las perspectivas económicas y la baja inflación en el contexto de una crisis de salud que se agrava, Christine Lagarde debería afirmar con determinación su voluntad de tomar medidas de apoyo monetario adicionales a finales de año”, dice por su parte Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, “un mensaje contundente debería ser favorable a la reducción de los diferenciales de los bonos periféricos”.

Y en todo caso, no falta quien teme que el drama de los acontecimientos pueda obligar al BCE a actuar de antemano . Solo ayer miércoles, las Bolsas de valores europeas colapsaron en más del 3%. Desde el comienzo de la semana, los precios han caído casi un 7%. Al mismo tiempo, la situación médica está empeorando. En Francia hay ahora más de 52.000 nuevas infecciones por día, en Alemania 16.000. El programa de compras pandémicas PEPP, al comienzo de la pandemia en marzo, se fijó en 750.000 millones de euros. Pero en junio, el BCE superó esta cantidad hasta 1,35 billones. Los expertos esperan que le sigan otros 500 mil millones en breve y el plazo limitado anteriormente a mediados del próximo año “ya no es realista”, según el analista Christian Tödtmann de Deka Bank. "Y el BCE no debería esperar demasiado antes de tomar una decisión, ya que el entorno financiero podría empeorar mientras Lagarde da su rueda de prensa".

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