El impuesto de matriculación recauda un 31% más a rebufo del cambio en las emisiones

Los de 2018 son los mayores ingresos desde 2010, también ayudado por el alza de ventas de coches de gasolina

Tráfico en la M-30 de Madrid JAIME GARCÍA

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La recaudación del Impuesto de Matriculación va sobre ruedas y en 2018 creció un imponente 31%, su mayor alza desde que hay datos del tributo hasta registrar los 513,43 millones de euros, un nivel que no alcanzaba desde hace ocho años, en 2010. El impuesto parecía que cada vez iba a perder más relevancia en el sistema tributario, ya que al gravar a los coches en función de unos baremos de emisiones de dióxido de carbono que no se habían modificado, y ante la creciente eficiencia de los vehículos, la recaudación había quedado lejos de los niveles precrisis pese a la recuperación del consumo . Hasta ahora.

¿Qué ha ocurrido en 2018? El principal factor que ha disparado la recaudación es la nueva regulación de emisiones , que provoca que desde septiembre la cuota fiscal del impuesto haya aumentado en muchos coches. A ello se le suma el r epunte espectacular de las ventas de vehículos de gasolina -un aumento del 33%, según las matriculaciones publicadas por la Agencia Tributaria-, frente a la caída de los de diésel -una bajada del 17%-.

Ante la nueva regulación de las emisiones que se comenzó a aplicar en septiembre, las marcas hicieron promociones para deshacerse de buena parte del stock en verano, lo que se tradujo en un incremento de las ventas en agosto del 39%. Desde septiembre, sin embargo, en tres de los cuatro últimos meses del año, las matriculaciones han acumulado caídas. Pese a ello, para Hacienda estas menores ventas no se han traducido en unos ingresos más reducidos . Todo lo contrario: si desde septiembre las matriculaciones se contrajeron un 6,5%, los ingresos en el impuesto durante este periodo se dispararon un 26% .

Desde septiembre, un 35% más de impuesto

Así, la dinámica del impuesto ha vuelto a cambiar: si en los últimos años recaudaba menos con mayores ventas, ahora los ingresos han vuelto a dispararse incluso con caídas de las matriculaciones, ya que aunque se vendan menos coches estos pagan más impuesto. La cuota media por coche ha repuntado un 22,8% hasta los 377 euros durante 2018: si tomamos solo lo que ha ocurrido desde septiembre, la factura fiscal por cada coche matriculado se ha disparado un 35% hasta los 446 euros.

El incremento de los ingresos presumiblemente será superior este año, ya que la nueva regulación regirá durante los doce meses. El cambio de normativa de emisiones se aceleró en la UE ante el «dieselgate» , el fraude en los motores diésel de Volkswagen que alteró a través de un ardid tecnológico los resultados de los controles contaminantes. En 2021 se aplicarán por completo los efectos fiscales de los nuevos controles, lo que encarecerá aún más los vehículos afectados.

También ha influido que en 2018 se hayan vendido más coches de gasolina que de diésel , ya que el impuesto pasó en 2008 de gravar la cilindrada a hacerlo a las emisiones de dióxido de carbono, entre las que contaminan más -y pagan más impuesto- los motores de gasolina que los de diésel . Como fuere, estos últimos emiten mayor monóxido de carbono, razón por la que se está endureciendo el tratamiento regulatorio a estos vehículos, pese a que este gas no tenga ninguna consecuencias a efectos del tributo..

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