Gestamp, el salto tecnológico de un gigante en la sombra

La firma de la familia Riberas ve en el coche eléctrico un estímulo para seguir creciendo

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Cuando se habla de España como una de las principales plataformas mundiales del sector del automóvil, lo primero que se cita son las marcas con fábricas en nuestro país (Seat, Nissan, Renault, Citröen, Opel...), algo que en realidad es una simplificación. Como gigantes escondidos, mucho más allá de su papel como «industria auxiliar», firmas como Gestamp, sin apenas hacer ruido –o al menos el ruido imprescindible que supuso por ejemplo su salida a Bolsa en 2017–, son en realidad colosos de la industria y de la investigación. En su conjunto, y mientras que la producción de vehículos en España caía un 1,5% –hasta los 2,8 millones de unidades–, la industria de componentes crecía un 6,7%, hasta 36.240 millones.

En concreto, Gestamp, firma propiedad de la familia Riberas (dedicada al diseño y fabricación de componentes y conjuntos metálicos para el automóvil), se ha convertido en apenas dos décadas de existencia en una de las mayores multinacionales de nuestro país. Las cifras hablan por sí solas: sobre los 41.000 empleados (6.500 en España), 105 plantas de producción, siete en construcción y 13 centros de investigación repartidos en 21 países, así como unas ventas que el pasado ejercicio alcanzaron los 8.200 millones de euros (no muy lejos de la facturación de Seat, por ejemplo).

Prensado

Dedicados a la estampación (prensado), un proceso en origen tan simple como ahora tecnológicamente sofisticado, Gestamp ve como un reto más que como una amenaza la que ya está siendo la gran transformación de la industria del coche, la implantación masiva del vehículo eléctrico. Centrados en la fabricación de piezas de carrocería, chasis y mecanismos, la viabilidad del coche eléctrico, más si cabe que con los motores de combustión, está en la producción de coches más «ligeros, seguros y baratos», tal y como esta semana señalaba el presidente de Gestamp, Francisco J.Riberas, en un encuentro con los medios en la planta de la firma en Abrera (Barcelona).

Gestamp no fabrica coches, pero sí las piezas que los componen, y es gracias precisamente a procesos de producción como el «hot stamping» (prensado o estampación en caliente) –donde son líderes mundiales– que se consiguen piezas más resistentes con una ligereza cuatro veces mayor, siguiendo el mismo proceso –más sofisticado, claro– que el de los herreros cuando templan el acero.

«El proceso de electrificación implica tal grado de inversión que muchas marcas prefieren externalizar la producción de otros componentes

«A más ligereza del vehículo, mayor autonomía de la batería», apuntaba Riberas en relación a la oportunidad de Gestamp en el proceso de electrificación. Del mismo modo, y como se apunta desde la empresa, el proceso de electrificación implica tal grado de inversión que muchas marcas prefieren externalizar la producción de otros componentes, como es el caso de chasis y carrocería, precisamente donde Gestamp es líder. Se estima que en este campo el grado de externalización alcanza el 40%, con lo que aún hay una importante porción de negocio por explotar. Este proceso es especialmente relevante en economías fuera del perímetro europeo o norteamericano, donde los fabricantes al instalarse optan de manera mayoritaria por la industria de componentes. Asia Pacífico supone ya el 13% del negocio de Gestamp, y la tendencia es seguir aumentando su peso relativo.

Tecnología 4.0

Toda esta dinámica es la que está permitiendo a la marca española acumular crecimientos del 20% frente a la media del 3% del sector del automóvil, en un entorno que, no es un tópico, es altamente competitivo. Es por esta razón que el esfuerzo en desarrollo e I+D de la empresa propiedad de la familia Riberas es enorme. En la planta de Abrera, por ejemplo, se está desarrollando una evolución de la estampación en caliente, el «multistep», que permite añadir varios acabados a la pieza en un mismo proceso. De igual forma, se sigue profundizando en la aplicación de lo que se conoce como industria 4.0 en los procesos de producción, una combinación de monitorización de las plantas a tiempo real y big data para hacer más eficiente la fabricación.

En paralelo, una firma global como Gestamp sigue con gran atención la guerra arancelaria alentada por los Estados Unidos, una situación que, no obstante, no se considera que vaya a afectar el negocio. De hecho, y como recordaba Riberas esta semana, Gestamp fabrica allí donde están las plantas de vehículos, con lo que incluso sus plantas en Norteamérica podrían beneficiarse de un repunte de la producción allí.

La familia de origen vasco Riberas controla el 58,95% de la firma, el 12,5% está en manos de Mitsui, el 1,52% se reparte entre los empleados de Gestamp y el 27% restante es «free float».

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