Francisco González: «Ante la desaceleración, el Gobierno no debe elevar el gasto ni subir impuestos»

El presidente de BBVA critica que la creación de un tributo sobre la banca «afectaría negativamente al crédito» y urge al Ejecutivo a privatizar Bankia «cuanto antes»

El presidente de BBVA, Francisco González, durante la entrevista con ABC DAVID LIM

BEGOÑA LUCENA

El presidente del BBVA, Francisco González (Chantada, Lugo, 1944), concede una entrevista a ABC en la que analiza el papel de la entidad en Asia y su transformación digital. Desde Singapur, advierte sobre los efectos nocivos de una subida fiscal en España y confía en que el Gobierno no repita los errores de la crisis de 2008 ante la creciente desaceleración de la economía . En su último mandato como presidente de BBVA, que vence el próximo año, es el único español que participa en el escogido grupo que constituye el Comité Asesor Internacional de la Autoridad Monetaria de Singapur en su reunión anual en la ciudad-Estado asiática. Un país al que admira y al que considera clave en las nuevas relaciones de poder del siglo XXI. No en vano Singapur cuenta con uno de los PIB mayores del mundo y es uno de los mejores países para hacer negocios. Con una corrupción muy penada y un sector público bien remunerado, a Francisco González le gustaría que España tomara nota, especialmente, en un momento en el que la economía está perdiendo competitividad.

-¿Le preocupan los datos que apuntan a una desaceleración de la economía española?

-Sí me preocupan porque claramente la economía española se está desacelerando. En una etapa de desaceleración creciente hace falta una política económica bien planteada, y esa política económica normalmente no debería pasar por una expansión del gasto público ni por una subida de impuestos. Más bien, lo que hay que intentar es no repetir errores del pasado. Como vimos en 2008, ante una crisis inminente, el Gobierno de ese momento decidió expandir el gasto público y fue un error. Yo espero que esto no se vuelva a producir.

-¿Qué opina de un posible incremento de la fiscalidad a la banca en España?

-No creo en subidas de impuestos cuando no están encuadradas dentro de un plan de política fiscal bien pensado. Creo que las subidas de impuestos en términos generales lo que hacen es frenar el crecimiento y la creación de puestos de trabajo. Y si hablamos de un impuesto específico a la banca, no lo entiendo, porque, primero, eso probablemente puede conducir a una discriminación y, segundo, afectaría negativamente al crédito. Y, lógicamente, necesitamos un sistema financiero que trabaje bien para que la economía funcione bien. Hay que ser más realistas en estos temas.

-Usted suele decir que en el futuro habrá un sector formado por menos entidades, de las cuales solamente unas pocas serán físicas. ¿Qué papel tendrá el BBVA en ese nuevo universo bancario? ¿Se parecerá más a Amazon o a una entidad tradicional?

-Se está formando una nueva liga de competidores claramente, donde van a estar algunas fintech y probablemente algunos gigantes, ya sea Amazon, ya sea Google o Alibaba, en Asia. El mundo digital funciona con menos jugadores y eso tiene que dar lugar a una reestructuración importante del sistema financiero ¿Cuál va a ser nuestro papel? Nosotros queremos crear nuestro propio ecosistema, una gran plataforma donde seamos capaces de seleccionar los mejores productos y las mejores experiencias allá donde estén. Nos estamos transformando en un asesor personal del cliente, queremos estar en cada momento relevante de su vida. Y creo que ahí BBVA va a jugar un papel global muy importante, porque hoy somos el banco que claramente está por delante a nivel global en temas de transformación.

-¿Se puede medir ya el impacto de la transformación digital en resultados y ratios de rentabilidad?

-Sí, ahora ya estamos obteniendo los primeros frutos, que son realmente soberbios. Las métricas que estamos manejando ahora van desde el número de clientes digitales, a temas de ingresos de los clientes digitales. En términos de costes, los clientes digitales son en torno a un tercio frente a los no digitales y en términos de los clientes que se van, son la mitad si los comparamos con los clientes no digitales. Por último, en términos de ventas, en el mes de julio las ventas digitales representaron ya el 42% de las ventas totales. Por lo tanto, ya tenemos una parte del banco muy relevante en el mundo digital con unas cifras espectaculares. Esto todavía no se refleja en la parte baja de la cuenta de resultados porque el banco también tiene una parte convencional que poco a poco se va traspasando hacia el mundo digital. Estamos viviendo un momento extraordinario y con muchísimos planes de cara al futuro.

¿Pondrán las criptomonedas punto final a los bancos?

-No solamente a los bancos. Es un tema complejo, una cosa son las criptomonedas y otra cosa es la tecnología que las soporta, es decir, blockchain. Esa tecnología es muy importante porque sí puede producir la desaparición de la intermediación en general, no solamente de los bancos sino de cualquier entidad que intermedia. Amazon también intermedia y puede desaparecer como consecuencia del «blockchain», de estas tecnologías descentralizadas . Ahora bien, estas tecnologías todavía no están maduras y tienen problemas de escalabilidad y de seguridad. Sin duda, creo que va a ser un revulsivo. En este sentido, BBVA ya tiene a muchas personas trabajando en estas tecnologías pero es un tema para los próximos cinco o diez años, hay que ver cómo va a evolucionar y cómo va a afectar. Es un reto que puedes convertir en una gran oportunidad y eso es lo que estamos haciendo en BBVA

-¿Debería esta tecnología someterse a regulación internacional para evitar la desconfianza?

-Al final, en todo lo que hablamos, sobre todo en finanzas, la regulación siempre va a estar ahí porque el dinero es un activo muy peculiar y no se concibe hoy que se pueda trabajar con él sin que haya algún garante de buenas prácticas. Por lo tanto, el concepto de blockchain, que en el extremo desintermedia todo, en la práctica no va a poder ser así, porque tiene que haber un garante de que las cosas funcionen.

-Y evitar así brechas en el manejo de los grandes datos como ha ocurrido con Facebook. ¿Se podrá volver a repetir? Y lo más importante, ¿se puede evitar este tipo de situaciones?

-Este es un gran tema porque aquí el debate está «in crescendo». Claramente se está creando un nuevo orden económico y social como consecuencia de la irrupción de estos grandes gigantes, y la arquitectura legal que hoy tenemos no responde a ese nuevo mundo. Esos gigantes están avanzando e intentan captar todos los datos y transformarlos en productos. Aquí es donde se han producido grandes problemas de privacidad. El gran debate es de quién es la información, si pertenece al cliente o a la compañía. Nosotros lo tenemos muy claro, los datos son del cliente y si queremos utilizar esa información, tiene que ser bajo el permiso específico de esa persona. Un banco como BBVA tiene una gran ventaja en ese terreno porque sabemos proteger los datos de los clientes, tenemos la sensibilidad de cumplir con las normas y de trabajar dentro del sistema, algo que, probablemente, compañías que son muy grandes pero muy jóvenes todavía no tienen. Creo que habrá una regulación creciente, y tiene que ser una regulación donde haya un balance entre la protección del consumidor -que no haya riesgos sistémicos, es decir, monopolios-, y, por otro lado, el apoyo a la innovación. Ese es el papel de los policy makers, de los políticos. Y es un tema complicado porque estamos hablando de un tema global cuando la política es más local, más doméstica.

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