Rafael Serrano Quevedo en la terraza del Arco del Almirazgo, su edificio
Rafael Serrano Quevedo en la terraza del Arco del Almirazgo, su edificio - ABC
ENTREVISTA

«España debería ser más pragmática y menos política, olvidar envidias y rencores»

Rafael Serrano, inversor de origen manchego, avanza en la rehabilitación del que tal vez sea el edificio más emblemático de Londres en obras: el Arco del Almirantazgo, que logró adquirir en 2012 en una puja frente a los mayores inversores internacionales

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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La crisis de 2008 también zarandeó con rudeza al Reino Unido. Para sanear las arcas públicas, el Gobierno puso a la venta tesoros estatales, entre ellos uno de los edificios más singulares y emblemáticos de Londres: el Arco del Almirantazgo, levantado en 1912 por el Rey Eduardo VII. La enorme construcción neoclásica cierra la plaza de Trafalgar y The Mall, la calzada que lleva a Buckingham. El Arco supuso un gran broche de la Inglaterra imperial y rezuma historia. Fue sede del Almirantazgo, en sus bodegas se guardaron secretos de Estado. Allí vivieron Churchill y Lord Mountbatten. Hasta tiene su veta novelesca, porque Ian Fleming ideó allí a su James Bond.

En 2015, el Estado lo puso a la venta.

Llegaron pujas de las firmas más punteras del planeta, pero se impuso un español de orígenes manchegos, Rafael Serrano Quevedo, propietario desde 2009 de Prime Investors Capital, quien antes había trabajado para JP. Morgan en Wall Street. Pagó 71 millones de euros por 250 años de propiedad y estos días trabaja casi a pie de andamio en su sueño: rehabilitar el edifico para convertirlo en un hotel de lujo y apartamentos suntuosos, pero respetando su historia. Serrano tiene 50 años y lleva dos décadas viviendo en Londres, casado con una holandesa y padre de un niño y una niña, es un estajanovista sin horarios, más bien alérgico a las entrevistas. Afable, directo y siempre con un oído en la calle, se muestra orgulloso de que los ingleses hayan confiado a un español algo tan especial para su acervo sentimental.

¿Por qué el Arco del Almirante es tan relevante para los británicos?

Porque reúne características magníficas y extraordinarias. Fue encargado por un rey, Eduardo VII, en memoria y conmemoración de su madre la emperatriz Victoria. Se construyó entre 1900 y 1912, en la cima del Imperio Británico, y ha sido por más de un siglo centro de poder. Era la residencia del jefe del Almirantazgo, que a principios del siglo XX era la máxima autoridad, solo por debajo del Rey. Por último está su ubicación, en el centro neurálgico y político, entre los palacios reales más importantes, Westminster, St. James y Buckingham; cercano a tres parques reales y a centros culturales y museos de gran interés. Bajo sus arcos pasan unos quince millones de personas al año.

¿Cómo logró imponerse en la puja frente a fortísimos inversores internacionales?

Fue un proceso maratoniano, de casi dos años. Participaban 28 concursantes. Nunca pensé que sería el vencedor, pero me atrajo el reto y la convicción de que a veces no hace falta ganar para quedarse satisfecho. Gracias a mis proyectos anteriores, como el Hotel Bvlgari, un equipo excelente y, sobre todo, al trabajo riguroso, fuimos capaces de imponernos a fondos de inversión americanos, asiáticos e incluso fondos estatales de Oriente Medio. Desde aquí vuelvo a agradecer a mi equipo y al Gobierno británico su confianza.

Imagen del Arco del Almirantazgo en Londres
Imagen del Arco del Almirantazgo en Londres - ABC

La prensa internacional ha publicado que en el Arco del Almirante saldrá a la venta «el apartamento más caro del mundo». ¿Es así?

No sabemos si lo será, ni es necesario el dato. Quizá sea una presunción, y las presunciones no van con mi «modus operandi». Como se diría en latín: «Tantum valet res quamtum vendi potest». Una cosa vale aquello por lo que puede ser vendida. No sé si las residencias del Admiralty Arch serán más o menos caras, pero sí me atrevo a decir que podrían ser de las más exclusivas, por historia, ubicación, construcción, vistas… Me atrae la idea de que es un edificio construido por un acto de amor de un monarca a su madre, donde han residido personalidades como Churchill. Representa parte de la historia más relevante de la nación y antes estaba medio vacío y ahora está siendo restaurado. Además lo abriremos al público. Aunque no se esté alojado en el hotel se podrá acudir a los restaurantes, terrazas y deleitarse con unas vistas de Londres impresionantes.

¿Ha tenido ocasión de intercambiar impresiones sobre la rehabilitación con miembros de la Casa Real?

Visitar y relacionarme con la Casa Real Británica y cuerpos importantes del Gobierno, la Marina y el Ejército forma parte de mi trabajo desde hace años. De todos aprendo. Respeto el singular y especial cuidado de sus instituciones, tradiciones y patrimonio, que les ayuda como nación. Pero también intento y me reconforta conversar con taxistas, policías, turistas… y con mucha gente que se interesa por el proyecto.

¿Hay un plus en este trabajo que va más allá de ganar dinero?

Indudablemente. Por sus características el resultado va a ser juzgada en todo el mundo. Para mí es más importante que se me recuerde por lo realizado que por el beneficio. Si estuviese en este proyecto por razones meramente comerciales no solo ya lo habría abandonado, sino que además nunca habría obtenido tanto éxito. Desde pequeño mis padres me enseñaron que el dinero no da la felicidad. El trabajo, los valores humanos, tu religión o tus creencias, tu familia, la amistades y conservar tus raíces, de dónde vienes. Todos esos bienes resultan mucho más gratificantes y eternos.

Su historia personal es de gran mérito. Salió de una familia con negocios de Tomelloso, estudió Derecho en la Complutense, fichó por JP. Morgan, fundó su propia compañía y hoy triunfa uno de los mercados más competitivos. ¿Cuáles han sido sus armas?

Me pone en el difícil trance de la autocalificación. Siguiendo a Cervantes, que sostenía que cada uno es artífice de su ventura, diré que siempre he tenido como norma algo que aprendí de mis padres y de mis cuatro abuelos: se debe buscar antes la honradez y el bien hacer que el beneficio. Hay que creer en uno mismo, trabajar siempre en equipo, con constancia, y apuntar a altas miras, pero siempre con humildad.

Percibo aquí dos grandes diferencias con España: el peso del establishment británico, que sujeta los cimientos del país, y el orgullo por todo lo suyo. ¿Somos demasiado autodestructivos los españoles?

De los británicos yo he aprendido aquello que escribió Shakespeare: «Siempre es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras» Pero aun así, como español, me atrevo a decir humildemente que España debe recordar siempre la importancia de seguir unida y también saber luchar sin amedrentarse entre los países más importantes del mundo. Necesitamos políticas de atracción de capital extranjero y estimular el gran talento empresarial y comercial español, potenciando nuestros vínculos con Iberoamérica, con la que deberíamos seguir más unidos, acuerdos bilaterales comerciales con otras economías emergentes y no emergentes, y nuestra relación con Europa

¿Qué le recomendaría a un chaval español que lea esta entrevista y se plantee una carrera como la suya?

Soy un gran fan de la juventud. En mi oficina siempre tengo becarios y estudiantes. Me gusta intentar darles oportunidades y aprender de ellos. Hay tres axiomas en cualquier carrera: no tener miedo al trabajo y a la competencia, creer en uno mismo, y priorizar el aprendizaje y los valores humanos como símbolo de progreso personal durante toda la vida.

¿Le disgustó el Brexit? ¿Lo esperaba?

Creo que los británicos no están en contra de Europa, pero sí en contra del modo en que se ha constituido y desarrollado y se está gobernando en Bruselas, que casi parece insostenible, porque no hay nadie que lo controle o supervise. La supuesta elección democrática de sus mandatarios es cuestionable e impopular.

El Reino Unido anuncia una bajada del Impuesto de Sociedades al menor nivel del G-20 ¿Estamos descuidando en España la atracción de empresas y capital extranjero?

Para mí es una prioridad que el Gobierno español promueva, facilite y atraiga la inversión y el capital foráneo. Es una oportunidad histórica y necesitamos aprovecharla. El Gobierno debería esforzarse más en mejoras fiscales para animar la inversión y el comercio, no ya como está haciendo el Reino Unido, sino como parece hará también Estados Unidos. Otro deber es potenciar el excelente talante español y seguir aprendiendo de nuestros grandes talentos empresariales a nivel mundial, como el señor Ortega, o ejemplares ejecutivos como el señor Isla, que desde Galicia son ejemplo para el mundo. Hay que ayudar y no solo «tasar» a los grandes empresarios, financieros, banqueros. Hay que fomentar la muy importante y excelente mediana y pequeña empresa. Pensar en los trabajadores de verdad: los buenos comerciantes, industriales, artesanos, obreros, médicos... Tenemos una gran nación con un gran pueblo. Podemos y debemos mejorar. Pero, ojo: «Res, non verba»: Hechos, no palabras

¿Es más fácil hacer negocios en el Reino Unido que en España?

Desde que llegue a Gran Bretaña, en la era Thatcher, ella nos enseñó la cultura de la meritocracia. Su legado, el carácter pragmático anglosajón y el idioma facilitan mucho el hacer negocios hoy en Londres. Pero soy optimista y creo que España seguirá aprendiendo a mejorar, a ser más pragmática y menos política, olvidándose de envidias y rencores que no conducen a nada. Triunfar y ver a otros triunfando debería generar ilusión. Solo como espectador, y desde el puro sentido común, no sé si España se puede seguir permitiendo los recientes populismos tercermundistas, los excesivos nacionalismos, que solo benefician a ciertos políticos que tal vez busquen más el interés personal que el general. Siempre humildemente, creo que todos deberíamos dar menos importancia a los políticos para centrarnos y enfocarnos en el progreso y en el bienestar de las familias y las persona. Una vez mejore su situación y expectativas se seguirán sintiendo más unidos y más orgullosos de ser españoles.

¿Qué lección española enseña usted a sus hijos en su casa de Chelsea?

Me apasiona la vida familiar y a nuestros hijos les enseñamos sobre todo valores familiares y tradicionales. En lo español, y desde pequeños, les hago apreciar la guitarra, el flamenco, escuchar a nuestro querido Julio Iglesias, aprender más con los libros y la música que con la televisión. También que aprendan como su padre, de las gentes de la calle y de los que han sabido triunfar, que nunca se cansen de aprender.

¿Se ha planteado acometer un proyecto similar al del Arco del Almirantazgo en España? Deme una exclusiva…

Propósitos de este calibre no se tienen con frecuencia. Es verdad que estoy contemplando inversiones en España, porque soy positivo y me parece uno de los mejores mercados para invertir. Pero la mejor exclusiva que puedo dar es que mañana, pasado, el mes que viene, el año que viene… seguiré madrugando mucho para ir al trabajo y regresando a casa muy tarde. Así lo llevo haciendo desde hace ya casi 30 años que deje nuestra patria. Ahí tiene la exclusiva. Pero si se entera de un buen proyecto en España, por favor, no deje de avisar.

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