El empleo juvenil, la asignatura pendiente de la recuperación

En los últimos años crece el número de cotizantes, pero las horas de trabajo siguen a la baja

Francisco Valente

Juventud, divino tesoro! Pero no todo lo que brilla es oro. Hablamos de un segmento etario que no termina de encontrar sitio donde desarrollarse economicamente. Precariedad laboral, temporalidad, abuso en la contratación , salarios bajos, doble escala salarial, y falta de reconocimiento de la cualificación son algunas de las características que definen al colectivo en elq ue más personas paradas de larga duración se registran. Aumentar el número de cotizantes jóvenes en el tejido productivo español es uno de los pilares para construir un futuro saludable.

Si bien los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) arrojan que en el segundo trimestre de 2018 el número de ocupados en España ha aumentado en 469.900 personas respecto al trimestre anterior (un 2,49% más), el informe «Presente y futuro de las pensiones», elaborado por el gabinete de estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), indica que la «Seguridad Social ha recuperado de nuevo el umbral de los 19 millones de cotizantes de media en el inicio de verano pero no ha cambiado la estructura de las afiliaciones: altas y bajas constantes los lunes y los viernes, un cuarto de millón por día, que evidencian que las contrataciones siguen siendo totalmente precarias , durante una semana o por un fin de semana».

Acorde al análisis de USO, el empleo ha crecido en 530.800 personas (2,82%) en los 12 últimos meses pero no se ha logrado la recuperación de las horas cotizadas. El hecho es que se cuenta igual el empleado que trabaja 40 horas semanales que el que realiza una jornada de 5 horas semanales; es decir, no todo incremento de personas cotizantes se traduce en un incremento de horas de cotización . «Si tenemos en cuenta las horas de trabajo realizadas con respecto al año 2008, hemos perdido 75.578.200 horas semanales de trabajo, lo que supone más de 3.930 millones de horas perdidas al año y, por tanto, sobre las que no se realiza cotización», indican desde el sindicato.

Respecto a la relación entre nivel formativo y desempleo, las cifras son contundentes: la cantidad de jóvenes parados de larga duración en los niveles inferiores de cualificación alcanza un 73, 09% , mientras que no es tan acusado el porcentaje de parados en los jóvenes con titulaciones de formación profesional o estudios universitarios.

La última EPA revela también que «en España hay 489.000 jóvenes (16 a 29 años) inactivos, que no estudian ni cursan ningún tipo de formación». Esto significa que un importante número de jóvenes se han quedado fuera del mercado de trabajo y del sistema educativo : los famosos NINI. El documento detalla que las razones fundamentales para no buscar empleo son el cuidado de niños u otros familiares (30,5%), o la enfermedad o incapacidad propia (21,5%). Pero también hay «remolones»: el 41,5% del total de los inactivos no busca un puesto de trabajo. Alrededor de 200,000 –que no trabaja ni estudia– no busca empleo por motivos desconocidos.

Otro indicio que describe la pauperización de la situación del colectivo es el indicador de riesgo de pobreza y exclusión social AROPE para jóvenes, que asciende ininterrumpidamente desde 2008, cuando un 22,8% de las personas de 16 a 29 años se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social. En el año 2015 este marcador alcanzó un máximo del 38,2%, siendo 2016 el primer año de recuperación hasta situarse en el 37,6%.

Sin embargo, al otro extremo tampoco le va mucho mejor. La juventud sobrecualificada no encuentra un puesto de trabajo acorde con su formación. La falta de posibilidades para desarrollar sus capacidades es el caso de numerosos españoles que han emigrado a causa de la crisis.«La emigración obligatoria ha supuesto una fuga masiva de cerebros y talentos que, pese a haber recibido la formación en España, se han visto obligados a desarrollar sus destrezas y conocimientos fuera de nuestras fronteras. Esta situación conlleva una precarización mayor del mercado laboral español y el seguir en la cola de Europa en I+D+i», concluye el estudio de USO.

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