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Dinero gratis y... ¿la pelota? sobre el tejado de los Estados... ¿Pasapalabra?

«¡Esa es la clave! Sí hay un mañana. Y nada esperanzador»

Madrid Actualizado: Guardar
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Sorpresa, sorpresa... Y «Supermario» hizo uso, ¿y abuso?, de todos sus poderes. ¡Vaya que si lo hizo! otra cosa es que sea la acción más adecuada para solucionar, al menos en Europa, la que muchos dicen ya será la próxima gran crisis económica. El hecho es que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en una de sus decisiones más intervencionistas -la que más-, se ha empecinado en agotar todos los mecanismos disponibles en política monetaria para ayudar a la economía europea que no termina de despegar. ¿Cómo? Dándole, aún más, a la «maquinita» de hacer dinero, con el objetivo de, por un lado, afianzar la recuperación de la Eurozona, a base de repartir liquidez a los bancos para dar más crédito y, por otro, impulsar la inflación para, lógico, evitar la deflación.

La primera reacción de los inversores -la Bolsa, el termómetro que mide el impacto de las decisiones en economía- fue de alegría. ¡Todo el mundo a comprar! Después, tras pensar y digerir mejor las medidas... ¡a vender!, para un día después, con la noche de por medio para «requetepensar» en los porqué de las decisiones del «supervisor-jefe» y sus consecuencias, volver a comprar como si no hubiera un mañana. ¡Esa es la clave! Sí hay un mañana. Y nada esperanzador. De hecho, el propio «Superhéroe» financiero se aventuró a comunicar lo que se avecina a corto-medio plazo: «la recuperación económica en Europa continúa castigada por varios problemas sin resolver: la situación de los mercados emergentes, la volatilidad de los mercados bursátiles, la necesaria reestructuración de algunos sectores y la lenta implementación de reformas estructurales».

Blanco y en botella. Draghi, si bien luego especificó que seguirá siempre en sus trece, en la versión de aquel verano de 2012 del «haré todo lo que pueda» -de hecho dijo que incluso se abría la puerta al tipo de interés oficial en negativo-, dejó la pelota en el tejado de los Estados. Hay que tirar de política fiscal. De hecho, en su «superacción» del pasado jueves no se dejó nada de nada en la manga: amplió el volumen de su programa de expansión cuantitativa (QE) de 60.000 a 80.000 millones al mes (en total ascenderá a 1,74 billones de euros hasta marzo de 2017, cuando la idea inicial era no superar los 1,14 billones hasta septiembre de 2016); decidió también incorporar la deuda corporativa (empresarial) con grado de inversión al abanico de activos que comprará para el paraguas del QE; anunció una reducción del tipo de interés oficial, hasta dejarlo en el «gratis total», el 0%, desde el 0,05% anterior; bajó los tipos de depósito del -0,30% al -0,40%; y lanzó un nuevo programa de financiación bancaria a largo plazo condicionada a que las entidades den más crédito, que responde a las siglas TLTRO II y con el que incluso pagará a los bancos por prestarles dinero si éstos reabren el grifo del crédito a la economía real. ¿Les parece poco?

Ahora, la situación del sector bancario en Europa parecerá el mundo al revés. ¿Por qué? Una explicación simplista, pero clara: con tipos de interés al 0% los bancos podrían (¿pueden? no me lo creo) llegar a pagar por los préstamos hipotecarios que pidan los ciudadanos y éstos pagarán al banco porque les guarde sus ahorros. ¿Será por tanto el fin de los ahorros metidos en el banco? ¿Será el fin de los préstamos hipotecarios? ¿Se dejarán de contratar depósitos, fondos de pensiones, de inversión, seguros... ante la nula rentabilidad de estos productos? Algo esto último que, por cierto, ya habíamos empezado a notar. No en vano, antes de esta última decisión, con el precio oficial del dinero por debajo del 1%, los bancos de la Eurozona ya habían ido reduciendo progresivamente la rentabilidad de sus depósitos. Después, cuando cayeron al 0,05%, la remuneración de éstos se situaba ya próxima a cero. Ahora, al dejar el precio del dinero en el 0%, ¿dejarán los depósitos de remunerar los ahorros de los particulares? ¿cobrarán los bancos por guardar el dinero? La pescadilla que se muerde la cola. Pero no olviden que el negocio de un banco es ganar dinero, ¡como el de cualquier otra empresa! De momento, nuestros banqueros -como sus homólogos europeos- están a la busca y captura de la rentabilidad del negocio. Los tipos gratis es lo que tiene, no te deja margen para tener ingresos. Toca ajustar costes (¿despidos? ¿cierre de oficinas? ¿más fusiones para los que no encuentren negoco?) y buscar otras vías de ingresos... ¿más comisiones por servicios? ¿agudizando el ingenio con nuevos productos sí remunerados?

Y mientras la banca busca reorientar su futuro, no estaría de más que los gobiernos nacionales echaran una mano al «SOS» de Draghi, algo que éste se encarga de recordarles en todas y en cada una de sus comparecencias. Porque la manera de conseguir elevar la inflación es estimulando el consumo y/o los salarios. Toca que todos los países se conciencien e impulsen una política fiscal adecuada y que realicen reformas estructurales para mejorar el empleo. Se trata de remar, todos, en la misma dirección. Si no, abocados al desastre. Todos.

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