Cómo cuadrar el círculo de felicidad y empleo

Ya no es lo más importante el salario, sino un buen ambiente laboral y la conciliación

MADRID Actualizado: Guardar
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¿Se puede ser feliz en el trabajo y trabajando? Sí, y no es un disparate ni un despropósito.Ya existen empresas que incluyen en sus políticas de Recursos Humanos medidas relacionadas con la felicidad laboral de sus empleados o, por lo menos, lo intentan. Quizás pocas, pero las hay. La cultura laboral está dando un giro de 360 grados. También los trabajadores cambian sus preferencias. Es más, ya no es el sueldo el principal motivador para que una persona se encuentre a gusto en su puesto, sino el ambiente laboral y contar con un buen horario que permita conciliar, como refleja el reciente estudio de Adecco «La felicidad en el trabajo».

La investigación revela que para que un trabajador se sienta bien ya tienen más peso factores que no son tangibles.

Por ejemplo: que a los empleados les permitan desarrollar sus habilidades personales y profesionales, que cuenten con un buen jefe y que realicen funciones acordes a su formación. El reconocimiento de los colegas y superiores y los beneficios sociales también figuran entre los aspectos más valorados, según Adecco.

«El trabajo hace a la gente feliz si se puede hacer correctamente, si no hace infeliz», afirma Luis Carrasco, profesor de Psicología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Y son los trabajadores españoles felices? No existe una respuesta unánime. De hecho, el estudio de Adecco dice que seis de cada diez trabajadores creen que su empresa no se preocupa por estas políticas del bienestar ni por la satisfacción del empleado. Así lo perciben.

«Una persona feliz trabaja mejor en equipo, es más positiva y más productiva y creativa»

«Las empresas tienen mayor sensibilidad que antes por la felicidad de sus trabajadores. ¿Pero pueden hacerlo? Unas sí y otras no. Muchas están más preocupadas por su salvación económica», asegura Luis Carrasco, profesor de Psicología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid. Este docente no oculta una realidad que existe a pesar de que parece que la dura crisis se ha superado: «Muchos españoles no son felices, entre otras cosas porque el salario medio es muy bajo. Hay una generación de jóvenes con sueldos precarios, que nos les permiten comprar una casa, convivir en pareja o tener hijos. Y los seniors tienen su salario congelado desde 2008, ven cómo despiden a sus compañeros, ven que tienen que asumir el trabajo del despedido, con lo cual tienen más estrés, y además saben que en cualquier momento les echan a la calle».

«No obstante, hay empresas que funcionan bien», asegura el profesor. Desde luego, mayor concienciación empresarial debe de haber por el bienestar de los empleados, como cree Margarita Álvarez, directora de Marketing y Comunicación de Adecco: «En los últimos años la empresa se preocupa más por cuidar de la persona». El ránking Best Workplace es un indicador. Cada año se presentan más compañías a esta lista que elige las 50 mejores empresas para trabajar en España.

Hace bien poco la reconocida psicóloga Álava Reyes afirmaba en una entrevista que los trabajadores felices pueden aumentar la productividad hasta un 31%. «Una persona llena y plena en su trabajo trabaja mejor en equipo, es más positiva, más productiva y más creativa», afirma Álvarez. Y por tanto, «va a atender mejor al cliente, que repetirá sus compras y se multiplicarán las cifras», cuenta Bernabé Pérez, de la Asociación Centro de RR.HH. de Aedipe (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas).

Medidas para motivar

No a todas las empresas les sirven las mismas fórmulas para hacer felices a los empleados, ni a todas las secciones de una misma compañía. En las organizaciones, además, ya conviven varias generaciones con valores muy distintos. Es un cambio cultural. «Hoy es impensable estar toda la vida en la misma empresa, no quiere ni la compañía ni el trabajador», dice Carrasco.

Para motivar hay medidas que dan muy buenos resultados: el teletrabajo, la flexibilidad de horarios, ofrecer productos y servicios en condiciones inmejorables para los empleados, espacios abiertos para favorecer el trabajo en equipo, acabar con la cultura del presencialismo, medidas de conciliación... «Ya está comprobado que el efecto de una subida de sueldo solo dura entre dos y tres meses», asevera Álvarez.

Existen motivaciones intrínsecas con más poder para despertar la satisfacción de un empleado: un buen clima laboral, reconocer el esfuerzo de cada trabajador, «¿qué cuesta dar las gracias y una palmadita en la espalda?», se pregunta el profesor. «No hay mejor manera de hacer feliz a un trabajador que preguntarle a él. Así involucras a toda la plantilla», dice Bernabé Pérez. La comunicación interna es esencial: «El trabajador no solo quiere saber qué hacer sino también para qué sirve su trabajo, quiere conocer hacia dónde va la empresa y ser partícipes de las soluciones a los problemas», concluye Carrasco.

«Las personas se van de la empresa por los jefes»

Cómo ejercer el liderazgo para motivar a los trabajadores y que se sientan satisfechos es una de las preocupaciones que tienen muchas organizaciones. No en vano, ya que un mal liderazgo puede espantar a los empleados. De hecho, Margarita Álvarez cuenta que muchos estudios reflejan que los trabajadores se van de las empresas por los jefes y no tanto por la organización en sí misma.

Desde el superior más elevado hasta un jefe intermedio, todos deben reunir unas capacidades. Para Álvarez «saber escuchar y preocuparse por el individuo» resulta un don fundamental tanto en los jefes de una gran compañía como en el único líder que suele haber en una pyme.

Entrando en detalle, el profesor Carrasco concreta: «A un jefe se le debería pedir que sepa adaptarse a las necesidades del grupo, que tenga equilibrio emocional, que sea accesible y que sepa comunicar. Pero también que dé ejemplo y sea honesto. Firme cuando ya se toman decisiones consensuadas. Que conozca a su gente y los valores de cada uno. Que sea proactivo y sepa anticiparse a los problemas.Que deje a los trabajadores hacer las cosas a su estilo, porque cada uno de nosotros somos dintintos. Y tener humildad».

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