La botella de sidra asturiana no tiene fronteras

La Audiencia Provincial de Cantabria desestima el recurso de unos productores asturianos para usar en exclusiva el emblemático envase

El lagarero cántabro Jesús Gómez Solórzano LUIS PALOMEQUE

EVA FANJUL

La botella de sidra asturiana podrá utilizarse para envasar la tradicional bebida en un lagar cántabro. Esta es la decisión de la Audiencia Provincial de Cantabria que ha desestimado el recurso interpuesto por la Asociación de Sidra Asturiana (Assa) y ha ratificado que la marca cántabra Somarroza puede hacer uso de la emblemática botella verde , también conocida como "molde de hierro".

La Audiencia Provincial se pronuncia así sobre un pleito que desde hace más de dos años enfrenta a los productores asturianos de sidra con el lagarero cántabro Jesús Gómez Solórzano , que también elabora sidra natural en la comunidad vecina, utilizando la misma botella que se usa en el Principado. "Es una victoria agridulce", ha declarado Gómez Solórzano, gerente de sidra Somarroza a "El Comercio". "Como sidrero me hubiese gustado no tener que llegar a esto, pero considero que es justo el fallo del tribunal", aseguró. "Encontramos esa botella en el mercado igual que la encontraron los lagares de Asturias" y " es de sidra natural y no hace referencia a ninguna zona concreta".

La botella que protagoniza este litigio es un invento inglés. El molde lo ideó Henry Ricketss en 1821 en Bristol. La patente se extinguió en 1835 y dos años antes fue presentada en una exposición nacional en Madrid como "una innovación técnica de envergadura". Según cuenta el etnógrafo Inaciu Hevia Llavona, en 1880 la industria vidriera asturiana en Gijón comenzó su fabricación ante la demanda de la industria de la sidra.

La primera fábrica fue La Industria, que personalizó el modelo para una capacidad ligada a las medidas tradicionales de uso en Asturias (la puchera) y para el escanciado. Hasta el cierre de la última vidriera asturiana, la botella sólo se elaboraba en Asturias, único lugar del país donde se demandaba para la sidra.

En septiembre de 2018 llegó la primera sentencia a favor del lagarero cántabro y el primer varapalo judicial para los sidreros asturianos. El juez Carlos Martínez de Marigorta, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santander, daba la razón a Gómez Solórzano y el fallo le permitía seguir utilizando el modelo de botella "molde de hierro" para embotellar su producción . Este primer auto fue recurrido por los miembros de Assa, dispuestos a evitar que productores radicados fuera de la región pudiesen hacer uso de la tradicional botella verde a la que consideran parte de la marca de sidra natural por sí misma.

Ahora, la Audiencia provincial de Cantabria vuelve a inclinar la balanza judicial a favor del lagarero cántabro demandado. La sentencia conocida ayer vuelve a contradecir los argumentos de los sidreros asturianos que reivindican el diseño de este envase como elemento diferenciador entre la sidra asturiana y la producida en otros territorios.

El molde de la botella que protagoniza este litigio fue diseñado en 1821 por el inglés Henry Ricketss

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